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A Madrid le falta pulirse y Atlético conserva su estilo

Los merengues dominaron en la posesión del balón y aún tienen que adaptarse a los cambios mientras que los colchoneros siguen en la filosofía del Cholo Simeone.

Real Madrid y Atlético de Madrid dieron seguimiento al guión que en los últimos partidos entre ambos equipos se ha escenificado en la cancha. El partido de ida de la Supercopa Española no fue muy diferente al que decidió al campeón de la Champions ni a los dos juegos en la Liga: esta vez terminó en empate, 1-1, postergando todo a la vuelta en el estadio Vicente Calderón para definir al ganador.

El juego fue una calca del pasado reciente de ambos conjuntos, con unos merengues avocados a la contra y su poder ofensivo, mientras los rojiblancos confiando en su orden defensivo y trabajo táctico.

Así se desarrolló la historia, en la que el mexicano Raúl Jimenez debutó en juego oficial con Atlético de Madrid, al entrar de cambio al minuto 77, sin tener mayor incidencia en el juego.

A pesar de que la final de Lisboa tiene poco más de dos meses que se jugó, la reconstrucción de los equipos fue evidente. Los colchoneros presentaron cinco modificaciones respecto a la final de Europa, pero ni así cambiaron su sistema, siempre cautos y a la espera de un pelotazo, un despiste del rival o una pelota parada, el deseo más grande de Simeone.

Por eso no fue raro que Real Madrid aplastara en la posesión del balón (73% contra 27%) a sus rivales. El Cholo mantiene su estilo y los refuerzos sufrieron para adecuarse al sistema, como Mandzukic y, en el complemento, Griezmann, ambos lejos de crear peligro en la portería contraría.

Fueron los disparos de Raúl García y la táctica fija los salvavidas de los rojiblancos, que inquietaron la meta de Iker Casillas. Sin embargo, Real Madrid, con sólo Kroos en detrimento de Ángel Di María incrustado en el equipo que ganó la Orejona, tampoco pudo generar el peligro que mostró durante la pretemporada.

Sólo Bale pudo inquietar a los colchoneros, porque Cristiano Ronaldo salió al medio tiempo por molestias en la rodilla. Entonces, con la obligación de sacar ventaja, apareció James Rodríguez, uno de los fichajes merengues de este verano.

Fiel reflejo del partido, el gol del colombiano llegó precedido de tropiezos, desvíos, pero también de un pase al espacio de Toni Kroos. James disparó y Ansaldi desvió para el gol a nueve minutos del final.

Parecía encaminada la victoria blanca, porque con Di María en el campo el peligro rondaba la portería de Moyá.

El argentino demostró en 12 minutos su singularidad en un plantel de estrellas, sobre todo con los regates, fintas y centros a la carrera.

Pero, como es costumbre en el Atlético del Cholo, el esfuerzo rescató al equipo. Un tiro de esquina cobrado por Koke fue apenas desviado por Raúl García, al minuto 88, y ya nada pudo evitar el empate, que deja al partido de vuelta como una reedición de la final de Lisboa, con la obligatoriedad de buscar un ganador.

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