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Cetreros, mommy issues y el Estado inglés
Morelia es una ciudad políticamente cargada. Casi todos días hay alguna manifestación pública, sea de campesinos, estudiantes o médicos. Algo está pasando en sus calles.
Morelia, Mich.- Morelia es una ciudad políticamente cargada. Casi todos días hay alguna manifestación pública, sea de campesinos, estudiantes o médicos. Algo está pasando en sus calles.
A una cuadra de esas manifestaciones, el festival de cine parece dislocado, la puerta a otro mundo. Quizá por eso las salas están llenas.
La selección oficial de competencia de largometrajes mexicanos por fin ¡por fin! está dando muestras de vida.
Todo mundo habla de La región salvaje, de Amat Escalante y de Minezota, de Carlos Enderle. Todo mundo excepto ésta, su corresponsal, porque no las alcancé a ver. Será en la CDMX, muchachos. En todo caso, una colega cuyo nombre omitiré describió la primera como las aventuras de un alien en forma de pitos y la segunda como una combinación de planos abiertos de Ciudad Neza, chichis y pobreza . Bueno, las chichis hacen más llevadero lo demás, supongo.
Miguel Calderón ?le entra al cine
En los 80, la escena del arte fue asaltada por un personaje, un cierto chavito que responde al nombre de Miguel Calderón.
Calderón es controversial, no del gusto de todos (no del mío, eso se los aseguro), pero se puede decir de él que en toda su trayectoria no se ha dejado vencer ni por el hastío ni por la desventura.
A Morelia viene con su primera película en forma. No un videoarte, no un videoclip: un largometraje de ficción propiamente escrito, filmado y terminado.
El resultado de varios años de trabajo es Zeus, un drama que no necesita ser perfecto para funcionar.
Es la historia de Joel, un misántropo que a sus más de 30 años vive con su madre. Su único oficio es la cetrería, la caza con halcones. Zeus es su halcón. La madre es algo especial: una exitosísima neurocirujana con la que Joel tiene la típica relación dual de amor y odio digna del peor psicoanálisis.
Les digo que la cinta no es perfecta. Su fotografía asfixiante daña el devenir de la historia, la hace aburrida y las actuaciones no son de lo mejor. Pero, hey, adivinen quién es el actor protagónico: no otro que Daniel Saldaña París, el niño bonito de las letras mexicanas contemporáneas. Hasta se desnudó: no digan que el escritor no se comprometió con su papel.
Zeus es una de las películas mexicanas más interesantes que he visto en esta edición del festival. A ver si la banda Kurimanzutto se encarga de distribuirla; no obstante, les digo, échenle un ojo.
Las paradojas ?de la democracia
¿Saben? Si han visto una película de Ken Loach, las han visto todas. Lo que digo es que al viejo inglés no le cansan los mismos temas y las mismas historias trágicas del otro 99 por ciento . Como un buen boxeador inglés, Loach no cejará en su empeño de dar voz a los menos favorecidos y no se callará hasta que el mundo sea más justo.
Ese combustible hace que a sus 80 años se lleve la Palma de Oro de Cannes 2016 con una película del poder: Yo, Daniel Blake.
La cinta aborda sin temor una de las muchas paradojas de la democracia: la burocracia, el supuesto gobierno de todos, hecho para ser absolutamente igualitario y justo, y al mismo tiempo ser cada vez más inequitativo.
En la burocracia nadie escucha los casos excepcionales como el de Dan Blake, viudo, honesto carpintero y por el momento desempleado, porque así lo ha decidido el Estado inglés, por su propio bien .
A Dan le dio un infarto severo, pero tras sobrevivirlo, la verdad es que está bien. La medicina pública dice que no debe trabajar, mientras que la oficina de seguro de desempleo le niega la pensión porque lo halla en estupendo estado para trabajar, thank you very much.
Loach asalta la historia en dimensión realista, sin afeites. La historia de Dan, su amistad con la madre soltera Katie y las injusticias del primer mundo. Es un Loach formidable.
Les digo, las cosas se empiezan a poner calientes en Morelia.