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El lado oscuro del Nobel de la Paz
Malala Yusafzai, de 16 años, podría convertirse en la galardonada más joven en la historia del destacado premio, lo que le cambiará la vida, pero también la pondrá bajo la lupa del mundo.
Oslo-. Junto con la gloria, el Premio Nobel de la Paz tiene un lado oscuro que probablemente hará que el comité piense mucho antes de otorgar el viernes el reconocimiento a la favorita, una activista adolescente paquistaní que recibió un disparo de los talibanes.
El galardón ha cambiado la vida de presidentes, combatientes por la libertad o humildes defensores de los derechos humanos, pero algunos premiados afirman que es difícil ser colocados en un pedestal de por vida en el que acciones, errores y debilidades llegan a ser juzgados con la vara de la santidad.
Este año, ese lado oscuro de la fama es más relevante que nunca porque Malala Yusafzai, a quien los talibanes le dispararon hace un año en la cabeza por pedir educación para las niñas, apenas tiene 16 años.
Todos los que han ganado el premio hasta ahora ya habían elegido una profesión como adultos al ser reconocidos. Yusafzai tiene la mitad de la edad del más joven ganador desde que se creó el galardón en 1901, Tawakul Karman, una activista por la paz de Yemen que tenía 32 años cuando compartió el premio en 2011.
Geir Lundestad, que preside y asiste a las reuniones del comité de paz como director del Instituto Nobel Noruego, dice que no hay límite de edad.
"Transformará sus vidas", dijo sobre los nuevos laureados.
"Les lloverán invitaciones. Los escucharán y algunos de ellos incluso serán considerados santos", dijo. "Pero no me he reunido con nadie que lamente haber sido elegido para el Premio Nobel de la Paz".
Este año ha habido un récord de 259 candidatos, pero el nombre de Yusafzai ha sonado con fuerza. El comité de cinco integrantes, habitualmente miembros de los principales partidos políticos de Noruega, reduce los candidatos antes de elegir a un ganador de entre una corta lista que no se hace pública.
"CRIATURA SANTA"
Jody Williams, que ganó parte del premio como coordinadora de una campaña para prohibir las minas antipersona en 1997, es franca al hablar del lado malo, y en su autobiografía de 2013 escribió que ganar no es "todo alegría y maravilla".
Algunas personas suelen imaginar que el Nobel transforma al premiado en "algo así como una criatura santa. Es bastante atemorizante realmente", escribió, añadiendo que estaba muy alejada de la madre Teresa, ganadora en 1979 que luego fue beatificada en 2003.
Kristian Harpviken, responsable del independiente Instituto de Investigación por la Paz de Oslo, dijo que Yusafzai era su preferida para el premio de este año, dotado de 1.25 millones de dólares. También es la favorita en las apuestas y en los medios noruegos.
"La principal cuestión sobre Malala es su edad", dijo.
Harpviken añadió que creía que el premio afectaría sólo marginalmente el riesgo de que Yusafzai, que se encuentra ahora en Inglaterra, pueda ser de nuevo blanco de los talibanes.
Pero añadió: "El otro aspecto es por supuesto cargar a alguien, que aún es básicamente una niña, con tener que llevar el peso de un Nobel durante el resto de su vida y eso, hay que admitir, es difícil".
Rajendra Pachauri, responsable indio del panel de la ONU sobre el clima que compartió el premio en 2007 junto con el ex vicepresidente estadounidense y activista medioambiental Al Gore, dijo que el galardón tenía un gran beneficio pese a quedar bajo la lupa de los medios.
"Recibes un enorme escrutinio de la gente y de los medios. Por su puesto que eso tiene ventajas y desventajas", dijo. "En algunos sentidos, (el premio) llevó a los científicos del cambio climático a unirse más", agregó.
Lundestad, una autoridad sobre el premio porque ha sido secretario del comité durante 23 años, dijo que los cinco miembros eran conscientes de los deseos y riesgos de los candidatos, y que lo fueron especialmente con Liu Xiaobo, un disidente chino encarcelado que ganó en 2010.
El comité discutió si se le daba el premio cuando sabía que el impacto a corto plazo sería principalmente negativo para él personalmente. "Es un asunto profundamente moral. La impresión del comité fue que él quería el premio", dijo Lundestad.
Otros candidatos mencionados este año son Denis Mukwege, un ginecólogo congolés que ayuda a sobrevivientes de violencia sexual, y Bradley Manning, un soldado estadounidense condenado por filtrar archivos secretos de su país a WikiLeaks.
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