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París consagra exposición a Manet
El francés Edouard Manet fue el "inventor de la modernidad", propone muestra en el Museo de Orsay, con la aspiración de dar "nuevas claves" para comprender al artista.
El francés Edouard Manet fue el "inventor de la modernidad", propone una exposición en el parisino Museo de Orsay, que comienza el martes con la aspiración de dar "nuevas claves" para comprender al artista que abrió nuevos caminos en el arte.
Hacía 30 años que París no consagraba una exposición a este genio de la pintura (1832-1883), desde la que organizó en el Grand Palais en 1983, indicó Stéphane Guégan, el comisario de la retrospectiva que dijo busca cuestionar algunas de las "certezas" que rodean a Manet, como que fue un pintor realista.
A través de unas 200 obras venidas del mundo entero, la muestra, que concluye el 3 de julio, busca iluminar la obra de Manet poniéndolo en la perspectiva de su tiempo, entre el romanticismo y el realismo.
Y sobre todo, aspira a "demostrar cómo las modificaciones que hizo en el arte pictórico abrieron caminos e hicieron posible lo que vendría después", señaló el experto durante la presentación este lunes a la prensa de la exposición, una de las más esperadas de la primavera boreal parisina.
Manet "hizo entrar el tema moderno en las dimensiones de la pintura antigua" explicó el experto. Manet fue "moderno porque capturó la vida y los temas de su época, y renovó el arte pictórico de los grandes maestros".
El pintor modificó las técnicas y las manera de representación pictórica, como por ejemplo, en su lienzo "Desayuno en la hierba", que provocó un gran escándalo, demuestra la exposición.
En ese cuadro de 1863, Manet pintó un almuerzo en la hierba, protagonizado por una mujer desnuda, rodeada de hombres vestidos. "Pintó una pastoral, pero escabrosa. Esa es la gran modernidad de Manet, mezclar temas modernos con la profundidad de la pintura antigua", dijo Guégan.
Los críticos lapidaron al artista, pero ese lienzo, que ha marcado la historia del arte, inspiró a poetas como Baudelaire, que reconoció en Manet a un gran artista de su época.
Dos años después, en 1865, Manet volvió a escandalizar, con "Olympia", otra mujer desnuda, que el artista pintó tras descubrir a Velázquez y a Goya en el museo madrileño El Prado, una experiencia que marcó su obra, según se comprueba en la exposición en el museo d'Orsay.
Algunas de sus obras, como "Lola de Valence" o la impactante "Le Torero mort" (El torero muerto) son fruto de ese encuentro, y son un testimonio de la gran maestría de Manet en el arte del retrato.
La muestra subraya las influencias que nutrieron a Manet, como el romanticismo y el arte religioso, que apasionó al artista, pese a que era un republicano radical y anticlerical.
Según el comisario de la muestra, Manet fue más un "postromántico que un precursor del impresionismo", aunque Monet, Renoir y los otros artistas de la luz y el paisaje lo estudiaron mucho.
La exposición recuerda que Manet fue también inspirado por sucesos históricos, como la revolución en México, la guerra franco-prusiana o la Comuna francesa.
Uno de los cuadros más impactantes de esta muestra es "La Ejecución del Emperador Maximiliano", que recuerda a Goya, y que Manet pintó sólo unos años antes de morir. "Manet fue un pintor de la historia", resumió el experto.
El museo d'Orsay, que tiene una gran colección de obras de Manet, logró para esta muestra que museos de España, Estados Unidos, Suiza, Gran Bretaña, Alemania, Hungría, además de coleccionistas particulares, le prestaran obras, lo que le ha permitido exponer juntas pinturas excepcionales que nunca habían estado reunidas.
Interrogado por la AFP qué obras lamenta no haber podido conseguir para esta gran retrospectiva, el comisario dijo que sólo sentía mucho que un "Desayuno sobre la hierba" que cuelga en un museo en Múnich no está presente, porque el museo alemán no quiso prestárselo.