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Arte e Ideas

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Rockeando la literatura

El fin de semana todo fue rock en la Ciudad de México

Llegó la época del rock, gracias al festival Corona Capital. El rock a veces es pesado (pregúntenle a la gente que se quedó atorada en el tráfico de Viaducto), pero sobre todo es denso: denso en historias, anécdotas, grandes conversaciones. Y por eso la literatura ha recogido las biografías de diferentes rockeros. O algunos han tenido los arrestos para escribir ellos mismos sobre su vida y su música.

I. El Jefe sabe

Bruce Springsteen es una locura en el escenario. Casi 70 años y el tipo todavía hace stage-diving y la gente felizmente lo pasea de mano en mano.

La mitad de su vida, Springsteen ha estado en el primer plano de la música pop. Es el cronista de la clase trabajadora de Estados Unidos y es un gran líder de banda, una persona carismática que siempre parece rodeado de una forma de santidad.

La verdad es otra y él lo reconoce en Born to run (Simon & Schuster), su autobiografía. Entre los episodios recordados está su entrañable amistad con el saxofonista ya fallecido Clarence Clemons, del que dice: “Era la encarnación del rock para mí”.

La narración pasa por su infancia pobre en Nueva Jersey, sus dificultades para encontrar su espacio en la música, la relación no siempre fácil con su madre y, finalmente, su llegada a la fama, que fue un triunfo agridulce, aun cuando Bruce se reconoce como “un tipo para la gente”.

Born to run es una de las autobiografías más sinceras que haya hecho una celebridad, si bien no es la más divertida. Las autobiografías mejores son las que hacen los descarados y Springsteen, para bien de su música y para mal de sus lectores, no lo es.

II. Hooky está loco

Comienza con una pelea. Los miembros de Joy Division se están dando una paliza. Peter Hook, el más bueno para los golpes, soltó muchos trancazos y todavía recuerda a detalle el asunto. Bueno, sólo una cosa se le escapa: por qué empezó la pelea.

Así comienza Inside Joy Division: Unknown pleasures (Simon & Schuster), la biografía de la influyente banda inglesa de Manchester escrita en primera persona por el bajista del grupo, el belicoso Hooky: Peter Hook.

Hook emerge como un buen anecdotista y un verdadero cínico. La mayor parte de los problemas están dentro de Joy Division, y él lo reconoce, fueron provocados por él. Es como el niño que avienta el cerillo y luego ve el fuego con una sonrisa. Imperdible su recuerdo del suicidio de Ian Curtis.

Hook después escribió The Hacienda: How not to run a club, otro gran anecdotario, pero hay que empezar por Unknown pleasures. Es la gran obertura.

III. Dylan antes del Nobel

Cuando Bob Dylan se ganó el Nobel 2016 a muchos no les hizo gracia. Dylan es rockero y el rock es visto, todavía, como arte menor.

La verdad es que Dylan es un poeta y el rock es mayor de edad desde hace muchas décadas, muchas gracias, un reconocimiento por parte del canon me parece, cuando menos, innecesario.

Junto con sus letras exquisitas, Dylan fue acumulando retazos de su historia y los fue juntando como quien hace una cobija artesanal. Esa cobija es Crónicas,volumen 1 (Simon & Schuster), un recuento que brinca de aquí a allá para contar toda una época, sobre todo la de los años 60 y la contracultura. Es un libro exquisito, Dylan definitivamente tiene muy afilados sus lápices. Su accidente en motocicleta es el punto de cambio de toda su carrera. Dylan no lo dice así, pero esa convalecencia fue el momento en el que decidió que no pertenecía a ninguna causa, a ningún público, que sólo se debía a sí mismo.

El maridaje recomendado es con Highway 61, uno de los discos definitivos del maestro.

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