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Alejandro Davidovich: garra española con y sin raqueta
España es el país con más títulos en la historia del Abierto Mexicano de Tenis. Su tercer mejor rankeado está en Acapulco y difunde la filosofía de disfrutar la vida más allá del deporte.

Alejandro Davidovich, tenista español.
Acapulco, Gro.- El Abierto Mexicano de Tenis (AMT) tiene una conexión especial con España. Además de la cultura y el idioma compartidos, es el país que tiene más títulos en la historia del torneo, que actualmente disputa su edición 32.
España acumula 25 títulos en las cuatro categorías que llegó a tener el AMT desde 1993: singles varonil, singles femenil, dobles varonil y dobles femenil. Supera con creces a Estados Unidos (12), segundo país con mayor palmarés del evento.
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Desde 2021, en el AMT compite exclusivamente la rama varonil. España es constante con representantes en los cuadros principales de singles y dobles y en este 2025 destacó la visita de su tercer mejor exponente en el ranking mundial: Alejandro Davidovich Fokina, quien concedió una entrevista a El Economista desde la Arena GNP Seguros de Acapulco.
“La verdad, no me esperaba que tuviera tanta gente animándome”, describió sobre su primer partido, en el que venció en tres sets al italiano Mattia Bellucci para instalarse en octavos de final. “No sabía que llegaba a México y me siento muy a gusto, muy tranquilo”.
En la actualidad, España cuenta con seis representantes en el top 100 de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP): Carlos Alcaraz (3), Pedro Martínez (36), Alejandro Davidovich (48), Roberto Carballés (50), Roberto Bautista (53) y Jaume Munar (57).
Davidovich y Carballés participaron en el cuadro principal del AMT 2025, aunque sólo el primero superó la ronda inicial. Carballés fue derrotado por el mejor sembrado, el alemán Alexander Zverev.
La batalla entre Davidovich y Bellucci impactó a los aficionados. Fueron dos horas con 19 minutos que exigieron lo mejor de cada uno y, en el caso del español, reflejaron su espíritu de garra al grado de confrontarse en un par de ocasiones con sus entrenadores, David Sánchez y Félix Mantilla.
Pero el coraje se convirtió en resultados positivos al rescatar cuatro matchpoints en el segundo set y extender a un tercero que tomó con mayor tranquilidad.
“Hace dos semanas perdí por matchpoints y ahora gané con matchpoints en contra. Cada semana es un privilegio ganar partidos, al final, todos juegan muy bien y no tengo ningún objetivo, sino poder ser constante en el circuito”.
Una semana antes de jugar en Acapulco, el español disputó la final del Abierto 250 de Delray Beach, en Estados Unidos. Fue apenas su segunda final de singles en el ATP Tour y perdió de manera dramática ante el serbio Miomir Kecmanovic (5-7 en tercer set).
Fue un trago amargo, ya que Davidovich aún no ha sabe lo que es ser campeón de ATP. Su primera final fue en abril de 2022 en el Masters de Montecarlo, donde sorprendió al echar a figuras como Novak Djokovic, Taylor Fritz y Grigor Dimitrov, pero perdió el trofeo ante Stefanos Tsitsipas.
—¿Qué aprendizajes te dejaron esas finales?
—“La de Montecarlo fue hace mucho tiempo. Nunca había hecho una final, entonces, sí que es verdad que allí me traicionaron un poco más los nervios. En Delray estaba un poco más preparado, pero desde el 5-2 (ventaja en tercer set) me puse más nervioso y creo que los nervios y las ansias me hicieron una mala pasada. De eso aprendo. Ahora (contra Bellucci en Acapulco), estaba más calmado en el tercer set; cada semana vas aprendiendo cosas”.
Pelear por el título de Acapulco requiere una hazaña inédita para Davidovich: vencer al estadounidense Frances Tiafoe, séptimo mejor sembrado y su rival en octavos de final. Se han topado dos veces en el ATP Tour y ambos fueron triunfos para Tiafoe (Estoril 2022 y Cincinnati 2024).
“No jugué bien (contra Bellucci), pero de estos partidos se sacan muchas conclusiones. No espero nada (en México), sino seguir el mismo camino, seguir luchando y nunca se sabe lo que puede pasar”, reflexionó el español.
Mundo fuera del tenis
Davidovich porta calcetas de diferente color y una cinta en la cabeza que lo caracteriza cada que salta a la cancha. Su principal patrocinador de vestimenta es Adidas. Lo de las calcetas, según su biografía en el sitio oficial de ATP, es “por superstición” y lo hace desde que tenía 15 años.
Nació en Málaga el 5 de junio de 1999 y empezó a practicar tenis antes de los tres años, bajo la tutela de su papá, Eduard Mark, quien también se dedicó al deporte pero a través del boxeo.
Aunque Alejandro luce como un volcán en erupción constantemente dentro de la cancha, fuera de ella se expresa con un tono de voz mesurado que da pie otra faceta: la que recuerda con cariño a sus gatos y destaca que la vida va mucho más allá del tenis.
“Como jugador, he pasado muchas etapas en mi vida y he ido cambiando. Me considero, o estoy en ello, en ser un luchador en cada partido, ser un poco más constante y eso es lo que más me ha costado. Como persona, quiero ser más alegre y vivir un poco más, porque al final te das cuenta de que el tenis no es lo único que hay en la vida y hay que disfrutarla”.
—¿Qué otras actividades te gustan?
—“Ahora mismo no sé. Me acabo de mudar a Mónaco y la vida ahí es diferente a donde estaba, en Málaga, donde tenía mis gatos y un poco más de vida social. En Mónaco estoy con mi pareja y no salimos, bueno, sólo a cenar, pero prácticamente no hacemos muchas cosas”, respondió con tono nostálgico a este diario.
Pero Alejandro sí cuenta con otras pasiones. Su descripción en el sitio de ATP recalca que en 2021 lanzó una plataforma para adoptar mascotas, que le gusta cocinar y escuchar al cantante de reguetón, Bad Bunny.
Fue a inicios de 2025 cuando se mudó de Málaga a Mónaco. Un año antes, anunció su compromiso en Roma y desde allí dejó clara su filosofía de vida.
“Tienes que pensar que no todo es tenis. Cuando estás con la mujer de tu vida y ves que quieres tener una familia y estar con ella toda la vida, no tuve que esperar mucho tiempo para proponerle matrimonio. Le decía a todo mundo que estaba más nervioso que jugando en en un Grand Slam”, declaró a una entrevista para ATP en enero.
‘Foki’, como le conocen de cariño, subrayó a este medio que no tiene un objetivo claro en el tenis. Estuvo cerca de ser top 20 del mundo en agosto de 2023 (llegó al ranking 21) y ha representado a España en dos ediciones de la Copa Davis (2022 y 2023), pero esta temporada toma el camino con mesura.
Eso no le impide hablar con orgullo del legado de su país al tenis: “Está el amigo Rafa (Nadal) y ahora Charly (Carlos Alcaraz). Rafa ha sido una leyenda no de España, sino para el mundo entero, por cómo su espíritu luchador y constancia podían ganar partidos que parecían imposibles. Tantos títulos dejan un legado y creo que también Carlos está haciendo eso. Tenemos muy bien nivel por parte de España”.
Sin tener los reflectores de Alexander Zverev o Casper Ruud, Alejandro Davidovich Fokina se confirmó como uno de los consentidos de la afición de Acapulco tras su primer partido. Después de todo, su país es el más ganador en la historia del Abierto Mexicano.