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Rogge deja al COI con 901 mdd en sus arcas
El belga hereda al organismo finanzas sanas, pero también algunos pendientes por resolver para su sucesor.
El belga Jacques Rogge dejará este día su mandato, tras 12 años al frente del Comité Olímpico Internacional (COI). Aunque hay quienes valoran la gestión del belga como positiva, el cirujano ortopédico y exatleta deja aún algunos pendientes para su sucesor, el cual será elegido hoy en la Reunión 125 del COI, en Buenos Aires, Argentina.
Entre los logros que consiguió, Rogge aprobó reformas para evitar casos de corrupción como los que hasta antes de su llegada en el 2001 se habían dado, del mismo modo que aprobó que el rugby y el golf estuvieran dentro del programa olímpico de los Juegos de Río de Janeiro 2016 y durante el final de su gestión se decidió que los Juegos Olímpicos del 2020 se otorgaran a Tokio, además de volver a incluir la lucha al programa olímpico.
Sin embargo, más importante, quizá, será el trabajo que realizó junto con la Agencia Mundial Antidopaje en la lucha por tener a un olimpismo libre de doping, incrementando los esfuerzos por eliminar las sustancias prohibidas en los Juegos, especialmente después del vergonzoso caso de la velocista estadounidense Marion Jones, cinco veces medallista en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y quien, en el 2007 tras aceptar su culpa, perdió sus títulos, su libertad y su prestigio.
En la parte deportiva, el dirigente puso especial interés en acercar a los jóvenes al deporte y creó los Juegos Olímpicos de la Juventud, cuya primera edición se llevó a cabo en el 2010, en Singapur, además de añadir al programa olímpico de los Juegos de Invierno deportes como el snowboarding, que tuvo su debut en Turín 2006, y lograr que el boxeo femenil hiciera su debut en Londres 2012.
Igual de importante fue su legado financiero. Durante la sesión 124 del COI en la capital británica, el organismo anunció que cuenta con unas reservas de 901 millones de dólares y con un aumento en los ingresos por derechos de transmisión y patrocinios.
De acuerdo con los reportes financieros del Comité Olímpico Internacional, cuando Samaranch tomó las riendas del COI, en 1980, el organismo contaba con reservas de 500,000 dólares. Para el 2001, cuando el español terminó su mandato, las arcas del COI reportaron ganancias por 350 millones de dólares.
Sin embargo, Rogge se va en medio de una incertidumbre por los Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que hay retrasos, el escándalo de gasto excesivo para los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi 2014, además de la polémica por la ley antigay en Rusia, que podrían afectar a los atletas y asistentes a la justa.
Pese a que el directivo ha declarado: No decidí dirigir (el COI) para dejar mi herencia y que los historiadores puedan hablar y escribir de ella dentro de 20 años , sin duda, Rogge impuso una imagen de seriedad y profesionalismo en el cargo que lo convirtió en el símbolo actual del olimpismo y que significará un duro reto para aquél que, como alguna vez lo soñó Jacques, dirija el deporte olímpico a nivel internacional.
cristina.sanchez@eleconomista.mx
rgs