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WTA aprueba la seguridad en el Guadalajara Open

Las 56 jugadoras rankeadas entre el Top 50 del circuito femenil tienen la garantía de seguridad que se cuida desde tres meses antes de un torneo. “La seguridad en Guadalajara es muy buena comparada con otros torneos 1000”, menciona el Director de Seguridad de la WTA a El Economista.

“No quiero ser específico, no puedo dar cifras”. Es el énfasis recurrente en las respuestas de Bob Campbell, Director de Seguridad de la WTA desde hace nueve años y que se encuentra caminando en todas las áreas del Centro Panamericano de Tenis. 

De él depende que las reglas de seguridad del Rulebook oficial 2022 de la WTA se cumplan durante el Guadalajara Open. 

Su responsabilidad limita a dar detalles, una actitud que también aprendió con su experiencia como Jefe de Seguridad de las Grandes Ligas (2009-2013), con los Washington Nationals (2007-2009) y en el inicio de su carrera en 1983 como asistente especial del Servicio Secreto de los Estados Unidos, es decir, la agencia del Departamento de Seguridad Nacional que realiza investigaciones criminales y protege a los líderes políticos estadounidenses.

Las 56 jugadoras que se encuentran en un perfil Top 50 del mundo necesitan garantías de seguridad y la WTA evalúa que Guadalajara puede ofrecerlas. La experiencia de Campbell lo avala. 

_¿Qué calificación le darías a la seguridad del WTA 1000 Guadalajara Open? 

“Sin dar un porcentaje la seguridad ha mejorado desde las WTA Finals del año pasado. Es muy buena comparada con otros torneos 1000. Ahora, estamos constantemente monitoreando el Centro por si necesito cambiar o meter algo adicional en ciertas posiciones o áreas vulnerables. Hacemos esos cambios todo el tiempo. Es un proceso continuo, las reglas de seguridad se pueden cambiar varias veces en una temporada, es mi decisión. Mantengo las pautas de seguridad y las envío antes de un torneo”. 

La WTA se rige por un conjunto de reglas que se consolidan en un reglamento anual o rulebook, que se aplica de diferente manera dependiendo de la categoría del torneo sea 250, 500, 1000 o un Grand Slam. La seguridad de la WTA es “numerosa” y un Jefe de Seguridad del circuito revisó la sede de Guadalajara con tres meses de anticipación. Comparado con la ciudad china de Wuhan, que organizaba este WTA 1000 “ambas sedes son muy buenas con los elementos de seguridad y policía que se requieren”.

El 23 de septiembre pasado en la Laver Cup se acentuó una prioridad en cuanto a la seguridad de los jugadores dentro de las canchas. En el día inaugural del torneo en el O2 Arena de Londres, un manifestante con una camiseta con la leyenda "Fin de los jets privados del Reino Unido" ingresó y se prendió fuego en el brazo durante el partido entre Stefanos Tsitsipas y Diego Schwartzman. En otro episodio, en el Abierto de Francia, una manifestante ambiental se ató con alambres a la red durante la semifinal entre Casper Ruud y Marin Cilic.

“Queremos evitar incidencias como en la Laver Cup o protestas de activistas. Entre las innovaciones en seguridad hemos incluido drones y en lo digital hemos mejorado el escáner de las acreditaciones y permisos para controlar el acceso, sobre todo en lugares que son de las jugadoras. Queremos obtener modelos más actualizados en cuanto a la seguridad”.

Las jugadoras o sus agentes pueden hacer peticiones de seguridad. El acercamiento de los fans en zonas donde piden dedicatorias en su Jumbo Balls o artículos es una tradición del espectáculo tenístico, pero a la vez es arriesgado.

“Pasa algunas veces y vemos qué es viable y tratamos de trabajar con ellos. Por ejemplo, algunas jugadoras piden escolta policial cuando están en ciertas áreas dentro del venue o en sus traslados del aeropuerto al hotel o hacia el estadio. Intentamos mantenernos cerca de las jugadoras si están caminando en áreas públicas”.

marisol.rojas@eleconomista.mx

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