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CU, y el reencuentro con el gol
Los Pumas continúan perfectos en Ciudad Universitaria. Ayer se volvió a pintar de azul y oro el Estadio Olímpico.
Los Pumas continúan perfectos en Ciudad Universitaria. Ayer se volvió a pintar de azul y oro el Estadio Olímpico. La sapiencia de Leandro en el centro del campo, la fortaleza de la zaga comandada por Verón y el reencuentro con el gol de Juan Carlos Cacho, que terminó el juego alabado por la afición, se congeniaron para que los felinos golearan 4-1 al Puebla.
Aunque el comienzo no fue sencillo, pues los estilos de juegos de felinos y poblanos se bloquearon en la mayor parte de la primera mitad, fue una tarde casi perfecta para los universitarios.
A partir del minuto 23, el conjunto universitario descifró el enigma que significaron los de la Franja en un inicio, gracias al tanto de Dante López. El paraguayo finiquitó un pase filtrado que envió el motor del equipo, Leandro Augusto, quién tomó la pelota en el medio campo y tocó al espacio para que el delantero se quitará la marca y cruzara a Alexandro Álvarez.
Dante corrió hacia la tribuna auriazul y mostró su dorsal número 9 en señal de que el goleador del club ha despertado del letargo. El sudamericano cerró la tarde con broche de oro, pues fue el encargado de marcar el cuarto gol de los universitarios, su tercer tanto en el Apertura 2010, una racha con la que desea continuar, pues antes de su gol en la fecha anterior tenía 11 juegos sin marcar.
En el banderín de tiro de esquina se reunieron para celebrar con él su doblete, algo que no realizaba desde la fecha seis del Apertura 2009.
El otro ofensivo que espera repetir tardes como la de ayer es Juan Carlos Cacho. Al surgido en La Noria le bastaron 35 minutos para ser una pieza importante. Cacho sustituyó a Francisco Palencia al 55 y 15 minutos después se encontraba con las manos en el aire para festejar su tanto. No era para menos, representaba el 2-1 para los locales.
Leandro Augusto, el jugador incansable, capaz de recorrer las veces que sean necesarias de área a área, volvió a ser partícipe en el segundo tanto. El mediocampista desbordó por la banda izquierda y mandó un centro a segundo palo para que Cacho sólo chocara el balón y terminara su sequía de 22 juegos sin anotar.
Al igual que Dante, Cacho mandó a guardar el balón dos veces. El excementero no conseguía firmar más de un gol en un juego desde la fecha siete del Apertura 08. Sólo 10 minutos después de su primer tanto el delantero aprovecho un balón filtrado que no contuvo la defensa y fusiló al Mostro.
El ¡olé, olé, Cacho, Cacho!, un apellido que algunas veces fue abucheado en CU, ayer fue condecorado.