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Fullgas va por pequeños gasolineros
La marca mexicana Fullgas, con más de 100 estaciones de servicio en el sureste mexicano, el centro del país y Centroamérica, lanzó su licencia enfocada en pequeños empresarios, quienes por 25,000 pesos anuales podrán tener ahorros de hasta 30% de sus gastos.
La marca mexicana Fullgas, con más de 100 estaciones de servicio en el sureste mexicano, el centro del país y Centroamérica, lanzó su licencia enfocada en pequeños empresarios, quienes por 25,000 pesos anuales podrán tener ahorros de hasta 30% de sus gastos. Con ello, esperan integrar 360 establecimientos en los próximos tres años. Mediante actividades que van desde operar hasta sólo supervisar las estaciones de servicio, invertirá 70 millones de dólares en los próximos cinco años en este negocio.
Según Jesús Montoya, director de Operaciones de la empresa, por lo pronto hay 200 interesados con quienes llevan a cabo negociaciones de contratos que serán “trajes a la medida” tanto en donde operan actualmente como en regiones como el Bajío, Durango o Baja California. El modelo de licencia está elaborado para ser replicado en los próximos negocios que realicen en el país.
Las licencias serán para que las estaciones tengan la marca Fullgas, tal como ya ocurre en el establecimiento nuevo de Chetumal y las próximas en Tecámac, Cancún y Mérida. Las mejores condiciones para los gasolineros serán gracias a la oferta de acceso a economías de escala, cambio de imagen, uso de marca, adiestramiento en hospitalidad y el uso del aditivo Full Power, con la certificación Top Tier otorgada por automovilistas, junto con gestoría operativa, logística y jurídica.“Van a tener los precios de un grande siendo un micro”, dijo Montoya.
De acuerdo con Sebastián Figueroa, director general de Fullgas, 80% del mercado gasolinero en el país está compuesto por empresarios que tienen una o dos estaciones de servicio y que cuentan con muy poca capacidad de negociación para adquirir mejores precios por volumen, además de que no tienen capacidad de invertir para adaptarse a las nuevas reglas del país.
“Pareciera que la reforma fue hecha para los grandes empresarios, mientras se deja de lado al grueso de los empresarios nacionales que durante décadas construyeron la industria actual”, expresó, “con este esquema no tendrán que vender su negocio ni dejar de ser competitivos”.