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“Puede venir un ajuste de portafolios por el tapering y alza de tasas”
La tenencia de deuda del gobierno de no residentes representa 18% del total, respecto a 28.7% de hace un año.
El Banco de México debe mantenerse atento a los ajustes de portafolio que suelen presentarse cuando la Reserva Federal normaliza su política monetaria, observó el gobernador Alejandro Díaz de León.
“Es un reto para todos los mercados emergentes tratar de absorber de la mejor manera y lo antes posible el choque que puede presentarse cuando se normalizan las condiciones financieras conforme lo muestran las experiencias anteriores”.
Al dictar su última conferencia de prensa como Gobernador del Banco de México para presentar el “Reporte de Estabilidad Financiera”, subrayó que “antes del Covid había una posición de extranjeros muy importante en la economía mexicana, pues no hay que olvidar que México es de los emergentes más abiertos al comercio y más integrados en lo financiero”.
La posición descrita por el banquero central como “importante”, correspondía a 28.7% de los títulos de deuda gubernamental en manos de inversionistas no residentes previo a la pandemia, apenas en enero del 2020.
Esta proporción ha disminuido de forma gradual ante la incertidumbre que generó la pandemia en el 2020 y recientemente, por el mayor atractivo que ha despertado China entre los inversionistas.
De acuerdo con Alejandro Díaz de León, actualmente la tenencia de deuda de no residentes representa 18% del total en circulación, y este es uno de los elementos a los que la Junta de Gobierno suele dar seguimiento.
“Son elementos a los que damos un seguimiento constante y continuo, que se consideran desde los diferentes ángulos y matices por todos los miembros (de la Junta)”.
Al llegar el choque sin precedentes de la pandemia y sin saber qué podía suceder con el inédito cierre de las economías, se presentó una salida generalizada en todos los mercados emergentes, relató.
Ciertamente se ha presentado una recuperación de flujos donde China ha sido particularmente beneficiada, refirió. Esto ante su entrada al índice World Governement Bond Index (WGBI), donde se encuentra México desde el 2010.
Lejos de la corrida del 95
Cuando hay un choque de esta magnitud, de origen internacional y generalizado sobre todos los emergentes, las posiciones que tienen los inversionistas en moneda extranjera y local se recuperan en distintas velocidades, puntualizó.
Los flujos que son en moneda local usualmente están sujetos a mayor volatilidad porque tienen toda la variabilidad y volatilidad del tipo del cambio.
En contraste, los primeros flujos en recuperarse son los que están denominados en monedas duras, como son el dólar, el euro o los yenes.
De hecho, precisó que esto se puede ver ya en algunos elementos de la balanza de pagos y en algunos pasivos del sector público y mexicano en el exterior que ya han tenido aceptación y apetito, mayor al de las que son en moneda local.
El episodio de 1995, “que recibió un nombre asociado a una bebida nacional (Efecto Tequila), fue muy diferente del que se ha presentado tras el Covid. La definición y efecto son muy diferentes porque el choque actual ha sido global”, enfatizó a solicitud de El Economista para comparar ambos episodios.
En 1995, la corrida de capitales que desestabilizó al peso mexicano ascendió a 3,370 millones de dólares de acuerdo con información del Banco de México y no había reservas internacionales suficientes para tratar de estabilizar al mercado.