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Solo 10% del pavo que se consume en México es nacional
Aunque el pavo es originario de América, México importa el 84% de su consumo. ¿Qué está frenando la producción nacional y cómo puede aprovechar su potencial en las fiestas decembrinas?
Solo 10% del pavo que se consume en México es producido localmente, mientras que 84% proviene de Estados Unidos, el 4.5% de Brasil y el 1.5% de Chile, según datos de Inforural. Esto contrasta con su amplia historia ligada a la gastronomía nacional. La meleagricultura, dedicada a la crianza de pavos, ocupa un lugar clave en la avicultura comercial mexicana, pero enfrenta retos significativos.
En 2021, México produjo aproximadamente 7,491 toneladas de carne de pavo, valoradas en 664 millones de pesos. Esta cifra representa una disminución de 36.5% respecto a las 11,800 toneladas alcanzadas en 2019. Aunque el consumo de pavo se concentra en las fiestas decembrinas, el mercado se abastece durante todo el año, lo que abre oportunidades para diversificar su uso y consumo.
Yucatán: el líder de la producción
A nivel nacional, Yucatán lidera la producción comercial de pavo con un 23.5%, seguido por el Estado de México y Puebla, ambos con un 15%. Otros estados como Chihuahua (9%), Veracruz (8%), Hidalgo (7%) y Tabasco (7%) también aportan al panorama, con mayor concentración en el sur y sureste.
El éxito de Yucatán se debe a su rica tradición culinaria, la demanda de platillos tradicionales y una situación sanitaria favorable, libre de muchas enfermedades avícolas. Además, su ubicación estratégica facilita la importación de insumos desde Estados Unidos.
En contraste, Jalisco no es un estado destacado en esta actividad. Los avicultores locales prefieren centrarse en la producción de pollo y gallina de postura, que tienen una mayor relevancia cultural y económica en la región.
En México, el consumo per cápita de carne de pavo es de 1.43 kg al año, considerablemente bajo en comparación con Estados Unidos, donde alcanza los 7 kg. Esta diferencia refleja un área de oportunidad para los productores nacionales.
El desarrollo de cortes accesibles como piernas, muslos y filetes, junto con productos procesados como nuggets, hamburguesas y jamones, podría incrementar la preferencia del consumidor y hacer del pavo una opción cotidiana, más allá de la temporada navideña.
Así, la industria enfrenta diversos desafíos, desde enfermedades avícolas que requieren estrictas medidas de bioseguridad, hasta las variaciones climáticas que impactan las condiciones de cría. Además, los costos de insumos, especialmente los alimentos, son volátiles, lo que afecta la rentabilidad de los productores.
La competencia con productos importados, más económicos, también es un obstáculo. Sin embargo, la creciente preferencia por opciones saludables y la promoción de los beneficios del pavo podrían posicionarlo mejor en el mercado local.
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La meleagricultura en México tiene un enorme potencial de crecimiento si se adoptan estrategias innovadoras. Diversificar los productos, implementar campañas educativas y destacar la importancia del consumo local son pasos clave para reducir la dependencia de las importaciones y aumentar los consumos de pavo en territorio nacional.