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El fin del dopaje, objetivo casi inalcanzable

El organismo rector del dopaje a nivel mundial no cuenta con el presupuesto que necesitaría para controlar a los atletas un año y asegurar que no hagan trampa.

El problema del dopaje en el deporte sigue siendo tema de preocupación no sólo para la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por su sigla en inglés) sino también para el Comité Olímpico Internacional (COI), que busca evitar que los casos de tramposos en competencias aumenten y por lo cual creará un fondo de 10 millones de dólares para impulsar métodos de detección de dopaje, dinero que parecería insuficiente para controlar de fondo el problema.

La situación no es únicamente preocupante por el número de casos de dopaje que se dan año con año, sino también por la condición financiera que actualmente vive la WADA. Apenas el año pasado, el entonces dirigente del organismo rector del dopaje a nivel mundial, John Fahey, explicó que era necesario que la institución encontrara una manera independiente de financiamiento.

Y es que anualmente, la WADA recibe en promedio casi 25 millones de dólares, de los cuales 50% proviene del movimiento olímpico y el resto es otorgado por algunos gobiernos, pero todo luce insuficiente ante los costos de operación que se requieren para pruebas antidoping, si es que se toma en cuenta lo que cuesta mantener controlado a un atleta por año.

De acuerdo con el estudio Antidoping systems in sports are doomed to fail , realizado por Aaron Hermann y Maciej Henneberg de la Universidad de Adelaida en Australia, tener a un atleta controlado por todo un año tiene un costo promedio de poco más de 29,000 dólares, tomando en cuenta lo que gasta la Agencia Antidopaje del Deporte de Australia (ASADA, por su sigla en inglés) de unos 800 dólares.

El mismo estudio detalla que, por ejemplo, tener bajo control a los 4,000 atletas que tiene federados Alemania tendría un costo de, al menos, 115 millones de dólares, cantidad que apenas podría costear la WADA con su presupuesto, en conjunto, de los últimos cuatro años.

Posibilidades de detectar ?a los tramposos son bajas

De acuerdo con el estudio de Hermann y Henneberg, el futuro de la lucha contra el dopaje parece sombrío. Los académicos elaboraron una fórmula para definir las probabilidades de detección que tienen los laboratorios de conseguir una prueba adversa.

En dicha fórmula se establecen algunas variables como las horas que pasan desde que se toma la prueba hasta que se analiza, la sensibilidad de la prueba, y el régimen de dopaje bajo el que se han tomado dichos controles.

Los resultados arrojan que, por ejemplo, en deportes como el basquetbol, el tiro con arco y el ciclismo, existe 0.0065 de probabilidad de que la prueba salga positiva, por lo que se tiene que hacer más de una prueba para detectar sustancias prohibidas en los atletas, lo cual aumenta los costos para las agencias antidopaje en el mundo.

Quizá por eso no es raro que en el último reporte de la WADA, el ciclismo apenas tenga 1.68% de controles que arrojaron un resultado adverso.

Y es que, según Hermann y Henneberg, para evitar que un atleta se dope, habría que hacerle diversos controles al año. En ciclismo, por ejemplo, se necesitarían 16 controles al año para garantizar que los atletas no están haciendo trampa, mientras que en beisbol se requerirían unos 50 tests y en futbol unas 30 pruebas por jugador al año y así sería más fiable la detección de tramposos.

Esto quiere decir que, por ejemplo, para tener bajo la mira a los 615,230 ciclistas federados, la WADA requeriría poco más de 7,900 millones de dólares, mientras que para tener controlados a los 38 millones 310,538 federados del futbol, se necesitarían casi 925,000 millones de dólares sólo por ese deporte.

WADA ha gastado más de US6 millones en cuatro casos

Pese a que la WADA se ha prevenido para no dejar sus arcas vacías con un fondo de 1.5 millones de dólares, lo cierto es que la lucha contra el dopaje le ha dejado pérdidas, del 2006 a la fecha, por al menos 6.2 millones de dólares al organismo, debido a litigios ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por su sigla en francés).

Tan sólo en el 2011 por el caso de Alberto Contador, el organismo tuvo que desembolsar 420,000 dólares por el litigio en el que se logró sancionar al español por dos años. Aunado a ello, ese mismo año, la WADA tuvo que desembolsar 200,000 dólares por el juicio que mantuvo contra la Asociación Olímpica Británica debido a una norma que impedía a dos atletas ingleses competir en los próximos Juegos Olímpicos por una suspensión previa por dopaje.

Así, el futuro del dopaje luce sombrío, pues las finanzas del organismo rector del dopaje a nivel mundial, incluso con el fondo del COI, parecen insuficientes para solventar este problema que sigue amenazando al deporte internacional.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

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