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Obtienen antinflamatorio a partir de herbolaria otomí
Un equipo de expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha estudiado diversas sustancias naturales para comprobar científicamente su eficacia en beneficio de la salud de las personas.
Un equipo de expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha estudiado diversas sustancias naturales para comprobar científicamente su eficacia en beneficio de la salud de las personas.
Recientemente, los investigadores encabezados por Salud Pérez Gutiérrez, Miguel Ángel Zavala Sánchez, Cuauhtémoc Pérez González y Ernesto Pérez Mendoza, hicieron un análisis detallado en una planta comúnmente conocida como ratania (Krameria cytisoides), de la especie que crece en el estado de San Luis Potosí, para comprobar sus propiedades.
Uno de los antecedentes de la planta, utilizada en té comúnmente, es su empleo por los otomíes del municipio de Nicolás Flores, Hidalgo, para aliviar dolor de estómago, heridas y por sus propiedades antinflamatorias. Ahora los científicos han comprobado su efecto, principalmente su alta eficacia en este último punto, y además han obtenido una molécula llamada krameciana, que han probado en modelos animales con eficacia, por lo que podría utilizarse para elaborar fármacos en el futuro.
Existen otras variedades de la planta en Coahuila y Nuevo León, aunque su efecto puede ser muy variable dependiendo del hábitat.
AMABLE CON EL ESTÓMAGO
En el laboratorio, la kramecina fue probada por los investigadores para detectar que disminuye mediadores inflamatorios del organismo a la vez que aumenta los antinflamatorios, afirma Salud Pérez, académica del Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco, quien estudia este tipo de productos naturales desde hace 30 años.
De acuerdo con la investigadora que ha participado en la caracterización de 50 plantas distintas donde la K. cytisoides ha sido la más efectiva , la mayoría de los antinflamatorios no esteroidales en el mercado provocan úlceras gástricas, a diferencia de esta nueva molécula, que tiene un efecto contrario y protege la mucosa gastrointestinal, similar a la ranitidina.
La sustancia mostró una gran efectividad contra inflamación aguda y crónica que ha sido probada por los universitarios para tratar artritis en modelos animales, apunta en entrevista la investigadora. Por si fuera poco, el estudio de un posdoctorante del equipo de la UAM también comprobó la efectividad del compuesto como insecticida del gusano cogollero, una de las plagas más importantes del maíz en México y el resto del continente.
Este estudio obtuvo Premio a la Investigación 2013, en el Área de Ciencias Biológicas de la universidad, por lo que la molécula y su método de obtención han sido motivo de una solicitud de patente que sigue en proceso de aprobación.
Los académicos ahora buscarán financiamiento para realizar pruebas clínicas para el posterior desarrollo de fármacos.