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La UNAM mejora los procesos de gasificación de biomasa
Los especialistas explicaron las ventajas de este proceso, cuya energía puede producirse las 24 horas y no depende de factores geográficos o ambientales.
Se habla mucho de energías renovables, pero se ve poco , dijo Daniel Camarena Elizondo, director general de G2E, al presentar los avances del Centro de Transferencia Tecnológica de Gasificación de Biomasa, que junto con la UNAM y la Sagarpa han creado una novedad incluso internacional, pues esta planta concentra en una sola instalación gasificadores con variaciones que permiten hacer valoraciones rápidas sobre el potencial de distintos tipos de biomasa.
Pero lo más importante: ¿esto para qué sirve y cuál es su impacto? En pocas palabras, los sistemas de gasificación se utilizan para el aprovechamiento de residuos agrícolas, producción de energía y biocarbón.
Luis Álvarez Icaza, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explicó que esta tecnología no es nueva ni es nuestra, pero es una tecnología dormida que no tenía relevancia porque no teníamos los problemas ambientales que tenemos. Lo que estamos haciendo son mejoras para los procesos a través de la investigación y demostrar su viabilidad .
Dijo que la gasificación es uno de los pocos procesos energéticos que tiene suma negativa en el ciclo del carbón, pues se trata de un proceso con enorme potencial tanto para comunidades rurales aisladas como para la industria agropecuaria y forestal. Esta forma de energía no sólo no contamina, sino que también podría contribuir activamente a disminuir contaminantes de la atmósfera a través de la producción de biocarbón , aseguró.
El potencial
Una gran ventaja de la gasificación es su versatilidad, pues se obtiene energía en el momento que se requiera (facilidad de almacenamiento en forma de biomasa), es eficiente en la producción eléctrica o térmica, tiene un bajo impacto ambiental y la disminución del impacto por la reducción de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, la energía se puede producir las 24 horas y no depende de factores geográficos ni ambientales, además los equipos pueden ir desde plantas pequeñas que consumen desde 40 kg de biomasa por hora hasta equipos de 2.2 toneladas de biomasa por hora.
Son varios los ejemplos de implementación y podríamos empezar por el área forestal, con el manejo sustentable podríamos generar más de 70% de la demanda de energía eléctrica y producir más de 300,000 empleos permanentes en zonas rurales; con los residuos forestales que actualmente se generan (1.5 millones de toneladas anuales aproximadamente), se pueden evitar 2.78 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y la reducción de 15,000 toneladas de emisiones de carbón negro.
En la parte agropecuaria, la Sagarpa entró al proyecto porque están seguros del potencial que tiene el país con producción de biomasa y que se está desaprovechando.
En este sentido, el ingeniero Jesús Arroyo García, director general de Fibras Naturales y Biocombustibles de Sagarpa, explicó que utilizamos sólo 3.5% de biomasa cuando se tiene un potencial de 97% para cubrir las necesidades que se tienen en el país.
Esta energía se pierde, se quema, se incorpora al suelo, pero no se utiliza. Así, la tarea era hacer un proyecto de investigación que pruebe las tecnologías ya existentes, genere soluciones y acciones muy concretas sobre todo para las comunidades en toda la República .
Agregó que con la reforma energética se tiene la gran ventaja de haber acabado con ese gran monopolio que tenía la CFE junto con Pemex, hoy el potencial de producir combustibles afines al medio ambiente abren una gama de posibilidades .
Con este interés, la Sagarpa invirtió 10.9 millones de pesos, que han servido en maquinaria para la evaluación de 10 diferentes tipos de biomasa, como café, trigo, maíz, caña de azúcar, agave, gallinaza, entre otras, pero las posibilidades son infinitas.
¿Cómo trabaja el sistema ?de gasificación?
Los residuos agrícolas o pecuarios que en otras circunstancias no servirían para nada son los que precisamente hacen funcionar este proyecto.
Esos residuos orgánicos se meten a un reactor de gasificación, que consiste en quemar controladamente la materia orgánica, en lugar de hacerlo al aire libre y que todo el humo se vaya a la atmósfera, este se utiliza para la generación de biocombustibles , explicó Álvarez Icaza.
Esto sucede en tres procesos: La pirólisis, que es la descomposición de la materia orgánica de la biomasa en sus componentes principales, de donde principalmente se obtiene el carbón.
A partir de una tonelada de biomasa y pasado por el proceso de gasificación, se pueden generar 960 kilowatts eléctricos por hora.
Más adelante el carbón se quema y nos da calor, el calor generado es el que mantiene la reacción viva, pero lo importante es que en la descomposición de la biomasa se genera una serie de gases útiles, en particular se genera hidrógeno, monóxido de carbono y metano; estos tres son combustibles.
También se genera bióxido de carbono. En la última etapa de gasificación se remezcla con agua y aumenta la proporción de los gases combustibles, ese gas tiene poder calórico .
En síntesis, con este proceso termoquímico se generan energía mecánica (para molinos, bombas de agua, etc.), energía térmica (para procesos agroindustriales) y energía eléctrica (para los hogares), con su utilización, se aumenta el valor a los residuos agropecuarios, se reduce o elimina el consumo de gas o electricidad y se genera biocarbón, y al ser integrado al suelo la mejora es sustancial.
Hoy el siguiente paso es llevar este trabajo de investigación a la práctica y ya hay distintas empresas interesadas, entre ellas Liconsa para la producción de leche, además de crear modelos financieros viables para que las comunidades puedan fondear sus propios proyectos, que además son muy atractivos para la banca internacional, pues les interesan programas de energías renovables, pero sobre todo con impacto social positivo.