¿Realmente piensas derrotar a Alemania?

El hombre trajeado con un Hugo Boss da indicaciones con mucha dedicación a uno de los jugadores de Argelia. Detrás, la poderosa Alemania, preocupada por lo que en aquel momento ya vivía.

Pero regresemos al encorbatado de plata. Se llama Vahid Halilhodži? y hoy tiene poco de que preocuparse, tiene la condecoración que creó Napoleón Bonaparte, la Legión de Honor por parte de Francia, gana 1 millón de dólares al año y dedica su vida únicamente al futbol, pero no siempre fue así. En este 2014 se cumplirán 21 años de que su casa fue incendiada y saqueada por las fuerzas armadas croatas y meses antes de abandonar su patria durante la Guerra de Bosnia fue herido.

Vahid creció en la Yugoslavia socialista y debió vivir la cruda realidad de la posguerra después de 1945. Fue un futbolista que llegó a disputar el Mundial de 1982 cuando Bosnia era parte de otra nación y luego como entrenador tiene pocas glorias que contar. Si alguien puede entender a ese chico que está en el pasto es precisamente Vahid, ambos comparten el contexto de una guerra, la crueldad y la muerte. Ambos se toman las cosas tan en serio que han complicado a Alemania, una de las favoritas del título, hasta llevarla al límite de los tiempos extras y cuando por fin habían liquidado a Argelia, ésta apareció con un gol en el último segundo para dar una herida a quien ya los había derrotado.

El bosnio que encamina a Argelia a su gesta futbolística más gloriosa tiene, además, el momento de mayor fama que jamás haya tenido. Calificó hace cuatro años a Costa de Marfil al Mundial del 2010, pero disputas políticas lo sacaron del banquillo.

Aquí en la imagen explica a su jugador lo que debe hacer, lo que necesita realizar para detener a los alemanes... ¿pero es que acaso este tipo no sabrá que el futbol es un deporte que juegan 11 contra 11 donde siempre gana Alemania? Pero tampoco hay que recriminarle que lo haya intentado a alguien que tiene una condecoración napoleónica y que escuchó las metralletas casi como una llamada a misa. Lo menos que se le puede pedir es que luche por vivir y Vahid lo ha intentado hasta el final.

ivan.perez@eleconomista.mx