México carece de una figura napoleónica

Jorge Valdano (Las Parejas, Argentina 1955) decía poco después de iniciar la primavera que miraba muy cercano el día en que México llegaría a dar ese paso para estar en la élite que compite por ganar lo más importante, si bien no conquistarlo, al menos pelear por ello, me da la sensación que está muy cerca de conseguirlo refirió. Ya para esas fechas, el Tri no había ganado todavía en el año, Jamaica y EU ya le habían sacado el empate en el Azteca en el hexagonal y Honduras remontó un cómodo 2-0 que tenía el conjunto de José Manuel de la Torre en San Pedro Sula.

Actualmente, el diagnóstico ha cambiado, confusión más miedo da como resultado fracaso , dice sobre el momento de la Selección que deberá buscar el último asiento para asistir al Mundial de Brasil 2014 ante Nueva Zelanda.

El exdirectivo de Real Madrid y campeón del mundo con Argentina en 1986 hace un diagnóstico de la Selección Mexicana desde su último libro Los 11 poderes del líder, dice que el Tri carece de una figura napoleónica, que está todavía lejos de tener un futbol de autor y, en conclusión, que el camino no es del todo agradable para el futuro inmediato.

La historia ha documentado que en cada época siempre surge un héroe deportivo y que éste sin duda ayuda -al menos en el ánimo- a enfrentar esa cotidianidad social con sus problemas, ¿cómo mira el caso de México??

No es ahora un caso exclusivo de México (los problemas sociales como la violencia), ahora da la sensación que en España se sufre entre semana (por los problemas financieros del país), para reírse los fines de semana viendo a Alonso (piloto), Nadal (tenista) o a Real Madrid o Barcelona. Ese efecto compensatorio que ofrece el futbol sirve en todo tipo de sociedades.

Ahora bien, el futbol mexicano, en estos momentos, tiene muchos problemas, el más grande de todos es la falta de liderazgo. No lo tienen en la conducción, no lo tiene en la cancha, puesto que los entrenadores se debilitan en semanas y no lo tienen dentro del campo porque no se ha erigido una figura napoleónica que esté a la altura de este momento excepcional.

Hablas de la falta de liderazgo en la Selección, ¿Rafael Márquez por sus condiciones físicas o deportivas ya no es capaz de tomar esa estafeta?, lo digo porque es el de más experiencia.

En Colombia hay un portero suplente que es (Farid) Mondragón, que tiene 43 años y seguramente parte de la convocatoria tiene que ver con la capacidad de un equilibrio psicológico. Además, en la cancha tiene a (Mario) Yepes, que se parece a Márquez por el tema de edad, muchas veces no juega de titular en su equipo.

Hay que ver qué es más necesario si la vitalidad de un joven o la experiencia de un veterano para determinado movimiento y posición.

Ésas son las lecturas que México no puede realizar porque los entrenadores pasan a la velocidad de luz.

En tu libro Los 11 poderes del líder hablas de los tipos de liderazgo, de los caminos para conseguirlo, de convencer, ¿de verdad es tan grave la situación de México en ese punto?

A México le está pasando algo sorprendente, que jugadores que están triunfando en determinados clubes no son capaces de mostrar el mismo rendimiento en la Selección, el caso de Giovani dos Santos es muy representativo. Se le ve siendo muy protagonista en su equipo y cuando se pone la camiseta de la Selección se debilita su rendimiento de una manera inexplicable.

Yo entiendo que están padeciendo dos problemas que son terribles para competir: la confusión, la duda cuando se sale a competir lo que sea es la peor consejera; y el miedo, que es un grupo de jugadores que está claramente excedido por las expectativas, por la presión, por las decisiones de la directiva. Las dos cosas explican esto que se está viviendo.

Haces referencia al estilo como una condición permanente de éxito, pero no sólo eso, sino casi como una necesidad ética y el camino para llegar a Ítaca… Alemania, el músculo y la competitividad; Brasil, el show; Uruguay, la guerra y la batalla…

Los que tienen un estilo más acentuado son las que llamamos selecciones clásicas y los que las convierten en clásicas son los triunfos mundialistas, todas las que has nombrado han levantado una vez una Copa del Mundo, eso determina hacer reconocible su estilo.

España ha cambiado su estilo, durante décadas fue conocida como La Furia y ahora es un referente de equipo ganador desde la técnica colectiva; Brasil era la España de los 70 y ahora se está europeizando, lo que ocurre es que tiene dos o tres talentos que nos arrancan una sonrisa y con uno que otro jugador se salva el estilo.

México lo tiene que encontrar a través de una persona. Yo hablo mucho de Alfredo Di Stefano, a veces un hombre te cambia la historia. Cuando Di Stefano llega a Real Madrid apenas se habían ganado dos títulos en 50 años, desde la llegada de él, (el club) ganó más títulos que todos los equipos españoles juntos, eso es cambiar la historia.

En Argentina es el caso que me resulta más familiar: uno es desde la acción, que es Maradona, y otro desde la mente, que es ?Menotti, que dieron vuelta al futbol argentino hasta convertirlo en una referencia mundial.

México tiene mucha gente meritoria, pero todavía no alguien con la suficiente fuerza que nos ayude a entender que es una selección reconocible, que es una selección que tiene una marca registrada, un futbol de autor. Eso se gana con el tiempo.

La vanidad, refiere, es una mala consejera, pésima, fatal, quizás. ¿Será que México pecó de excesiva vanidad tras el oro olímpico o fue un espejismo que nos creímos?

Yo no creo. Me parece que los chicos tienen un perfil bajo, que se relacionan relativamente bien con la fama y no quiero alejarme del diagnóstico anterior, confusión más miedo va al fracaso.

ivan.perez@eleconomista.mx

rgs