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México ha trabajado para ser una gran potencia

La próxima semana en puebla inicia el mundial de la especialidad; México espera figurar

Conseguir medallas en el Campeonato Mundial de Taekwondo que inicia el próximo lunes en Puebla es un objetivo alcanzable para un país como México, que ha desarrollado el taekwondo hasta lograr ser una potencia en este deporte.

Así lo aseguró a El Economista Oscar Mendiola, el primer taekwondoín nacional que logró coronarse en una justa del orbe: la de Alemania 1979. México va a estar bien en el Mundial, aunque será una competencia difícil y muy fuerte para todos , destacó en entrevista quien también fuera en algún momento jefe de entrenadores de la selección nacional.

De acuerdo con Mendiola, quien fue parte del equipo que llevó a los hermanos Iridia y Óscar Salazar a llevarse medallas olímpicas, una de las razones por las que será una competencia difícil es que los países en general han evolucionado en la metodología de la práctica.

En la década de los 70 se dio el auge del taekwondo, pero entonces no existía capacitación especial o adicional para atender a menores de edad o mujeres, quienes supuestamente se integrarían gradualmente al resto del grupo hasta llegar a sus primeros exámenes como cintas blancas.

Este sistema incorporaba anualmente la necesidad de que el aspirante a maestro asistiera a congresos de formas, en los que los aspirantes a profesores y maestros meditaban sobre la técnica correcta de las formas, para mejorar la capacidad de sus alumnos en cada patada, giro o golpe. Eso se aplicó muchos años y funcionó , explica.

Olímpicos impulsan el cambio

Hasta antes de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, la metodología era más empírica, así como la forma de evaluación y marcación de los puntos, pero gracias a que el Comité Olímpico Internacional (COI) incluyó al taekwondo en su programa para la justa, el deporte tuvo un giro forzado en sus formas de enseñanza.

Ha habido un desarrollo importante tanto en los reglamentos como en equipos de marcación, puesto que al estar inmerso en lo que son los Juegos Olímpicos, la WTF se preocupa por que todo esto sea muy claro para competidores y para el COI , admite Mendiola.

Esto, de acuerdo con el mexicano, obligó también a que se profesionalizara la práctica del taekwondo, sobre todo, los países desarrollados empezaron a investigar, a estudiar la caracterización del taekwondo, empezaron a surgir nuevas metodologías de entrenamiento, adaptando metodologías de otros deportes , puntualiza.

SURTE EFECTO EN MÉXICO

El cambio en la forma de enseñanza del deporte vio sus frutos en Sydney 2000, cuando Víctor Estrada se colgó el bronce en la categoría de 80 kg y con ello empezó una racha de cosecha de medallas que no se ha detenido en la justa veraniega, pues al menos en una ocasión los taekwondoínes mexicanos han subido al podio en cada edición olímpica desde entonces.

Del mismo modo, México se ha convertido en una potencia a nivel mundial y aunque en el 2011 los mexicanos se fueron con las manos vacías del Campeonato Mundial, ocupan el lugar 11 del medallero histórico de la competencia, con un total de 56 medallas, tres de ellas coronando al campeón del mundo.

México creó líneas metodológicas y así es como se aplicó. En Sydney 2000, era una línea coreana; la metodología era de carga máxima, todos los días era dar lo mejor en cada momento.

En Atenas 2004 aplicamos la línea de las direcciones de entrenamiento, que se trata de entrenamientos muy específicos sólo con la carga necesaria que servirá para el combate. Ése es un sistema que se utiliza en Cuba, lo aplicamos con los hermanos Salazar y salió muy bien. Esta metodología se aplicó posteriormente con Guillermo Pérez y María Espinoza en Beijing a través de Pedro Gato , explicó Mendiola.

Y es por ello que el extaekwondoín confía en que México podrá conseguir resultados en este Mundial. Tenemos a taekwondoínes muy capaces y con experiencia como Idulio Islas, Damián Villa y María Espinoza. Podemos tener esperanzas, México ha trabajado para ser una gran potencia , concluye.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

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