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Covid-19: El virus que devino en una atroz pandemia

Se cumplen cuatro años de que se detectó el primer caso en México, el 27 de febrero de 2020, aquí seguimos la ruta y el desarrollo del coronavirus; y un especialista ofrece algunas reflexiones sobre lo aprendido.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

Ilustración EE: Nayelly TenorioIlustración EE: Nayelly Tenorio

El 2019 fue un año convulso, pero el 17 de noviembre, definitivamente, fue una fecha que nos marcó. China confirmó una “extraña enfermedad” en un paciente hombre de 55 años, en Wuhan. Un nuevo coronavirus empezaría a recorrer el mundo. Entre el 11 y 12 de enero del naciente 2020 se producen las primeras muertes por esta enfermedad hasta entonces desconocida, a la que un mes más tarde la Organización Mundial de la Salud puso nombre oficial –Covid-19–, y el 27 de febrero apareció el primer caso en México, un hombre de 35 años en la Ciudad de México con antecedente de viaje a Italia, justo 74 días después del primer caso diagnosticado en el mundo.

El número de casos aumentó rápidamente, siguiendo una tendencia de crecimiento exponencial e inimaginable. A cuatros años de este hecho, el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina y, en su momento, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, UNAM, hizo algunas reflexiones.

“De entrada no podemos hacer juicios a la ligera y análisis superficiales de la situación, si algo aprendimos es que una pandemia se trata de un hecho con una complejidad inimaginable que requiere que se aborde con seriedad, sin politizar, o polarizar, la idea es tener mejores lecturas que nos permitan estar preparados para la siguiente”.

Dijo a El Economista que el Covid-19 nos dejó seis olas, una carga de enfermedad altísima, un impacto en los servicios de salud nunca antes visto, alto impacto en la mortalidad directa e indirecta, afectaciones a nivel mundial y local, además nos reveló otro universo que compone este tipo de fenómenos, como la injusticia social y la desigualdad.

El especialista comparte que el coronavirus de 2019 no fue algo que nadie hubiera previsto, “desde hace mucho tiempo se había trabajado para una epidemia causada por un patógeno respiratorio altamente contagioso y para el que no existiera inmunidad previa, después de la influenza (2009–2010) hubo trabajo en ello, las epidemias de SARS y MERS también fueron parte de ello”, afirma.

¿Qué falló?

Rodríguez Álvarez explica que una de las fallas fue el uso inadecuado de muchos medicamentos que se usaron de forma incorrecta, sin suficiente evidencia, en medio de confusión. Se usó, por ejemplo, azitromisina, medicamentos esteroideos, como la hidrocortizona, la dezamentazona, de manera indiscriminada.

Los bandazos oficiales sobre el uso del cubrebocas, por ejemplo, también hizo mucho daño; hubo confusión informativa que provocó desconfianza. Los mensajes del subsecretario de Salud, Hugo López Gattel, al mando del manejo de la crisis sanitaria, se movieron constantemente de uno a otro extremo: “la Secretaría de Salud no rechaza el uso del cubrebocas” o “el uso de cubrebocas no es imprescindible”.

En medio del “escenario catastrófico”, –a decir del propio López Gatell, el 4 de junio de 2020 para anunciar la posibilidad de alcanzar la cifra de 60,000 muertes, misma que se alcanzó y se rebasó el 22 de agosto siguiente–, el doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, recomendó el 22 de junio el uso obligatorio de cubrebocas; en respuesta, el subsecretario restó relevancia al dispositivo. “Es difícil determinar el impacto en los contagios en relación con el uso individual del cubrebocas”, dijo.

¿Qué medidas deben permanecer?

El doctor Rodríguez Álvarez, especialista en enfermedades infecciosas, asegura que las medidas que deberían quedarse son: ventilar los espacios cerrados, usar cubrebocas en situaciones y personas de alto riesgo, evitar contagios en la comunidad, prevenir la higiene personal y de los lugares.

Por último, México debe fortalecer su capacidad de investigación y desarrollo de vacuunas, “no podemos depender en la próxima pandemia de lo que fabriquen en otros países. El país es completamente dependiente, ni de cerca somos autosuficientes”.

El especialista concluye que Covid-19 fue una emergencia y tenemos que estar conscientes de que ya no lo es desde el 5 mayo de 2023, pero sigue siendo parte del conjunto de microbios (las variasnte que siguen aparecienndo) causante de enfermedad y daño en la temporada invernal.

Sin embargo, hoy tenemos pruebas rápidas y PCR para el diagnóstico, y ya sabemos cómo se transmite, quiénes están en mayor riesgo, qué hacer con los enfermos, y contamos con un antiviral (Paxlovir) para proteger a la población.

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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