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Arte e Ideas

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Gustavo Dudamel, dos orquestas en torno de Mahler

La hazaña musical se cumplirá en un lapso de tres semanas y contará con la participación de las dos orquestas que Dudamel actualmente dirige: la Filarmónica de Los Ángeles y la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.

Gustavo Dudamel se propuso una proeza más en su carrera como director de orquesta, por lo que el viernes pasado (13 de enero) en Los Ángeles, California, dio el primer paso de lo que él denominó Proyecto Mahler; ambicioso programa que consiste en dirigir las nueve sinfonías de Gustav Mahler para conmemorar el centenario de la muerte de este gran compositor.

La hazaña musical se cumplirá en un lapso de tres semanas y contará con la participación de las dos orquestas que Dudamel actualmente dirige: la Filarmónica de Los Ángeles y la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.

La madre de todos los conciertos

Los organizadores anuncian que el cierre será espectacular. El Proyecto Mahler culminará con la madre de todos los conciertos: el 4 de febrero se reunirán en Los Ángeles las dos orquestas (la Filarmónica y la Simón Bolívar), más 16 coros, con la misión de acometer la Octava Sinfonía. Esa noche tendremos a más de 1,000 artistas reunidos -entre músicos y cantantes- en el escenario del Shrine Auditorium. La prensa californiana destacó en sus páginas culturales el arranque del Proyecto Mahler. El diario Los Angeles Times elogia el concierto, pero también deja ver algunos asegunes.

Recoge el comentario lleno de admiración de los funcionarios de la Filarmónica de Los Ángeles, quienes observan que entre el tiempo de ensayos y de dirección del programa completo, el inquieto Gustavo Dudamel habrá dirigido más de 70 horas de música de Mahler, probablemente de memoria gran parte de ella, en un lapso menor a un mes.

Este diario consideró también que no hay un director que haya dirigido tanto Mahler en un tiempo tan corto. Comenta que esto es algo inmoderado y que los riesgos no son solamente físicos, sino psíquicos . También destacó la actuación del barítono Thomas Hampson, un maestro en canciones de Mahler, quien al comienzo del concierto del viernes 13 interpretó Las canciones de un viajero .

El viernes por la noche, luego de que Hampson calentara el auditorio, llegó el turno a Dudamel y la Filarmónica de Los Ángeles con la Cuarta Sinfonía. En esta parte, en el último movimiento, también intervino la soprano Miah Persson. Así fue recordado en este arranque del proyecto el extraordinario músico del romanticismo. Porque para Dudamel se trata de rememorar bien y a lo grande a su entrañable compositor, al que aprendiera a querer y admirar desde que en su infancia lo escuchara por primera vez.

Aunque hay otro hecho, más decisivo aún, para que el joven venezolano lleve a cabo esta gesta musical: resulta que la primera pieza sinfónica que dirigió Dudamel (cuando tenía 16 años) fue ni más ni menos que la Primera Sinfonía de Mahler. De ese calibre es el director del que estamos hablando, quien ha dirigido a las mejores orquestas del mundo y ganado una buena cantidad de premios... Y sigue tan campante.

A la expectativa de la locura

Las comunidades culturales de Los Ángeles y de Caracas están a la expectativa de esta locura -como el mismo Dudamel la ha calificado- que implica tocar alternadamente en Estados Unidos y en Venezuela la obra sinfónica de este músico.

El plan que cumplirá Gustavo Dudamel al pie de la letra contempla iniciar el 13 de enero -como ya se hizo- en el Disney Concert Hall de Los Ángeles con la Cuarta Sinfonía, a cargo de la Filarmónica de Los Ángeles; luego seguirá en otras fechas con la Primera Sinfonía, Sexta, Novena y el Adagio de la Décima (inconclusa). Por su parte (también en Los Ángeles), la Orquesta Simón Bolívar ejecutará la Segunda, Tercera, Quinta y Séptima Sinfonía.

Más tarde, el 4 de febrero, sobrevendrá la apoteosis antes descrita y un par de días después, pero en la ciudad de Caracas, Venezuela, será repetido completito el Proyecto Mahler con la actuación de las dos orquestas que dirige Dudamel.

En noviembre del 2007 vino a México por primera vez, y en esa ocasión tuve oportunidad de platicar con Gustavo Dudamel y conocer a este joven inquieto, talentoso, pero sencillo, casi humilde en su trato, muy lejano de la pose de los famosos. Recuerdo que el venezolano acababa de salir de su cuarto, en el hotel en que se hospedó, frente a la Alameda Central. Llevaba de la mano a su compañera, Eloísa Maturén.

Cuando le dije que varios periodistas nos queríamos reunir con él para platicar de su visita a México después de su gira por Nueva York, dudó y antes de responder dirigió la mirada a su mujer y le preguntó si estaba bien que hablara con los periodistas mexicanos.

La esposa respondió: Por supuesto, adelante , y la plática se hizo. Esa noche, en Bellas Artes, dirigió uno de sus mejores conciertos, obviamente con música de Mahler.

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