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Nuestros héroes caídos, nuestro imaginario en el MUNAL
"El éxodo mexicano: los héroes en la mira del arte" es la magna exposición en el Museo Nacional de Arte (Munal) con el que el museo inaugura, por supuesto, su celebración del Bicentenario. Esta muestra ofrece la posibilidad de ver con una mirada puntual las imágenes artísticas en las que han quedado plasmados nuestros prohombres, protagonistas de un México marcado por la Conquista, las rebeliones, los alzamientos, las invasiones, los tumultos y las revoluciones.
Imposible entender el concepto de nación sin acceder a la retórica de la épica. Si te vas a juntar con algunos de tus congéneres para inventar un país, tener ciertos ídolos y ciertos mitos fundacionales es útil.
Los países, como diría el antropólogo Benedict Anderson, son comunidades imaginarias. Es decir, los países están más formados en la mente de quienes los habitan (y quienes los fundan) que en la realidad.
La reflexión anterior es útil para entender El éxodo mexicano: los héroes en la mira del arte, magna exposición en el Museo Nacional de Arte (Munal) con el que el museo inaugura, por supuesto, su celebración del Bicentenario.
Imaginario como es nuestro país, como cualquier otro, el arte se ha encargado de manera más o menos clara de dejar constancia de nuestra inconstancia: los héroes en México no son fijos.
Recorriendo la selección de piezas que conforman exposición (que es extensa, abarca nuestros dos siglos de existencia independiente y un poquito más) uno se puede dar cuenta que las figuras heroicas son generacionales.
Las salas están organizadas de manera que permiten apreciar este imaginario. Más que un recorrido temporal es un recorrido conceptual (felicidades a Jaime Cudriello, curador). En un juego de paralelismos, cada sala hermana a ciertos héroes por su peso simbólico en el imaginario colectivo: una sala está dedicada a Agustín de Iturbide y Moctezuma, símbolos de reyes fallidos, que cometieron errores de juicio, ya se sabe, de proporciones épicas.
A pesar de que la exposición no tiene orden cronológico, uno sí puede notar patrones temporales en los temas y los personajes. Finales del siglo XIX eran los Independentistas. En el siglo XX se romantiza los revolucionarios. Cuadros contemporáneos como Canción de esperanza de González Camarena ensalzan figuras anónimas, soldados anónimos que se fueron con la bola a hacer la Revolución: es el arte que ya anuncia la llegada de la democracia.
Algo que llamó la atención de esta reseñista es que el personaje que aparece con más frecuencia es Cuauhtémoc. Aludido o claramente presente, el último emperador azteca parece ser nuestro padre fundacional: Qué curioso: Cuauhtémoc significa Águila caída .
¿Qué dice eso sobre nuestra comunidad imaginaria bicentenaria?
cmoreno@eleconomista.com.mx
Museo Nacional de Arte. Tacuba 8, Centro. Martes a domingo de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Hasta el 20 de junio.