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Los grandes errores del draft en la NFL
Desde el 2000 a la fecha resuenan tres busts: Courtney Brown, David Carr y JaMarcus Russell, las peores opciones por las que se inclinaron Cleveland, Houston y Oakland, de manera respectiva.
El draft pretende llenar con su joven talento las necesidades de cada escuadra de la NFL. Metodología que delimita a los principales prospectos, ésos que están disponibles en primera ronda pero sobre los que no existe la certeza de que, con el paso de las campañas, sean un éxito. Y desde el 2000 a la fecha resuenan tres busts: Courtney Brown, David Carr y JaMarcus Russell, las peores opciones por las que se inclinaron Cleveland, Houston y Oakland, de manera respectiva.
Brown, ala defensiva, fue elegido por Browns en el 2000. En la National Collegiate Athletic Association (NCAA), militó con Nittany Lions de Penn State; fue el mejor jugador defensivo del país y tuvo 33 capturas de quarterback. El rumbo cambió de forma drástica en la NFL, instancia en la que estuvo cuatro campañas con Cleveland y culminó su carrera en Denver. Sus números fueron de 156 tackleadas, 19 sacks y un touchdown.
Carr, mariscal de campo proveniente de Fresno State, ya cuenta con un título de Super Bowl, el XLVI, con Giants. Fue reserva de Eli Manning. Reclutado en el 2002, fue la primera selección en la historia de Texans, pero en cinco campañas pasó para 65 intercepciones y 59 touchdows. En el 2007, con Carolina, tuvo tres anotaciones y cinco entregas. Volvió con NY y sólo tuvo tres pases para anotación. Se fue a 49ers en el 2010 pero sólo participó en un duelo. Desde el 2011, está en su tercera etapa con los actuales campeones.
El mariscal de campo JaMarcus Russell fue la esperanza de Al Davis y aficionados a Oakland Raiders. Tomado de Luisiana State en el Draft NFL 2007 y con un contrato de 61 millones, el afroamericano sólo inició como titular en el 2008 y el 2009; comenzó 25 partidos, ganó siete; recabó 18 pases para anotación y 23 intercepciones hasta que fue dejado en libertad. Tiempo después, el originario de Alabama encontró el por qué de su fracaso en la NFL: culpó a su entonces entrenador, Tom Cable, y a la edad en que llegó al profesionalismo. Yo era un chico . Fue un prospecto de 22 años en una liga competente.
diego.fragoso@eleconomista.mx