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García Márquez... hasta siempre
El Premio Nobel de Literatura regresó a su casa luego de estar internado y falleció rodeado de su esposa e hijos.
García Márquez murió un jueves santo a los 87 años en la ciudad de México víctima de cáncer. Un jueves santo que cimbró no sólo al mundo intelectual, sino a las personas que leyeron y elevaron su imaginación con los textos de Gabriel García Márquez y esa narrativa que lo llevaron a ser llamado el padre del realismo mágico.
Hacía apenas unos días, el 8 de abril, la familia del Premio Nobel de Literatura 1982 había recibido en su casa, ubicada en la calle Fuego número 144 en Jardines del Pedregal, nuevamente al escritor de Cien años de soledad y La Hojarasca luego de haber estado hospitalizado nueve días en Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y debido a su avanzada edad, quedó fuera de todo tratamiento oncológico y ya sólo recibía cuidados paliativos.
Poco después de las tres de la tarde, la noticia de la muerte del considerado ampliamente como el escritor en español más popular desde Miguel de Cervantes en el siglo XVII, y comparado con otros grandes como Mark Twain y Charles Dickens, fue confirmada por dos personas cercanas a la familia y de inmediato la noticia se hizo mundial.
No hubo honras fúnebres por decisión de la esposa Mercedes Barcha y sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha; sus restos fueron incinerados en total privacidad dentro de la funeraria García López, lugar al que llegaron compañeros escritos, amigos y lectores, sin embargo, a nadie ajeno a la familia se les permitió el paso y las flores amarillas quedaron en la calle.
El destino final de las cenizas de García Márquez, también conocido como Gabo, no está decidido todavía, aunque todos los lugares importantes en la vida del escritor sueñan con conservar al menos parte de sus restos: México, Colombia y su natal Aracataca.
Es una decisión estrictamente de la familia, tremendamente privada e íntima y nosotros como gobierno no nos vamos a pronunciar hasta que la familia no tome una decisión oficial y todavía no lo ha hecho , dijo el sábado a el embajador colombiano en México, José Gabriel Ortiz.
El diplomático aclaró que la decisión de que se repartan entre México y Colombia sus restos no es un hecho sino el deseo de todo el pueblo colombiano , empezando por el presidente Juan Manuel Santos .
