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Paro en el Munal frustra premiación de la Bienal Federico Kampf

El artista plástico viajó desde Dubái para encabezar la ceremonia del certamen que él organiza y creadores viajaron de otros estados para el fallo. No contaban con que trabajadores de base cerrarían el recinto acusando falta de cumplimiento de compromisos por parte de las autoridades del INBAL

De la directora del Munal, Carmen Gaitán Rojo, no se supo nada en toda la mañana.

De la directora del Munal, Carmen Gaitán Rojo, no se supo nada en toda la mañana.

Esta semana, el artista plástico mexicano Federico Kampf (Ciudad de México, 1981), convertido también en mecenas y reciente fundador de la Bienal Federico Kampf para apoyar a artistas pictóricos del país, viajó a México desde el emirato de Dubái —adonde se mudó en noviembre del año pasado con un contrato abierto para una residencia artística— para finalmente dar el último y más importante paso de su proyecto de mecenazgo, encabezar la ceremonia de premiación a tres de 20 artistas beneficiados dentro de la primera edición de la bienal.

La ceremonia de premiación se planeó para llevarse a cabo la mañana de este miércoles en el Museo Nacional de Arte (Munal), en el Centro Histórico. Así se citó a la veintena de creadores seleccionados, cuyas obras, se anticipó, integrarán una exposición itinerante. Algunos de ellos viajaron de Oaxaca, Zacatecas o Sinaloa.

Sin embargo, uno a uno, los participantes y sus acompañantes, así como el jurado de la edición y otros invitados especiales se iban encontrando con un Munal definitivamente cerrado. El propio Federico Kampf llegó hasta las puertas del recinto, vestido de un traje de lino blanco, y se enteró de que no había certeza sobre si este abriría para permitir desahogar la premiación.

Sobre la causa, en la puerta del museo se explicaba grosso modo que el cierre se debió a un paro por parte de los trabajadores de base, quienes aludían “robo de prestaciones” y disfuncionales protocolos de seguridad e higiene ante la pandemia por parte de las autoridades del INBAL.

Poco tiempo después, ya sobre la hora en la que la premiación debía comenzar y con una treintena de personas emperifolladas y desconcertadas a un costado de la entrada principal, los trabajadores de base en el Munal comenzaron a pegar pancartas fosforescentes con mensajes como “¡Fuera Pedro Fuentes Burgos y Lucina Jiménez!” y “No más burla. ¡Basta!”.

Uniformes y protocolos, el reclamo

En declaraciones para este diario, un trabajador del Sindicato Nacional Independiente del INBAL (Sinitinbal) declaró que son varias las organizaciones sindicales representadas en el paro.

“Este asunto es cuestión de prestaciones, nos las deben”, declaró. “Una de esas son los uniformes de trabajo. El instituto tiene la obligación de proporcionarlos, pero hasta el momento no nos los han entregado. Además, los protocolos de higiene y seguridad no están funcionando como deben de ser, ni siquiera lo mínimo. Entre los trabajadores hay muchos contagiados y necesitamos que las sanitizaciones sean más eficaces. También requerimos mejores insumos para tener controlados los contagios dentro de las instalaciones y proteger a los visitantes y a los compañeros”.

Añadió que ha habido diálogos con autoridades del INBAL, “pero son puras mentiras, unas veces nos dicen que sí, que ya está el recurso y que van a empezar a dispersar los fondos, otras veces que no, que porque Hacienda no ha liberado los recursos. Entonces, no sabemos a ciencia exacta qué es lo que está pasando y lo tomamos como una burla”.

“Un fracaso más para la cultura”

Federico Kampf estaba acompañado por Enrique Vidal Tzul, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Cultura, cuya representación es ajena al paro en cuestión. Estaba ahí, más bien, puesto que fungió como coorganizador de esta bienal. Ambos barajeaban la posibilidad de mudar la sede de la premiación. Una alternativa era el auditorio de la Lotería Nacional, donde, les dijeron, podían recibirlos en cuestión de una hora. Pero finalmente, pasadas las 11 de la mañana, Kampf reunió a los invitados en un círculo y pidió la palabra para disculparse y anunciar la postergación de la ceremonia, no sin antes expresar su sentir.

“Esto es una pena y lo que es más triste es que es un reflejo de cómo está el país, con la falta de Estado de derecho y de certidumbre jurídica. Es una afrenta contra la libre expresión, el libre tránsito y el apoyo al arte”, dijo y no obstante reconoció que las exigencias de los trabajadores de base del INBAL “seguramente son válidas, por los recortes al sector, por la devastación al país. La cultura a este gobierno le vale poco y le ha valido toda la vida”.

Más adelante instó a los creadores ahí reunidos: “lo que más me indigna y me duele es que sería muy poco apropiado para nosotros como artistas irnos derrotados. La labor del artista es criticar al statu quo y a las instituciones, sobre todo cuando hay falta de garantías. Si nos vamos agachados, como se ha dado en la historia de este país, sería un fracaso más para la cultura. Este es un llamado a la reflexión y una invitación para hacer lo que nos corresponde, que es no dejar de joder. Ahorita estamos en plan de víctimas, frustrados ante un buen proyecto que era para apoyar y promover nuestro arte, porque el gobierno no lo hace. Yo he platicado con la secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) y está muerta, no dormida, sino en la tumba”.  Acto seguido el grupo se dispersó sin premios y, acaso, con un aplauso mutuo.

De la directora del Munal, Carmen Gaitán Rojo, no se supo nada en toda la mañana.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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