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El mundo pacta nuevo acuerdo por la biodiversidad

El acuerdo Kunming-Montreal en el marco de la COP 15 es la culminación de cuatro años de trabajo para crear un pacto que guíe los esfuerzos mundiales de conservación hasta 2030. 

Huan Runqiu, ministro chino de Ecología y Medio Ambiente y presidente de la COP15 declaró aprobado el acuerdo. Foto: Reuters

Huan Runqiu, ministro chino de Ecología y Medio Ambiente y presidente de la COP15 declaró aprobado el acuerdo. Foto: Reuters

Calificado como “un hecho histórico”, este lunes 19 de diciembre se dio a conocer el documento más importante generado por la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre Diversidad Biológica (COP15) y que regirá las acciones en los años futuros. Se trata del nuevo "Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica", que compromete al mundo a detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030, un objetivo mundial aclamado como el equivalente al del clima, de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5 grados centígrados.   

Durante las últimas dos semanas los gobiernos de todo el mundo se reunieron en Canadá con el objetivo de concertar el nuevo conjunto de metas que serán adoptadas por 196 Estados Parte en el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), en busca de conservar al menos el 30% de la Tierra, agua dulce y océanos del mundo, además de respetar los derechos de los pueblos indígenas, comunidades locales, y reconocer las contribuciones de los territorios indígenas y tradicionales. 

El texto también aprueba el objetivo de que los países ricos proporcionen al menos 20,000 millones de dólares anuales para 2025, y al menos 30,000 millones de dólares anuales para 2030, es decir, aproximadamente el doble y el triple de la ayuda internacional actual para la biodiversidad. Algo que se considera un gran logro es que este compromiso recae en "los países desarrollados, y en los países que asumen voluntariamente obligaciones de países desarrollados" miembros del CDB. 

Los países deben igualmente "prevenir, reducir y trabajar en la eliminación de la contaminación plástica" y "reducir los riesgos de contaminación y el impacto negativo de la contaminación de todas las fuentes, para 2030, a niveles que no sean perjudiciales para la biodiversidad". Esto especialmente para tratar de reducir a la mitad tanto el exceso de nutrientes como el riesgo general que representan los plaguicidas y los productos químicos altamente peligrosos para la naturaleza. 

También se busca eliminar y reducir de forma gradual y progresiva las subvenciones que dañan la biodiversidad en al menos 500,000 millones de dólares cada año para 2030. 

Otro elemento nuevo son los mecanismos de cumplimiento. En el pasado casi ningún objetivo fijado en el anterior acuerdo en Aichi (Japón 2010), se cumplió al final de su vigencia (2020), por ello, para no repetir errores, los países han adoptado un mecanismo común de planificación y seguimiento, con indicadores precisos. Y una posible revisión de las estrategias nacionales, si los países no están en el camino correcto. El problema es que el texto es menos restrictivo que el del acuerdo climático de París. 

De acuerdo con la evaluación de la ONU, en estos momentos alrededor del 17% de la superficie terrestre y el 10% de la marina están bajo protección. Ese 30% es un mínimo para científicos y ONG, muchos de los cuales estiman que sería necesario un 50%. 

Algunas tensiones

Los países asistentes a la COP15 habían estado negociando un texto propuesto el domingo, pero las conversaciones sobre los puntos más delicados del acuerdo se prolongaron hasta el lunes por la mañana. La discusión sobre cómo financiar los esfuerzos de conservación de la biodiversidad en los países en desarrollo llevó a intensas negociaciones. 

Luego durante la sesión plenaria donde se aprobó el documento, el representante de la República Democrática del Congo expresó su rechazo al texto presentado. Argumentó que este debía ser adoptado por unanimidad de acuerdo con las reglas de la ONU; a pesar de ello, el ministro chino de Ecología, Huang Runqiu, quien preside la cumbre, dio por aprobado el pacto. Posteriormente un representante de Camerún dijo que el acuerdo se había “aprobado por la fuerza”. Uganda por su parte, pidió que constara en acta que no apoyaba el procedimiento. 

Es importante mencionar que el Congo es el segundo país con más bosques tropicales del mundo y alberga la mayor extensión de selva tropical africana, lo que le confiere un papel crucial en el futuro de la biodiversidad del planeta. 

Marco Lambertini, director general de WWF Internacional, opina que los acuerdos podrían verse socavados si no se tratan adecuadamente a nivel nacional cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.

 

“El acuerdo representa un hito importante para la conservación de nuestro mundo natural, y la biodiversidad nunca ha estado en un lugar tan alto en la agenda política y empresarial, pero puede verse socavado por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos. También carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos”, señaló Lambertini.  

Agregó que ahora tenemos que ver la implementación inmediata de este acuerdo, “sin excusas ni retrasos: la naturaleza y todos los que dependemos de ella para nuestro sustento, economía y bienestar hemos estado esperando demasiado, ya es hora de que la naturaleza prospere de nuevo. Los gobiernos han escogido el lado correcto de la historia en Montreal, pero la historia nos juzgará si no cumplimos la promesa que hicimos hoy”.  

Por su parte, Lin Li, directora de Política e Incidencia de WWF Internacional dijo que la misión del acuerdo de detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 tiene el nivel de ambición adecuado, pero si sumamos los objetivos y metas, por sí solos no son suficientes para conseguirlo. “Por ejemplo, carece de un objetivo numérico para reducir la insostenible huella de carbono de la producción y el consumo. Esto es decepcionante y requerirá que los gobiernos tomen medidas a nivel nacional. Sin embargo, estamos esperanzados, hace dos semanas teníamos una montaña de diferencias que resolver. Hoy nos vamos con un acuerdo que empieza, al menos, a sanar nuestra relación con la naturaleza”.  

Las metas del acuerdo Kunming-Montreal:

El acuerdo se estructura a través de cuatro grandes objetivos y se desarrolla con 23 metas que sustituyen a las de Aichi, entre las más importantes se encuentran:  

Protección de al menos el 30% de las tierras, aguas continentales, zonas costeras y océanos del mundo.  

Restaurar completamente (o estar en proceso de conseguirlo) el 30% de los ecosistemas terrestres, continentales y costeros y marinos degradados del planeta.

Reducir el desperdicio mundial de alimentos a la mitad y reducir significativamente el consumo excesivo y la generación de residuos.

Reducir a la mitad tanto el exceso de nutrientes como el riesgo general que representan los pesticidas y los productos químicos altamente peligrosos.  

El documento en línea lo puedes encontrar en: https://www.cbd.int/doc/c/2c37/244c/133052cdb1ff4d5556ffac94/cop-15-l-25-es.pdf

nelly.toche@eleconomista.mx

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