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Del neoliberalismo, el problema fue el modelo y quienes lo aplicaron: Ana Lilia Pérez
En ningún país del mundo ha funcionado; ¿cuál es la particularidad del caso mexicano?, la alta corrupción por parte de quienes la aplicaron, señala la autora del libro “Hijos del neoliberalismo. La historia contemporánea de nuestro México saqueado”, editado por Grijalbo.
Durante el periodo en que se implementó en México el modelo económico neoliberal, funcionarios públicos que debieron haber velado por el bienestar común se transformaron en arquitectos de su propia fortuna, plantea Ana Lilia Pérez.
La autora del libro “Hijos del neoliberalismo. La historia contemporánea de nuestro México saqueado”, editado por Grijalbo, señala que el problema fue el modelo y su aplicación, particularmente la alta corrupción por parte de quienes lo implementaron. Asimismo, señala que no es algo que haya pasado.
—¿Cuál es la tesis de este libro?
—En el libro se exponen todos esos mecanismos que por muchos años se fueron desarrollando en distintos gobiernos para aplicar el modelo neoliberal, que tenía que ver, sí, con la privatización de recursos públicos, que era una tendencia internacional que se ofrecía como propuesta frente a crisis.
En México, tuvimos una crisis muy fuerte en los años ochenta y es en ese periodo de administración, cuando se opta por aplicar este modelo neoliberal, influenciado también porque muchos de los funcionarios que estaban en el sector hacendario se habían formado precisamente bajo las directrices de la Escuela de Chicago, que es una de las que hace estas propuestas.
Se aplica toda esa tendencia de privatizaciones de más de mil empresas públicas de distintos sectores, pero también se va planteando cómo se fue aplicando en otras esferas de la administración.
—¿El problema fue el modelo o el problema fue la forma en que se implementó y por quiénes la implementaron?
—Pues yo diría que el modelo y su aplicación. El modelo porque se hacían promesas falsas de que en tanto se privatizaban, las empresas públicas, esos sectores privados generarían muchos empleos.
Esa famosa teoría del goteo, de la distribución que caería por goteo a la sociedad. Eso fracasó en México como fracasó en otras regiones del mundo.
—¿Cuál es la particularidad del caso mexicano?
—La alta corrupción por parte de quienes las aplicaron. Por eso también hablo de los beneficios que tuvo al paso de los años la familia de quien fue secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, que era una de las figuras clave en estos modelos de aplicación, los famosos tecnócratas. Cómo, en un momento que comienza este impulso a las llamadas reformas estructurales, pues la empresa que crea su hijo, que fue un conglomerado de compañías para rentarle a Petróleos Mexicanos plataformas, se ve envuelta en una circunstancia que hasta hoy se sigue litigando a nivel internacional, y cómo capitalizaron parte de esa empresa de las afores que habían sido privatizadas bajo este modelo neoliberal.
—¿No había condiciones en México para que se aplicara o más bien no había forma de que un modelo así funcionara o funcione?
—Pues no ha funcionado en ningún país del mundo. Es una revisión la que se está poniendo ahora a nivel internacional. Voy a hablar del caso de Chile, por ejemplo, que se plantea también en este libro, porque era necesaria la comprensión de dónde surge esa propuesta, dónde se aplica esa propuesta y plantea el caso chileno previamente al caso mexicano porque a Chile se le ubicó así se decía como el laboratorio del neoliberalismo en la región y de hecho quienes lo aplicaron tuvieron cargos en ministerios bajo la dictadura militar de Pinochet y fueron formados precisamente en la escuela de Chicago bajo estas directrices del modelo neoliberal y su aplicación generó enormes desigualdades como se generó en México.
Yo planteo también un caso que ha sido emblemático para nuestro país y que es historia, pero es presente y que es el caso del Fobaproa: un rescate bancario muy polémico. Aquí se va explicando por qué se fue encareciendo ese rescate y que son deudas a largo plazo que se endosan a la ciudadanía y que son modelos que han resultado muy lesivos que van endeudando los países y que el beneficio fue solo para algunos particulares y eso también debemos tenerlo claro.
—¿Cuál es la principal experiencia que debemos de tomar como país o tener muy presente de esta época neoliberal?
—Mira, yo pienso en esta frase de Cicerón que se incluye en el libro, porque solamente teniendo una conciencia histórica vamos a tomar decisiones con base en información.
La ciudadanía tiene derecho a estar informada de manera veraz, de manera responsable.
Este libro trata de exponer la manera en la cual se han administrado los recursos públicos los derroches, los malos manejos los quebrantos de donde han salido grandes fortunas que hay en nuestro país de las cuales se tiene que hacer una explicación también, se tiene que rendir cuentas también.
—¿Hay riesgos de regresión?
—No es algo que haya pasado desafortunadamente y en este libro también se plantean casos que están pendientes de rendición de cuentas.
Está el caso Segalmex aquí en el libro también, porque es un caso que está bajo investigación actualmente.
Falta mucho por saber de esa indagatoria y es un caso donde todavía no queda claro con exactitud cuál fue el monto de las afectaciones.
Si me preguntas si está latente el riesgo de que se vuelva a estos modelos, no es algo del pasado. Te pongo otro ejemplo, con el pretexto del modelo neoliberal se empezó a dar pie a, perdones fiscales y a que se sacaran fortunas a paraísos fiscales y que desde ahí se administraran y que se siguiera obteniendo grandes ganancias.
—Parte de la narrativa con la que llegó el gobierno actual fue este discurso en contra del modelo neoliberal. ¿Cuáles son las diferencias entre la forma de conducir la economía hoy, de las formas en que se conducía la economía en este periodo neoliberal?
—Hay una muy marcada diferencia y es que cuando empieza a aplicarse este modelo neoliberal en el país, al mismo tiempo privatizaban las empresas públicas, sí se fue creando una burocracia dorada. Esa es una realidad, se fueron creando muchas prebendas y canonjías para los altos funcionarios o mejor dicho para los funcionarios en cargos públicos de alta relevancia se fueron creando beneficios (…) todo eso, pues se dejó sin efecto y eso fue un beneficio grande para la hacienda pública.