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Un inventario de robots para controlar la automatización

México se encuentra entre los 10 países en donde los trabajadores son más susceptibles de ser remplazados por robots.

Foto: ReutersReuters

México se encuentra entre los 10 países en donde los trabajadores son más susceptibles de ser remplazados por robots. Esta sustitución laboral se piensa sobre todo en términos de las industrias manufactureras, pese a que tecnologías como la Inteligencia Artificial están haciendo que otros sectores también volteen a ver este tipo de soluciones de automatización como una forma de eficientar y abaratar sus procesos, lo que hará que algunos empleos desaparezcan a la vez que se crean otros.

Este fue el tema que se abordó durante la segunda mesa del primer Foro de los Sistemas y Dispositivos Inteligentes, organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Fundación para el Conocimiento y Cultura Digital (Funco), en el que concurrieron  miembros de la academia, la iniciativa privada y el sector público para hablar sobre los desafíos que supone la automatización para el mercado laboral mexicano.

De acuerdo con un reporte del Instituto Global McKinsey publicado en el 2017, los sectores con el mayor riesgo de ser automatizados en México son el comercio minorista, con 5.5 millones de empleos; le sigue la manufactura, con 4.9 millones; el sector agropecuario, con 4.7 millones; el alojamiento y los servicios de alimentación, con 4.7 millones, y la construcción, con 1.6 millones de empleos que están en peligro de ser sustituidos por máquinas.

Según el estudio, la automatización permite a las empresas mejorar el rendimiento, al reducir los errores, mejorar la calidad y la velocidad, y al lograr resultados que muchas veces van más allá de la capacidad humana. “Basados en nuestro modelo de escenarios, estimamos que la automatización podría elevar el crecimiento de la productividad globalmente en 0.8 y 1.4% al año”, refiere el informe.

Justamente el que un país con cierta dependencia en la manufactura, como México, debe comenzar a implementar políticas públicas al respecto de la automatización y la Inteligencia Artificial fue una de las primeras conclusiones a las que se llegó durante el foro. 

“Hasta el momento no hay ningún país que tenga una regulación precisa al respecto de los robots o de la Inteligencia Artificial”, dijo María Eloisa Talavera Hernández, integrante de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados durante su participación en la mesa.

Desde esta perspectiva, durante el foro se propuso retomar lo que algunas legislaciones ya han trabajado al respecto y se puso como ejemplo el caso de la Unión Europea, en donde la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento presentó a principios del 2017 un informe con recomendaciones sobre aspectos de derecho civil y éticos de la robótica, titulado Normas de Derecho Civil sobre Robótica.

Este informe incluye, a grandes rasgos, la propuesta de introducir un registro de robots, así como el establecimiento de una entidad dedicada exclusivamente a abordar los problemas vinculados a la robótica, además de la necesidad de sentar las bases para establecer ciertos principios de responsabilidad civil en caso de daños cometidos por robots. En este sentido, de acuerdo con los integrantes de la mesa, sería una buena idea comenzar a integrar al menos un inventario de robots en México, con el fin de saber exactamente cuántas y qué tipo de máquinas autónomas trabajan en los sectores productivos del país.

Atender un problema tecnológico a partir de la misma tecnología no debe excluir a las personas de este proceso de reacondicionamiento del mercado laboral. Para Sebastián Sposito, analista de Políticas Públicas y Relaciones Gubernamentales de Google México, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los trabajadores mexicanos en relación con la automatización es que la estructura de seguridad social que debiera protegerlos en el siglo XXI pertenece al siglo XX.

“Hay problemas que no se han resuelto y que la tecnología no va a venir a resolver. Hay que pensar más en los trabajadores como personas que como cifras de un mercado laboral. No es a fuerza de las regulaciones que se van a resolver los problemas en la relación entre el trabajo y la tecnología”, dijo Spósito durante su participación en el foro. 

Más o menos la misma opinión guardó el miembro del colectivo Enjambre Digital, Jacobo Nájera, quien comentó que al hacer un ejercicio de ingeniería crítica puede deducirse que la tecnología representa a la vez que una oportunidad, una amenaza.

“Mientras más dependientes somos de una tecnología, más tenemos que reflexionar sobre su influencia en las dinámicas de la sociedad”, dijo Jacobo Nájera.

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

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