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Arte e Ideas

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La Revolución en el limbo

Soles en la sombra de Estela Leñero es una historia de fantasmas que, sin embargo, habla concretamente de México.

La reflexión sobre el ocaso de la revolución no es impertinente. Para aquellos entusiastas de la coyuntura per se, cuya mirada es tan corta que solo se fija en el día a día o tan pálida que olvida a los dos días los sucesos que no pasan a las notas fulgurantes, se estrenó la semana pasada una reflexión a destiempo convertida en obra de teatro, Soles en la sombra, original de la dramaturga Estela Leñero.

Tres mujeres enamoradas y entregadas a una causa: la revolución, y dos ideales: justicia y libertad: Juana Belén (Luisa Huertas), María Talavera (Mariana Giménez) y Leonor Villegas (Emma Dib), mujeres revolucionarias, relacionadas de alguna u otra manera con los grandes mitos antitéticos del movimiento armado: Flores Magón, Zapata y Carranza, nos llevan a una zona o interzona que nos parece similar (si es que alguien lo ha visto) al purgatorio, una zona en la que el quebranto, la confusión y la pérdida son las maneras en las cuales las almas siguen penando por sus muertos del pasado y del presente, que son también nuestros, y que son a fin de cuentas los mismos.

En esta ocasión, la directora del montaje, Claudia Ríos, optó por utilizar toda la profundidad del foro de la sede de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y lo dividió en dos, de forma horizontal: del frente hacia el fondo. Una lámpara cuya luz ilumina una luna en el frente del escenario sugiere un espacio fuera del tiempo y de la historia, y lo que ocurre allende esa frontera lumínica es el relato de vida de estas tres mujeres, papeles interpretados por tres actrices probadas, que, sin duda, se cuentan entre las mejores actrices que hay en nuestro país.

Esas mujeres revolucionarias, sin haberse conocido en vida, pueden reconocerse una vez que atraviesan el umbral que las coloca en esa dimensión atemporal, en la cual reinan el polvo y el frío y en donde para sobrellevarlo se ha levantado una fogata. En esa entre zona se hermanan, y sufren de nuevo pero ahora de impotencia. Sufren pero también aprenden a perdonar y encuentran su liberación porque el perdón es la única libertad dable a los fantasmas, su única luz en la sombra.

Sí. "Soles en la sombra" es una historia de fantasmas que, sin embargo, habla concretamente de México. Porque precisamente eso es lo que todos nosotros somos hoy en día: fantasmas que vemos muertos en los noticieros; nosotros, muertos o sonámbulos que no decimos absolutamente nada mientras la cifra crece sin que siquiera pase por nuestra cabeza que el siguiente puede ser cualquiera de nosotros,

y que si así ocurriera nada va a pasar, nadie va a decir nada, porque si nos matan en una emboscada del Ejército, cometiendo la estupidez de pasar por ahí siendo ése el momento menos indicado, muy probablemente la culpa será nuestra y seremos uno más, uno sin rostro, uno que simplemente sirvió para darle pretexto a otros de que su lucha era necesaria, casi santa.

México, un pueblo de muertos como bien lo sabía Juan Rulfo. País de fantasmagorías, o en otras palabras, de simulacros, de hologramas, de destellos que jamás alcanzaron una corporeidad por más que se buscó darle solidez.

Un ejemplo: la revolución mexicana, un hecho fantasmal que intento ser sólido en un partido, y ahí encontró su nicho de muerte.

La obra de teatro distiende el instante en que la muerte, ese fetiche que nos encanta a los mexicanos decir que lo llevamos en la sangre y en la cultura, nos puede servir para repensar la vida y nuestro habitar civil porque la obra de Leñero es un doble homenaje: un homenaje a los ideales, primero que nada, pero también un homenaje a las vidas tomadas por ese múltiple sacrificio moderno que hoy recordamos bajo el nombre revolución.

La puesta en escena gana en su valentía textual, en la imaginación de la escenografía y en las actuaciones, pero pierde en el ritmo, en los exacerbados lamentos que marca el texto a las actrices y en la frugal iluminación.

En las butacas aledañas a las de este reseñista, de un lado un hombre bostezó repetidas veces, del otro una mujer sollozó en los momentos más intensos del drama. la obra dura casi dos horas y la entrada es gratis. Puede tomar la oportunidad.

Sede de la CNT

Dirección: Francisco Sosa 159, Coyoacán)

Fecha: Del 1 al 24 de abril del 2011

Funciones: J y V 20 hrs; S 19 hrs y D 18 hrs

Entrada: libre.

aflores@eleconomista.com.mx

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