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Arte e Ideas

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Redescubren cofre de piedra mexica en Berlín

Se redescubrió recientemente en el Museo Etnológico de Berlín, después de haber sido descubierto y vendido por el coleccionista alemán Wilhelm Bauer, en 1904.

Un cofre de piedra usado como depósito de ofrendas al dios de la lluvia, Tláloc, se redescubrió recientemente en el Museo Etnológico de Berlín, después de haber sido descubierto y vendido por el coleccionista alemán Wilhelm Bauer, en 1904.

De acuerdo a las últimas investigaciones sobre artículos mexicas, publicadas en el número reciente de la revista 'Arqueología Mexicana', se descubrió que el Museo Etnológico de Berlín alberga colecciones importantes de esculturas de piedra de esta cultura, iniciadas con la compra de la colección arqueológica de Carl Uhde, en 1862.

Entre las piezas del comerciante alemán se encontraba la tapa de un cofre de piedra con la figura de un 'ahuítzotl', animal acuático mitológico, y el cual representaba al octavo 'tlatoani', antecesor de Moctezuma II, que reinó entre 1486 y 1502 d.C.

Otro comerciante alemán en México fue Hermann Strebel, quien vendió un cofre de piedra al museo berlinés en 1893, esta pieza aún se expone y, muestra en la parte frontal y en los lados, el relieve del jeroglífico 'chalchíhuitl', piedra preciosa, aunque de éste no se sabe su uso concreto.

El siguiente cofre de piedra que llegó a la colección del Museo de Berlín, lo hizo a principios del siglo XX, es una pieza pequeña, compacta a comparación de los anteriores. Sus medidas son 25x29x22 centímetros, y en éste se centra la información de este artículo.

El descubridor de este vestigio fue Bauer, en Chalco, Estado de México. Este coleccionista reunía legajos etnográficos y arqueológicos para diferentes museos europeos, uno de sus principales socios era el Museo Real de Berlín, a cargo del científico Eduard Seler, y con el cual no llevaba una buena relación.

Para Wilhelm Bauer, el cofre no le pareció un vestigio tan importante como un tambor vertical que también tenía entre su colección, así que decidió venderlo a un coleccionista privado en México.

Tras esta acción, Eduard Seler reclamó la decisión y sugirió al coleccionista alemán volver a conseguirlo para poder tenerlo entre sus piezas de Berlín, además de su interés por la utilidad que le veía para un trabajo de ensayo, precisamente, sobre cofres de piedra relacionados con sacrificios y otros monumentos similares.

Por un tiempo, el coleccionista intentó recuperarlo, aunque su verdadero interés se centraba en el ya mencionado tambor, pero después de recibir una amenaza del Inspector General y Conservador de los Monumentos Arqueológicos de la República Mexicana, don Leopoldo Batres, y de la indignación de Seler, Bauer aceptó el valor científico de la pieza e hizo lo posible por recuperarla.

El cofre se recuperó sólo a cambio del 'héhuetl', que le era tan importante y que ya no pudo exponerse en el Museo de Berlín.

Para mayo de 1904, el cofre de piedra fue finalmente enviado a Berlín y desde 1970 se expone en el Museo Etnológico aunque sin su contenido, del cual se ha dicho son más de 200 piezas, pero sólo se han localizado, tras investigaciones dentro del mismo Museo, 166, todas de piedra verde, en miniatura y con referencias simbólicas del dios Tláloc.

De las piezas que se muestran se encuentran cabezas y figuras del dios de la lluvia, cuentas de piedra, colgante de piedra verde, serpientes estilizadas, caparazones de tortugas, flautas traveseras, sapos, serpientes de cascabel, palos de sonajas 'chicahuaztli', tambores de hendidura 'teponaztli', flautas y sonajas.

Pero lo que aún está en duda es el periodo exacto en el que se hizo y usó esta pieza de piedra, ya que jeroglíficos que tiene en los lados este cofre, se refieren a los periodos de reinado de Moctezuma I y Moctezuma II.

Aun así, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que es del periodo de Moctezuma II, ya que éste tomó posesión de terrenos en uno de los 'altepeme' parciales, pertenecientes a Tlalmanalco, Chalco, lugar donde se halló el cofre.

Además si apareció en una pendiente, como describió Bauer, podría haber decidido Moctezuma II mandar construir un depósito de ofrendas para el dios Tláloc, y así pedir por la fertilidad de esas sus tierras.

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