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Arte e Ideas

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El impacto de no poder consultar revistas científicas en instituciones públicas

En 2017 SCImago Research Group realizó un estudio con indicadores cienciométricos que permitió medir el uso, valoración e impacto del Conricyt. De acuerdo con los resultados, 85.4% de los estudiantes calificó los servicios como excelentes o buenos, en tanto los académicos e investigadores lo hicieron en un 88.1% y los bibliotecarios en un 86.6 por ciento.

Gran parte de la comunidad estudiantil, docentes e investigadores han sido informados de forma oficial que a partir del 30 de abril de 2021, los recursos digitales de Conricyt, EBSCO, ELSEVIER, IEEE, AAA y ACS, dejarán de dar servicio por tiempo indefinido, ¿qué significa esto para la academia?

Luego de platicar con especialistas, explican que para un investigador comprar las suscripciones científicas es una inversión que no siempre se puede pagar, a la par, lo que busca es que otro colega lo lea y lo cite, es decir, que su trabajo sea útil y aporte, por lo tanto la mayoría de los investigadores buscan publicar en revistas de alto impacto, es decir, publicaciones que son muy consultadas por la comunidad internacional. Uno de los primeros requisitos que se revisan son las fuentes actualizadas, por ello se requiere de recursos digitales renovados.

Hace 12 años para que los investigadores pudieran acceder a estas costosas publicaciones, se creó el Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt) , este funcionaba con una bolsa de recursos mixtos (Conacyt-Instituciones), que pretendía aliviar las cargas de gastos de suscripción en recursos de información, sobre todo para las universidades e instituciones en los estados de la República, pues en el pasado los investigadores tenían que venir a la Ciudad de México solo para consultar publicaciones. Desde el punto de vista del desarrollo científico el no proporcionar las mismas condiciones a una universidad y otra, genera el “efecto mateo”, es decir una centralización.

Para tener un efecto real en las comunidades de investigación, más allá de Ciudad de México,  una de las condiciones es darle información científica a estudiantes en formación e investigadores. El mecanismo Conricyt lo que permitía era sentarse a la mesa con las publicaciones científicas y negociar para un gran número de instituciones montos de suscripción mucho más bajos (hasta un 60-70% del costo unitario).

Esto logró en muy poco tiempo brindar un acervo de información mucho más amplio, que prácticamente llegó a cubrir el 90% de las necesidades de información de investigadores mexicanos, sin embargo durante los dos últimos años comenzaron las cancelaciones de suscripción, hasta ahora que de manera oficial prácticamente desaparece el recurso

El mundo de las suscripciones a publicaciones científicas

El principio en el que se basa la compra o adquisición de suscripciones en consorcio es como el de la suscripción a un periódico, para recibir las publicaciones actuales hay que pagar. Al ser los países desarrollados quienes están al día y tienen los centros de investigación más fuertes, son quienes también tienen las casas editoriales científicas más importantes del mundo, esto es parte de la geopolítica científica, los polos de desarrollo científico (China, Estados Unidos y Europa) generan sus propios sistemas de comunicación científica y tienen editoriales especializadas que se dedican a hacer toda la gestión.

Las suscripciones científicas tienen la peculiaridad de que son irrepetibles, es decir sólo hay una revista Nature o Science y aunque se puede encontrar algo sobre el tema en otras publicaciones, nunca serán las mismas investigaciones. Esto se ha vuelto en un producto de mercado oferta-demanda que además se cotiza en dólares, esto para regiones como América Latina es un problema por el tipo de cambio.

En la actualidad el costo se ha encarecido, esto a pesar de que las suscripciones prácticamente ya son digitales, son verdaderas empresas que reditúan a sus instituciones y los gobiernos de los países por sus pagos de impuestos. Para mitigar esto la comunidad europea se había planteado la posibilidad de que en el 2020 todas las publicaciones de editoriales científicas europeas estuvieran en un modo de acceso abierto, sin embargo esto no ha podido ser así, pues las grandes publicaciones pueden llegar a cobrar de 3,000 a 6,000 dólares por publicación. Aunque el movimiento de acceso abierto ha avanzado considerablemente, no se ha podido llegar a eliminar la suscripción.

El Conricyt se calificó como un bien público que potenciaba las capacidades poniendo recursos de clase mundial a disposición de la comunidad y se observaban los siguientes aspectos:

  • Aumento en la cantidad de conocimiento científico y tecnológico, así como el número de campos temáticos
  • Mejora en el impacto de la producción científica y tecnológica generada en México.
  • Eleva la calidad del aprendizaje de los estudiantes.
  • Descentralizó el acceso al conocimiento científico y tecnológico.
  • Mejoró la calidad de las revistas donde publican los investigadores, así como la calidad de las revistas científicas publicadas en México.
  • Generó equidad a nivel país, al permitir que instituciones pequeñas tengan acceso.
  • Mejoró las pautas de generación de conocimiento en México y aumentó la cantidad de conocimiento científico de utilidad para la innovación.

nelly.toche@eleconomista.mx

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