Un infierno llamado Liga de Ascenso

La historia de Atlante no debería permitir a los Potros estancarse en el dolor que implica su descenso. La franquicia, que el próximo viernes cumplirá 98 años de su fundación, debe ya comenzar a planear la estrategia para volver, lo más pronto posible, a la Primera División. Casos como los de León, que tardó 10 años en volver de la Liga de Ascenso, Necaxa, Dorados y Estudiantes Tecos, quienes aún no pueden recuperar la categoría, deberán servir como ejemplo al equipo que el domingo perdió la batalla con la tabla porcentual.

El futuro de Atlante es incierto. Se ha dicho que José Antonio García, presidente ejecutivo de la institución, seguirá luchando en la mesa para tratar de rescatar algo, argumentando la venta ilegal de Atlas. También que Alejandro Burillo, dueño de la franquicia, compraría a Gallos Blancos o al plantel que logre el ascenso.

De igual forma se ha especulado con el regreso del equipo del pueblo a la capital, de su mudanza a Tampico y de una posible compra de su actual presidente ejecutivo. Lo cierto es que nada se sabe hasta hoy de las posibilidades reales de los azulgranas.

En medio del hermetismo, El Economista presenta los rumbos que han tomado los clubes descendidos desde 1999 a la fecha, posibilidades que podrían imitar los Potros.

LEÓN, UNA DÉCADA ?EN EL INFIERNO

Como Atlante, existen equipos con mucha tradición, como León y Necaxa, que saben lo que es mantenerse en la antes llamada Primera A. Los esmeraldas descendieron en el 2002, tardaron una década en regresar y vivieron distintos cambios de dueños, además de perder tres finales de ascenso.

El del ascenso fue muy importante, se acabaron muchos años de ansiedad, de sequía, de agonía, de preocupación, de gente mala, por eso el ascenso lo disfruté mucho , dijo Gustavo Matosas, técnico de la Fiera tras volver al máximo circuito, categoría a la que siguen sin volver Necaxa, Estudiantes y Dorados.

Estos tres equipos mencionados sufrieron ventas tras verse lejos de la Liga MX. Necaxa fue comprado por los inversionistas Guillermo Cantú y Ernesto Tinajero, mientras que Estudiantes es parte de Grupo Pachuca desde el 2013.

León, en cambio, pasó de las manos de Roberto Zermeño a las de Carlos Ahumada, empresario argentino a quien le fue decomisado el equipo en el 2004. Dos años más tarde fue Grupo Pegaso quien se hizo cargo de la administración, para finalmente quedar en manos de Grupo Pachuca, con quien regresó al protagonismo.

LOS QUE DESAPARECIERON, AL MENOS MOMENTÁNEAMENTE

Aunque Toros Neza y Veracruz lograron regresar al futbol profesional, ambos ya en el decenso, desaparecieron, al menos de manera momentánea, mientras que Colibríes jamás volvió a existir e Indios, que fue desafiliado por adeudos, se encuentra en una reingeniería para iniciar desde la Segunda División.

Toros perdieron su lucha con la tabla de cocientes en el 2000, dos años más tarde desaparecieron. Su regreso se dio en el 2010, pero en el 2013 fue vendido para convertirse en Delfines. Hace unas semanas se anunció que el equipo regresará, desde la Segunda División.

Tiburones Rojos cayeron al infierno de la división de ascenso en el 2008 y tres años más tarde fueron desafiliados por dejar de cumplir con sus obligaciones económicas con la FMF . Para su buena fortuna, de inmediato llevaron al Puerto a la franquicia que jugaba como Albinegros de Orizaba y el año pasado, cuando La Piedad logró ascender, llevaron a Veracruz, ese plantel que lleva los dos últimos torneos militando en la Liga MX.

Colibríes, que nació luego de que se llevaran a Celaya a Cuernavaca, sólo duró un año en Primera y al perder la categoría vendió su franquicia, que apareció después como Trotamundos Tijuana.

LOS QUE COMPRARON FRANQUICIAS... O EL ASCENSO

En 1999, Puebla perdió la categoría pero unas semanas después sus dueños compraron la franquicia de Curtidores, que había ganado el ascenso, y la afición camotera mantuvo a su equipo en Primera. Gallos Blancos es el caso más reciente, el año pasado Amado Yañes adquirió a Jaguares y con ello impidió que Querétaro se fuera a la Liga de Ascenso, aunque hoy el futuro de los emplumados es incierto tras los problemas legales de su aún dueño.

Los mismos Potros en el 2001 recurrieron a una promoción para mantenerse como equipo de Primera tras perder la batalla con León en la cancha. Alejandro Burillo, dueño del plantel azulgrana, decidió que el equipo del pueblo jugara ante Veracruz, quien buscaba ascender de la Primera A, y tras superar a los escualos pagó cinco millones de dólares para tener el derecho de mantenerse entre la élite del balompié nacional.

SAN LUIS Y NECAXA, LOS QUE LOGRARON VOLVER DE INMEDIATO

Los casos de San Luis en el 2004 y Necaxa en el 2009 son el mejor ejemplo de lo que puede hacer Atlante en caso de no tener la posibilidad de mantenerse en la Liga MX.

Cuando tuneros y rayos descendieron, armaron un proyecto sólido que les permitió ascender un año más tarde, aunque los de Aguascalientes están de nueva cuenta en busca de recuperar su lugar en la categoría estelar.

Tras consumarse el descenso de Atlante, lo cierto es que no hay señales de qué pasará con el club.

Apenas hace unos días, José Antonio García, presidente del equipo, salió a desmentir que los Potros pudieran mudarse a Tampico, además de asegurar que no se le cambiaría el nombre a la franquicia.

Nunca se habló de que Atlante se iba a Tampico y menos de que se iba a quitar el nombre. El nombre del club es el patrimonio de la afición azulgrana, al final tiene historia, es fundador de la Liga y definitivamente que quede clarito, el Atlante vivirá, nosotros nos vamos a morir antes y el equipo seguirá donde esté y como esté , concluyó.