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Degustar la riqueza turística de México... desde la prehistoria

Un imponente tiranosaurio rex invade los pasillos del centro expositor del Mazatlán International Center.

Mazatlán, Sin. Un imponente tiranosaurio rex invade los pasillos del centro expositor del Mazatlán International Center. Los asistentes no huyen, prefieren detenerse para tomarse una fotografía con ese dinosaurio que hace más de 65 millones de años habitó el norte de México.

Y es que esa especie salió, por unos días, del Museo del Desierto de Coahuila, con la única intensión, dicen los coahuilenses, de conquistar al mundo, durante la 43 edición del Tianguis Turístico.

Antes de continuar su recorrido el tiranosaurio le da un sorbo a su sotol, la bebida tradicional coahuilense, para después ir en busca de los paisajes y atractivos turísticos de México, esos que los representantes de los 32 estados del país trajeron hasta Mazatlán con el único propósito de invitar al mundo a descubrir sus tierras.

La primera parada es Durango. Ahí, un indio americano junto con una pareja del Medio Oeste, lo invitan a conocer la gastronomía y destinos que hacen de esta entidad un destino único.

Un gobernante maya llama su atención, es el stand de Campeche, que en esta edición decidió resaltar su riqueza gastronómica y a través de una pequeña degustación sumerge a los asistentes por los sabores de la Península de Yucatán.

Los paisajes desérticos de Sonora lo motivan a detenerse, mientras que la representación de la danza del venado lo impulsa a mover los pies, como si supieran el ritmo de ese ritual ancestral.

Después de danzar un poco, se desplaza hasta Oaxaca, esta vez en busca de tradiciones gastronómicas y artesanales. El estado, en esta ocasión, decidió que la belleza del barro negro del poblado de San Bartolo Coyotepec le diera forma a su stand, mientras que sus cocineras tradicionales resaltan los sabores más auténticos de la entidad. Con trago de mezcal, el famoso tiranosaurio se despide de los oaxaqueños.

El ir y venir de los asistentes que provienen de más de 54 países, lo hace constantemente detenerse, como si no quisiera interrumpir con sus andanzas las citas de negocios.

Una enorme máscara de diablo, lo hace detenerse casi de golpe. Es el stand de Michoacán y esa máscara de barro, originaria del poblado Ocumicho, y una decena más decoran el espacio. A un costado, yace una gran guitarra de Paracho, recordando no sólo que Michoacán es el principal productor de guitarras del país, sino a Coco, la película de Disney-Pixar.

Guerrero, también lo hace voltear con sus artesanías de palma, que en esta ocasión envuelven las grandes letras del stand, mientras que el arte huichol resalta los atractivos turísticos de Nayarit.

La Ciudad de México, con todo y su cuadrilátero, parece decepcionarlo, pues solo le echa un pequeño vistazo, sin siquiera detenerse. Tras recorrer todo el país, el tiranosaurio rex, decide quedarse estancado en el mundo surrealista de Leonora Carrington en San Luis Potosí.

arcelia.lara@eleconomista.mx

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