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Subsidio beneficia 32 veces más a ricos
Para entregar 1 peso de subsidio a gasolina de bajo octanaje (Magna) al decil más pobre de la población, se necesita dar 32 pesos al más rico, reveló un estudio sobre las brechas entre precios internos y externos de las gasolinas y del gas licuado, elaborado por el Banco de México.
Para entregar 1 peso de subsidio a gasolina de bajo octanaje (Magna) al decil más pobre de la población, se necesita dar 32 pesos al más rico, reveló un estudio sobre las brechas entre precios internos y externos de las gasolinas y del gas licuado, elaborado por el Banco de México.
Por ello, el banco central afirmó que con los aumentos graduales en los precios de las gasolinas previstos para este año, se reducirán los subsidios a los energéticos que benefician en mayor medida a la población de ingresos más altos.
Además, argumentó que al ser regresivos tienen un bajo rendimiento social en comparación con alternativas cuyo diseño se focaliza en aliviar la pobreza.
Y consideró que es conveniente que las autoridades federales sean las que fijen dichos precios en línea con las referencias internacionales para evitar distorsiones en las asignaciones de los recursos.
Banxico precisó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2008, 33% del gasto de gasolina de bajo octanaje lo realiza el decil más alto de la población.
Mientras que el decil más bajo sólo utiliza 1% del gasto en este combustible.
En la gasolina de alto octanaje (Premium), las diferencias son mayores. El decil de más ingresos realiza 53% del gasto y el más bajo sólo 0.5 por ciento.
Para el caso del gas licuado estas cifras son de 18 y 14%, respectivamente, entre los de mayores y menores ingresos.
COSTO OPORTUNIDAD
En el documento se expone que en la medida en que los precios domésticos de los energéticos se ubiquen por debajo de sus referencias internacionales, se generan subsidios explícitos e implícitos en los energéticos.
Esto provoca que el Estado destine recursos y deje de percibir ingresos adicionales que podrían canalizarse a actividades con un mayor impacto social.
Un subsidio explícito representa la diferencia entre los precios a los que se compra en los mercados internacionales y a los que se vende en el mercado doméstico la fracción importada de los energéticos.
El año pasado, la gasolina particularmente tuvo una participación en las importaciones en el consumo interno de 42 por ciento.
Los subsidios implícitos están relacionados con el costo oportunidad de la producción nacional, ya que se dejan de percibir ingresos al venderse estos productos por debajo de sus referencias internacionales.
lflores@eleconomista.com.mx