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Damián Villa se adjudicó la plata en TKD

En un cardiáco combate, el peleador mexicano se quedó muy cerca del oro. Damián se embolsó el metal plateado.

No pudo Damián Villa. Lo había intentado en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, y lo intentó en Guadalajara, aferrado, una vez más, pero no pudo, de nuevo se quedó a un escalón del oro.

No es fácil enfrentarse al hombre que ve a su cuerpo como una máquina de combate. Musculoso él, delineado torso, reflejo del trabajo físico. El mexicano no sólo combatió contra eso, sino también, desafió a un experimentado dominicano con un apetito incontrolable de triunfo.

Se enfrentó a eso y a más. Patadas pintadas de bicampeonato panamericano (Rio 2007 y Guadalajara 2011), de oro centroamericano (Mayagüez 2010), de plata olímpica (Beijing 2008). Abanderado por su país en Guadalajara, símbolo mulato . Único atleta latinoamericano en conseguir una medalla en el Campeonato del Mundo de este año, en Osaka. Clasificado ya a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Eso fue Mercedes, un monstruo en el tatami, negado a la derrota. Y Damián no pudo. Aunque nunca solo -en sus pies, en sus manos, en su mente, estuvo acompañado por decenas de playeras verdes con la leyenda Yo soy Villa - el poblano no evitó que el dominicano se llevara a casa la medalla 20 para su país en la historia de Juegos Panamericanos.

Mercedes, el punto de oro

Aunque derrotado, Villa logró indigestar al dominicano, quien con brincos berrinchudos casi perfora el tatami. El mexicano se adelantó apenas iniciado el primer asalto, pero Mercedes, inteligentemente, catalizó el ataque e igualó el marcador.

Damián no se intimidó, ni siquiera cuando las violentas patadas voladoras de Gabriel rozaban su rostro. Segundo asalto y abajo el mexicano por un punto, 5-6 a favor del dominicano. Rabioso, amenazante, Mercedes inició el tercer asalto. Villa contraatacó con volteretas pintadas de fantasía, aventajó dos puntos. El oro no era un sueño ajeno.

Últimos segundos y el empate a siete puntos persiste. Patadas amenazantes a la cabeza, obligan al mexicano a abandonar el tatami, justo en el momento en que Mercedes conecta el peto de Villa.

Punto para Mercedes, no cuenta. Indignación en el entrenador dominicano que escupe una tarjeta, pide a los jueces revisar el punto, la banca mexicana contraataca, y en la mesa los jueces deliberan. Decisión: se decidirá en punto de oro.

No hay duda, el dominicano es una máquina de combate, ataca sin piedad y de un golpe saca el punto. Se lleva el oro. De nuevo Villa se conforma con la plata. El dominicano es bicampeón en la categoría de -58 kilogramos, doble monarca panamericano a quien le resta un último sueño, imponerse en Londres 2012, para después alejarse del taekwondo para siempre.

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