Yelena dice adiós... y desola su reinado

Hoy, la magia que Yelena Isinbayeva, una rusa con sueños de gimnasta, está a punto de apagarse. Cuando la pertiguista más famosa del orbe cruce el listón que le espera en la prueba que ha dominado por casi una década, habrá dejado atrás toda una carrera llena de récords, logros y hasta desilusiones, que apuntan a que su legado perdurará por muchos años.

Y es que la rusa ha anunciado que, pase lo que pase hoy, en el estadio olímpico de Moscú, ante la mayoría de su gente, se retirará de la competencia en alto rendimiento, arrebatándole así al salto con pértiga a su reina, la mujer de las marcas mundiales, la única con 28 récords del orbe.

Antes de ella, el mundo no había volteado a ver el atletismo en una prueba que no fuera de velocidad. La zarina del salto con pértiga consiguió convertirse en la atleta mujer más mediática de los últimos años, no sólo por mantener una imagen impecable dentro de competencias, sino también por mantener congruente este perfil fuera del tartán.

Es una de las pocas mujeres del salto con pértiga que he visto que tienen una técnica tan buena como la de los hombres. De hecho, la segunda parte de su salto es probablemente mucho mejor que el de cualquier hombre que haya visto en competencia , aseguró en el 2005 el entrenador del equipo de salto con garrocha de Reino Unido, Steve Rippon.

Ahí radica uno de sus éxitos. Ese talento para elevarse en los aires y superar marcas: suma 28 récords mundiales, 15 al aire libre y 13 más bajo techo, en 15 años de competencia, números que será difícil igualar para cualquier pertiguista de la actualidad.

Sólo hay que tomar en cuenta que, de las 20 mejores marcas de todos los tiempos, 17 las ha implementado ella, sólo la estadounidense Jennifer Suhr ha logrado quedarse con tres (4.90, 4.91 y 4.92 metros).

Pero también, la dos veces campeona olímpica, ha aprendido a levantarse de sus fracasos. Era el Mundial de Berlín en el 2009, todos los ojos miraban a Yelena, de quien esperaban mejorara los increíbles 5.05 metros que había saltado en los Juegos Olímpicos de Beijing un año antes, pero no, la rusa vivió una de sus experiencias más amargas al ser eliminada por no poder saltar en tres intentos los 4.80 metros.

Un mes después, en la Golden League de Zurich, la rusa no sólo rebasó su récord impuesto en la justa olímpica del año anterior, sino que también impuso la mejor marca de todos los tiempos, al rebasar los 5.06 metros, sólo ayudada con una pértiga.

El segundo factor de su éxito radica fuera del tartán. Su belleza ha sido pretexto para poder ganarse el afecto de sus fans y de las marcas. Contratos que la han llevado a coronarse como la atleta femenil mejor pagada del mundo.

En el 2009, la rusa decidió dejar a Adidas, que había sido su patrocinador oficial por muchos años, por un acuerdo multimillonario con Li Ning, una famosa marca de ropa deportiva, por 7.5 millones de dólares y cinco años.

Además de la empresa china, también cuenta con el respaldo de Visa, UCS Sprint y Beats by Dr. Dre, empresas que le hacen ganar 3.5 millones de dólares anualmente, sólo por ser la imagen de sus marcas.

rgs