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Ángeles Cruz recibe homenaje en el FICG

La actriz, guionista y directora mixteca recibió el Premio Maguey en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Señaló que no desistirá de la luchar por el territorio a través de su cine, pero denunció que se ha sentido en riesgo de muerte.

Ángeles Cruz impartió una clase magistral en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Foto EE: Cortesía

Ángeles Cruz impartió una clase magistral en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Foto EE: Cortesía

Quisiera que la defensa del territorio no implicara una pena de muerte, pero nos hemos enseñado a que la gente que defiende su territorio muere en este país bajo total impunidad y que los gobiernos no han sabido darnos la certeza”, Ángeles Cruz, cineasta mixteca

“Solamente una vez que salí de mi comunidad, en Villa Guadalupe Victoria, Oaxaca, empecé a conocer el racismo. No lo conocía en mi pueblo, porque allí todos nos parecemos. Tenemos el mismo genotipo, el color de piel, la estatura y el idioma. Pero cuando empecé a salir fue brutal. Los primeros golpes casi me tumban y me deshacen el alma. Me daba mucho coraje, no sabía cómo manejarlo. Se me hacía un nudo en la garganta, pero sentí que eso me fue fortaleciendo. Ahora, los golpes no son necesarios en la vida, pero ya que los tienes, pues te levantas”.

Son palabras de la actriz, guionista y directora de cine, indígena mixteca y lesbiana, Ángeles Cruz durante la clase magistral impartida este miércoles en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el cual le entregó el Premio Maguey a manera de reconocimiento por su activismo en favor de los pueblos indígenas y de la comunidad LGBTIQ+. Su clase magistral se tituló “Revelando realidades”.

Y esa rabia, continuó Ángeles Cruz, “la fui transformando en una semilla poderosa para mí, como diciendo: esto que me estás echando en cara, y que no me puedo quitar, porque no me puedo quitar el color de mi piel, no me puedo quitar la cultura de la que vengo, todo eso lo voy a convertir en mi mejor fortaleza”.

La directora y guía de proyectos fílmicos colectivos como “Nudo mixteco” (2021) y “Valentina o la serenidad” (2023), ha denunciado sin descanso que la comunidad de la que ella forma parte ha sido amenazada por hombres armados para que abandonen su territorio. El año pasado, hizo público un video durante el funeral de su hermano Román Cruz, quien, dijo, fue asesinado junto con otras personas durante una emboscada en el municipio de San Miguel el Grande, en la Sierra de Oaxaca.

“No hemos tenido acceso a la justicia”

Durante la conferencia magistral impartida este miércoles en el Complejo Santander de Artes Escénicas, sede principal del FICG, Ángeles Cruz señaló que la diversidad es elegir a quiénes amar, que hay lenguas diferentes en las que todos nos comunicamos, “entender que venimos de otras culturas y que tenemos otras maneras de entender el tiempo y el aire y las circunstancias que nos rodean, y que esa diversidad es buena para el mundo. Que la heteronorma se quede en un rinconcito y que la diversidad nos empiece a habitar en todos los sentidos. Esa rabia ha sido el motor para mí, porque se convirtió en mirarme al espejo, en reconocerme cómo soy, como parte de una cultura fuerte, ancestral, con un tejido potente que me hace habitar este mundo desde ese lugar”.

Añadió que en este momento de su vida se siente conmovida, como su hubiera pasado un terremoto por su vida. “Vengo de una comunidad en la que la violencia se recrudeció el año pasado de una manera exponencial, donde la gente de mi comunidad fue atacada con armas largas, donde han muerto ochos personas asesinadas y donde el gobierno de Oaxaca nos revictimiza y no hemos tenido acceso a la justicia. Y yo podría seguirme de largo, podría irme a hacer una película y olvidarme del asunto, podría proteger mi vida, pero hay algo que no me deja pasar. Entendí que llevar el cine a mi comunidad es una manera de salvarnos en colectivo”.

Por lo anterior, sumó Ángeles Cruz, “en este momento no contamos con la seguridad para volver a filmar en mi pueblo, y no sé si podré hacerlo en realidad. Para mí el territorio ha atravesado mis historias y en este momento el riesgo que corremos de perder ese territorio también es el riesgo que corremos de perder nuestras vidas. Quisiera que eso no fuera posible, quisiera que la defensa del territorio no implicara una pena de muerte, pero nos hemos enseñado a que la gente que defiende su territorio muere en este país bajo total impunidad y que los gobiernos no han sabido darnos la certeza y garantizar nuestro derecho a la vida sin violencia”.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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