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Combustibles fósiles, la apuesta errónea

El regreso de la energía generada por carbón, una de las promesas de campaña de Donald Trump, pero no es la tendencia mundial.

Con la imagen de Donald Trump rodeado por un grupo de mineros de carbón se puso fin al famoso Plan de Energía Limpia que su predecesor, Barack Obama, implementó con miras a liderar la llamada revolución de la energía limpia.

En lugar de ello, se emitió la Orden Ejecutiva de Independencia Energética, con la que se va a revertir la intrusión del gobierno y acabar con la guerra al carbón , aseguraba el mandatario.

Además, la Casa Blanca emitía un comunicado explicando que la nueva orden ejecutiva va a ayudar a que la energía y electricidad se mantengan asequibles, confiables y limpias para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleos .

Después de este anuncio, la preocupación de ambientalistas y científicos no se ha hecho esperar. Sin embargo, han analizado mensajes clave que hay que entender en esta nueva política de EU.

Básicamente se trata de una decisión que reforzará el uso de combustibles fósiles, hoy Trump va a desmantelar dos de las medidas más importantes que formaban parte del portafolio de políticas del presidente Obama en las que iba a estar basado en buena medida la reducción de gases de efecto invernadero que Estados Unidos se comprometió a realizar como parte de sus contribuciones colocadas en el anexo del acuerdo de París , explica Adrián Fernández Bremauntz, biólogo y doctor en ciencias ambientales.

Dijo que una de ellas es cancelar el Plan de Energía Limpia, que en términos prácticos ocasionaría que se cerraran prácticamente las plantas de carbón en 20 años. Ya que se implementaban estándares y límites para la emisión de bióxido de carbono, por lo que, si las empresas querían seguir funcionando, requerirían de equipos muy costosos de captura de carbono, lo que encarece mucho los precios y te saca de competitividad .

Otra, es levantar la suspensión para el Proyecto de los Oleoductos de East Town, que proceden desde Alberta, Canadá, entran a Estados Unidos y concluyen en Nebraska.

En entrevista, el especialista dijo que estos oleoductos ya existían, pero se proponía una ampliación importante que en el gobierno de Barack Obama se suspendió, la ampliación implicaba una gran escala de consumo de energía, de extracción de petróleo, quema de combustibles fósiles, que por sí mismos tendrían una huella de carbono altísima .

Incluso científicos estadounidenses decían que, si este proyecto llegara a su máxima capacidad, podíamos despedirnos del cumplimiento de no exceder dos grados centígrados en el tema de calentamiento global , añadió.

Sin embargo, hoy se está invitando a que vengan licitaciones para la ampliación de estos oleoductos y llevar petróleo barato donde hay una sobrada infraestructura de refinación .

Explicó que si ahora hay un suministro barato se podría bajar aún más el precio del petróleo, sus derivados, y con esto fomentar más el uso de vehículos, por ejemplo, lo que incrementa la contaminación de combustibles fósiles.

Se piensa desmantelar los estándares de eficiencia energética para vehículos, que en el 2008 provocaron cambios muy importantes de paradigmas en la industria automotriz haciendo vehículos más eficientes, más compactos y rendidores, además de incentivos para generar autos híbridos.

Pero no todo está perdido, aseguró el también investigador, consultor y miembro de la asociación Ceiba, pues hoy se sabe que la energía eólica y solar ya venía desbancando al carbón, por precio y considerables ahorros de suministro por lo que Trump se va a encontrar con que muchas de las plantas de carbón que ya se cerraron fue por falta de rentabilidad y no desean regresar a estas viejas prácticas. Con o sin Trump va a continuar la tendencia a la eliminación de las plantas que usan carbón, la diferencia puede ser la velocidad con que se eliminen por las políticas del actual mandatario .

Tampoco se aprovecharán las oportunidades en materia de innovación, salud y empleo de la transición energética y la descarbonización, aun así, el resto del mundo aprovechará que Estados Unidos se ha quedado atrás, en especial China quien ya se plantea como el nuevo líder en la revolución de las energías limpias.

La conclusión del experto es que, con estas iniciativas, aunque no se revierte todo lo hecho con anterioridad, sí hay una afectación de la escala de la transformación y muy probablemente Estados Unidos no va a cumplir sus metas planteadas para la Agenda 20-30.

nelly.toche@eleconomista.mx

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