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Con esquema simétrico o sin él, pero que México mueva el precio del espectro: Teléfonica
Miguel Calderón, director de Estrategia regulatoria de Telefónica Hispam, clama porque México haga historia en telecomunicaciones, con una reducción de precios para el espectro radioeléctrico por primera vez en 30 años, pues hacerlo beneficia la compra de bandas por parte de los operadores para crecer la cobertura de servicios por todo el país para empresas y consumidores, con mejores precios y calidad, y a través de infraestructura propia y compartida. Hacerlo, incluso beneficiaría al operador público-privado Altán, que atiende a 8 millones de mexicanos.
Miguel Calderón Lelo de Larrea es ingeniero en telecomunicaciones por la Universidad Iberoamericana. Su pasión es la historia, pero su realidad la tiene frente a la ventana de su casa: dos radiobases —presumiblemente de AT&T y América Móvil— que demuestran que en este país la compartición de infraestructura para servicios celulares no ha alcanzado todavía su punto álgido, porque ello aceleraría la construcción de cobertura hasta las regiones marginadas.
Calderón tiene en la figura de José Vasconcelos uno de sus tótems para su conducción de vida, aunque Francisco Gil también pudiera serlo, porque Miguel Calderón compartió con él más de una década de trabajo en Telefónica.
Calderón y Vasconcelos coincidieron en el mismo siglo, y puede que también compartan intereses. El histórico José Vasconcelos promovió en su tiempo la alfabetización educativa, pues entonces el 70% de los mexicanos era analfabeta. Calderón, por su parte y como otros "barones" de las telecomunicaciones, también intenta hacer historia con el empuje de la conectividad, pues la penetración de Internet en México batalla para superar la marca del 80%; es decir: unos 32 millones de mexicanos todavía no tienen una conexión digna a la red.
Ciudadano latinoamericano en telecomunicaciones, Miguel Calderón pasó de Telefónica México a la Movistar hispanoamericana y desde la dirección de estrategia regulatoria de Telefónica Hispam, éste es uno de los hombres que recomiendan a su compañía dónde sí y no, o cómo comprar espectro y compartir infraestructura, de lo que trata esta entrevista.
—Dicen que el nearshoring empujará 3 puntos el PIB de México… ¿Pero con los niveles de conectividad de este país e incluso con la escasez de agua, cree que eso es posible?
—El tema es que Latinoamérica sigue pensando que los recursos naturales como el petróleo, la minería o la agricultura son los únicos drivers económicos y no la digitalización. La digitalización es un factor de crecimiento transversal muy grande para todas las industrias y todas las empresas. La industria 4.0, que está toda tecnificada, es un ejemplo.
México tiene hoy una oportunidad enorme con el nearshoring, pero para salir al mundo a pelear al tú por tú las inversiones, tenemos que tener una infraestructura y cadenas de suministro eficientes, y parte de esa infraestructura es telecomunicaciones. ¿Por qué o cómo vamos a competir con países que tienen una infraestructura de telecomunicaciones poderosa como es China?
—Conectividad es resultado de infraestructura y ésta deriva del espectro… ¿No seguir los ejemplos de Argentina y México, y bajar los precios del espectro es la solución?
—Lo primero es creer que el ecosistema digital es una palanca de desarrollo. Si nos creemos como países que el espectro es el insumo esencial del ecosistema digital y de toda la infraestructura, entonces hay oportunidad. El espectro en telecomunicaciones es lo que el agua a la agricultura.
Si no hay espectro disponible, no habrá telecomunicaciones inalámbricas y éstas son las que dominan todos los rubros. No habrá desarrollo industrial, México no va tener competitividad y no habrá productividad para las personas.
La Covid-19 demostró es que estar conectado es una gran diferencia. Si estas conectado puedes seguir trabajando, estudiar, divertirte y cuidarte. A nivel país estar conectado es desarrollo.
—México hará historia esta semana. El regulador IFT ya propuso dos esquemas: rebajar los precios a toda la industria o para todos, menos al líder del sector. Ya Hacienda decidirá si deja pasar la oportunidad. ¿No le causa nervio y emoción eso?
—Como estamos, México está perdiendo dinero. Nosotros no devolvimos espectro porque quisimos, no podíamos mantener el pago; de hecho, necesitábamos más espectro, pero el precio del espectro estaba ligado a la inflación, cuando los precios del servicio eran deflacionarios. Al bajar las tarifas cada año y subir el espectro cada año, se volvía una ecuación insostenible para los operadores de menor escala y a eso se suma la alta concentración del mercado.
—¿El problema, además del espectro caro, es un asunto de competencia y poder de escala?
—Para que los operadores de menor escala puedan prestar servicio de forma eficiente, también necesitan una cantidad de espectro similar al que tiene el líder. Para poder competir se tiene que dar una experiencia de cliente similar al que da el líder o nadie te compra, y además el líder ya tiene un poder de compra por su escala.
De ahí que se han establecido diferentes mecanismos para que el tema del espectro pueda ser sostenible para las empresas de menor escala, ya sea a través de topes de espectro, pagos diferenciados o como está proponiendo el IFT.
La última licitación quedó desierta y AT&T está devolviendo algunas porciones de espectro. Si esto no sale, Hacienda va a seguir perdiendo dinero y al contrario, el mercado crecería, habría más infraestructura, más comunicaciones y toda la economía crecería por el efecto transversal de las telecomunicaciones.
Con otros mecanismos, el fisco ganaría mucho más dinero. Está demostrado que los países que apuestan a digitalización tienen una ganancia directa para el consumidor. Si sigue con ese esquema de cobro, el espectro nadie lo compra y el espectro no vale si no se usa. El espectro es aire.
—¿Cómo alfabetizaría a Hacienda de que bajar los precios con un nuevo esquema simétrico o asimétrico es positivo para la economía y consumidores?
—Un movimiento en el esquema privilegia la competencia y con ellos a los operadores de menor escala; puede privilegiar la entrada de nuevos operadores con poner un espectro más barato y el grandote no puede acaparar todas las señales.
Con topes, el líder compra hasta donde es su tope y los chiquitos, con otra economía de escala, compran el suyo. Los topes de espectro, que es un cobro asimétrico, también son un mecanismo para que no haya concentración. Y el problema de fondo es la distancia entre el operador líder con los operadores pequeños.
Debe ser interés de todos que existan mecanismos que permitan a los operadores de menor escala puedan tener sostenible su operación con un costo del espectro asequible. Debe haber ese movimiento, de lo contrario no se privilegia la competencia.