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Mickelson reedita su promesa de sofá... una vez más

De pequeño le dijo a su madre que algún día ganaría un Major... y ya lleva cinco con la conquista de ayer domingo.

El 13 de abril de 1980 la vida de Phil Mickelson dio un giro. Ese día, Phil, de apenas 9 años de edad, observaba por la televisión, en la sala de su modesta casa, la imagen del español Severiano Ballesteros caminando por los greens del hoyo 18 del Augusta National, mirando la sonrisa de Seve y la histeria de los fans que festejaban el triunfo del ibérico en el torneo.

Mamá , dijo Phil, algún día ese seré yo. Voy a ganar un Major y estaré caminando en el hoyo 18 justo como él ahora , sentenció el estadounidense. Ayer, Phil superó por mucho sus expectativas al sumar su quinto Major y quedarse con el título del Abierto Británico, tras haber ganado anteriormente el Masters (2004, 2006, 2010) y el PGA Championship (2005)

Mike, a sus 43 años, sumó su título 51 en su carrera profesional y también se convirtió en el tercer ganador consecutivo del torneo con más de 40 años, después del sudafricano Ernie Els (2012) y el norirlandés Darren Clarke (2011), ambos con 42 años.

Phil cerró el torneo con una ronda de ensueño al completar el recorrido con 66 golpes, cinco bajo par y un acumulado de 281 impactos, tres por debajo de par, suficientes para quedarse por primera ocasión en su larga carrera con el título del torneo británico.

Mickelson no tuvo un camino fácil para llegar hasta aquí. Proveniente de una familia de escasos recursos, sus padres Phil y Mary hicieron lo posible por darle al pequeño Phil el dinero necesario para practicar un deporte que parecía más un lujo.

La recompensa para los Mickelson se traduciría en 34 triunfos de Phil en la Asociación Junior de Golf de San Diego, tres premios de Jugador del año de la AJGA Rolex y la beca en la Universidad del Estado de Arizona, donde en 1991 se graduó como psicólogo.

¡Esto es un gran éxito porque no sabía si tenía el juego y los golpes para ganar (...) el Open Británico! , exclamó Mickelson, que supo leer las difíciles condiciones de juego, con un viento que cambiaba a menudo de dirección.

Emocionado, Phil, cinco veces ganador de Majors, corrió a abrazar a su inseparable esposa Amy, a Amanda, Sophia y Evan, sus hijas. Rememora que apenas hace unos años había anunciado su retiro indefinido luego de que su mujer fuera diagnosticada con cáncer.

Pero ayer, Phil fue la muestra viviente de que las adversidades importan poco. Pese a sus 100 kilogramos de peso y sus 1.93 metros de estatura, para sus adversarios, el campeón del Open Británico está cada vez más atlético, compacto y sobre todo rápido, lo que, aunado a su experiencia, lo ha convertido en una amenaza.

En realidad Mickelson siempre ha tenido un gran potencial, pero no demasiada suerte. Por muchos años fue considerado el mejor jugador del mundo sin un Major y, luego de su primer título en Augusta en 2004, logró reivindicarse, aunque el brillo de Tiger Woods no le permitió ocupar el lugar que siempre deseó.

Gracias a su triunfo en Augusta ese año, Ford creo una campaña en su honor, llamada ¿Qué hará Phil después? Sin duda, Phil tenía claro que quería seguir ganando y hoy, cuatro veces más, ha vuelto a caminar por el hoyo 18, como lo soñó ese 13 de abril y se vio supliendo a Ballesteros.

Y ¿Qué hará Phil después? Ésa es una respuesta que él mismo resume en una frase en su página de internet: Resonar en el mundo del golf, una vez más .

rgs

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