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Los gobiernos deben establecer reglas claras para las tecnológicas: Gary Shapiro, presidente de la CTA

Gary Shapiro, presidente de la Consumer Technology Association ─que organiza el CES─, llamó a los gobiernos a que establezcan reglas claras para el desarrollo y la comercialización de tecnología.

Gary Shapiro, presidente de la Consumer Technology Association, y Brian Deese, próximo director del National Economic Council. Foto: Especial

El CES 2021 es un evento sin precedentes. No sólo por convertirse en un evento completamente digital, sino por el contexto en el que inició la que se considera la feria de tecnologías de consumo más grande del planeta. Apenas unos días antes de que se levantara el telón virtual del CES 2021, simpatizantes del presidente Trump irrumpieron en el Capitolio, la sede del Congreso de Estados Unidos, en lo que parece ser la agonía de una administración que desde sus inicios ha sido hostil al sector tecnológico tanto de Estados Unidos como de otros países, China, en particular. 

Es en este contexto en el que Gary Shapiro, presidente de la Consumer Technology Association ─que organiza el CES─, llamó a los gobiernos a que establezcan reglas claras para el desarrollo y la comercialización de tecnología. Durante la inauguración del CES 2021, Shapiro hizo énfasis en que la asociación a la que representa está buscando la unidad respecto a distintos temas tecnológicos. 

“Nuestra industria necesita normas razonables para que las empresas puedan distinguir lo que es legal de lo que no lo es y así innovar”, dijo.  

Estos temas también salieron a relucir en la entrevista que el presidente de la CTA le hizo a Brian Deese, quien ha sido designado por el próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como director del National Economic Council (NEC), la entidad del gobierno estadounidense encargada de coordinar los esfuerzos de las dependencias de la administración relacionadas con la economía con el fin de desarrollar políticas públicas en materia económica.

En la conversación, Shapiro expresó la preocupación de la industria tecnológica acerca de los objetivos regulatorios que perseguirá la administración de Joe Biden y los impactos que puede tener en la innovación y la competitividad de la industria.   

Deese, quien también trabajó como consejero de la administración de Barack Obama durante la crisis financiera de 2008-2009 y que asumirá el puesto que Larry Kudlow ocupó durante la administración de Donald Trump, respondió que la perspectiva del presidente electo se ciñe a aquello que va a ser bueno para la economía de Estados Unidos y que su forma de medir la salud de la economía es si las familias y la clase media de este país son capaces de vivir con “dignidad económica” y de alcanzar sus objetivos económicos.

El que será el nuevo director del NEC dijo que para alcanzar esta “salud económica”, lo primero que hará la administración de Biden es “invertir en casa” con el fin de impulsar su “fuerza competitiva”. Por lo que las inversiones se orientarán directamente a proyectos de investigación y desarrollo y manufactura, entre otros; aunque advirtió que Biden cree que hay aspectos en los que la arquitectura regulatoria no captura las necesidades de la economía, algo que el próximo presidente planea trabajar con el Congreso estadounidense, según Deese.  

Quien integrará el gabinete del próximo presidente de EU mencionó el programa Built Back Better, que es el plan de recuperación económica y de empleos de Joe Biden y que consiste en reconocer que la economía estadounidense tiene problemas estructurales que detienen su potencial.

“En el pasado hemos hecho demasiado énfasis en cómo se ven algunos datos macroeconómicos trimestrales, como el crecimiento del PIB, perdiendo de vista que si estamos creciendo de una forma que exacerba las desigualdades y que no mejoran la productividad ni el potencial de los trabajadores, entonces hacemos que estas desigualdades persistan y limiten nuestro potencial de crecimiento”, dijo.       

“China es nuestro mayor competidor”

Entre las regulaciones que más afectaron a la industria tecnológica durante la administración de Donald Trump están las tarifas y aranceles impuestos a insumos y productos provenientes de China; así como las restricciones para trabajar con empresas chinas, como Huawei, que impuso a las empresas estadounidenses, como es el caso de Google; además de la amenaza de prohibir la operación de la aplicación china TikTok en suelo estadounidense.  

“Es claro que China es nuestro competidor más serio a nivel global y esta competencia va a ser uno de los retos centrales del siglo”, dijo Deese, quien añadió que la perspectiva de Joe Biden para aproximarse a esta competencia es la necesidad de reconstruir las áreas centrales que dan fuerza a la economía estadounidense y que van de la inversión en la gente, en la industria y en las cadenas de suministro, a la reconstrucción de las alianzas con otros países.    

Otra de las medidas regulatorias que representa una amenaza para las grandes empresas de tecnología, como Google, Facebook, Amazon, Apple y Microsoft ─que patrocina el CES 2021─ son las investigaciones, demandas y juicios en torno a prácticas monopólicas y barreras a la competencia que estas empresas enfrentan no sólo en Estados Unidos sino en otros países y regiones como la Unión Europea, Reino Unido y Australia. En México, la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones han iniciado investigaciones alrededor de mercados en los que estas compañías son agentes económicos.  

Al respecto, Shapiro dijo que si bien Estados Unidos ha sido un líder en muchas áreas del desarrollo de tecnología, ahora las empresas tecnológicas estadounidenses se encuentran bajo una serie de ataques que incluyen demandas y la creación de impuestos especiales, entre otras acciones.

Deese respondió que es necesario asegurarse de que existe un campo de juego parejo a nivel mundial, con una economía saludable en la que las compañías que hacen lo correcto son capaces de crecer y crear empleos; además de garantizar que las empresas estadounidenses de todos los sectores son capaces de competir en un campo de juego nivelado.          

“Nuestras compañías privadas son grandes empleadores, en particular las compañías tecnológicas y por eso tienen la obligación de pensar la forma en la que pueden enfrentar los retos que les presentan los propios consumidores. Por eso hay una oportunidad para pensar en lo que pueden hacer para ser más conscientes del bienestar de su fuerza de trabajo, de la mejor forma de operar los datos que recaban”, dijo.

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

Reportero de Tecnología

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