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Bienvenido, míster McQuarrie
Christopher McQuarrie se confirma como uno de los mejores? del cine de acción; ah, y Tom Cruise no ha muerto.
Christopher McQuarrie se llama y es un famoso desconocido. No, no estoy apelando al lugar común de llamarlo ilustre anónimo (bueno, un poco sí), sino que lo digo de manera literal: McQuarrie ha trabajado en varios proyectos de alta envergadura y, sin embargo, su nombre no suena entre aquéllos de los grandes directores.
Se revisa su filmografía y se encuentra cosas interesantes. A sangre fría (The Way of the Gun, 2000), su ópera prima, es un fascinante wéstern contemporáneo protagonizado por Benicio del Toro. Y, en lo quizá sea el trabajo más notable de McQuarrie, está ni más ni menos el guión de esa joyita que es Sospechosos comunes.
McQuarrie es un héroe, sí, pero un héroe de la trinchera.
Misión imposible 5: Nación secreta debe ser la razón por la que desde ya todos honremos a Christopher McQuarrie como uno de los mejores directores del cine de acción.
La quinta entrega de la serie Misión imposible es una delicia caótica, ah, pero un caos con método. Es, por cierto, la tercera colaboración entre McQuarrie y Tom Cruise. Las dos anteriores fueron las muy subestimadas Jack Reacher y Al filo del mañana, divertidísimas.
Nación secreta sigue con la tradición. Es una película espectacular y entretenida. A pesar de que Cruise ya no es joven (en esta cinta se le notan los 53 años que ya carga encima, ya no aguanta los close-ups), todavía es un héroe de acción creíble.
Ethan Hunt (Cruise) sigue siendo la bala perdida de siempre, un espía capaz de las mayores hazañas con tal de lograr su misión secreta. Está rodeado del equipo de siempre, un grupo de leales genios dispuesto a tocar al son de Ethan. Simon Pegg, Ving Rhames y Jeremy Renner regresan a sus puestos habituales y eso es un plus: los tres han tenido carreras en ascenso, podrían fácilmente excusarse de una franquicia, pero confían no sólo en la mano del director sino también en el buen tino de Tom Cruise para elegir a grandes talentos para encabezar las entregas.
Sin embargo, esta vez Hunt se encuentra solo, sobre todo por razones burocráticas. La IMF, la agrupación secreta que emplea a Hunt y sus secuaces, se ve absorbida por la CIA gracias a las presiones de Hunley (Alec Baldwin), un político disfrazado de agente.
Hunt tiene que enfrentarse a una nueva agrupación, el Sindicato, al cual le ha ido siguiendo la pista desde hace años. Según Hunt, el Sindicato ha sido responsable de cientos de actos de violencia al parecer desconectados. ¿Será que Hunt se está volviendo paranoico? ¿Su equipo estará dispuesto a seguirlo esta vez?
Misión imposible tras misión imposible, Ethan Hunt descubrirá al mal enraizado en las propias agencias de seguridad del mundo. Como buena película de espías, la historia va cambiando de ciudades y países, primero Bielorrusia, luego Viena, la Habana, Washington y finalmente Londres. Todas se ven bellísimas, como debe ser.
Misión imposible 5: Nación secreta es una de las películas más divertidas de lo que va del verano. Le digo: en Christopher McQuarrie hay que creer.