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México es un país único, pero heterogéneo en telecom: José Otero

El jefe de 5G Americas reconoce las labores de los operadores móviles en el desastre del sismo del 19 de septiembre, pero también recuerda que es necesario más disponibilidad de espectro para mejorar la cobertura de los mexicanos.

Sao Paulo. - En telecomunicaciones y TI, como en otros sectores económicos, hay gente que sabe y otros que dicen saber sobre regulación, mercado, competencia o tecnología y de su convergencia para conseguir beneficios sociales y de empresa o experiencia de política pública. José Felipe Otero Muñoz es de los primeros; también es puertorriqueño por nacimiento, pero avecindado en Texas y andado por Colombia y Uruguay. Es un ciudadano latinoamericano y es tratado así en Futurecom 2017 por sus colegas de la industria que lo reconocen y escuchan cuando habla sobre un negocio tan complejo y de tantos intereses como es el de telecom.

La distinción de los demás para consigo es de adentro y deriva igual por su experiencia ganada en más de 23 años de andar por el sector, y no pese a que en su equipo directo trabajan para él un argentino, un mexicano y una brasileña que lo buscan y acompañan a cada stand o conferencia que se mete de la edición del Futurecom 2017.

Despacha en la dirección latinoamericana de la organización 5G Americas -un trade association conformado por muchos actores de toda la industria telecom y de TI- y hasta donde su cargo se lo permite sin verse comprometido con nadie, cita ejemplos de casos regulatorios, de subasta de espectro -una de sus pasiones- y de cómo algo que no se ve y que es tan intangible como lo son las frecuencias radioeléctricas pueden mejorar la vida de las personas en su diario cotidiano o en casos de desastres, como el ocurrido en México con el mortal terremoto del 19 de septiembre y también de cómo el huracán María se llevó por los aires a la infraestructura telecom de su natal Puerto Rico, hecho del que al respecto -dice en una plática muy aparte- se siente “indignado” por la respuesta de Donald Trump para con la isla y de la acción de éste de arrojarles papel higiénico a sus paisanos de San Juan.

Para Trump, Otero tiene un calificativo y es el mismo que para el Senado mexicano cuando el reportero le pregunta por un comentario sobre el relajo que se armó el martes en la Cámara alta con la designación de un nuevo jefe para el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), pero prefiere que esa palabra no se cite; no porque sea de un lenguaje chabacano ni porque tenga una cordial relación con la SCT y los reguladores o con algunos regulados mexicanos, sino porque su posición en 5G Americas le obliga a conducirse con cierta diplomacia cuando sus opiniones van por los canales de la prensa. Es cierto también, Otero casi no lee prensa telecom mexicana.

En 5G Americas tiene un trabajo que bien equivaldría al rango de un ministro de Estado de cualquier país para el sector telecom y no es extraño que un día apareciera como el regulador de algún mercado; su experiencia ganada en el sector, principalmente como consultor, en Londres y Washington son la garantía que hallarán sus potenciales empleadores, aunque a decir verdad se licenció con conocimiento de literatura, por eso es que una de sus colegas mexicanas lo considera como uno de “los dos intelectuales” de entre los analistas latinoamericanos para el sector -el otro considerado es un mexicano-.

José Otero es un volcán de emociones -es un apasionado del Barça- que apunta con la mirada fija cuando un argentino no se expresa con propiedad por lo ocurrido con los ciclones en el Caribe, pero igual es risueño cuando explica un tema técnico como el espectro radioeléctrico, que es sobre la que trata su entrevista de 12.5 minutos con El Economista:

—¿Qué aprendizaje consideras que dejan a las autoridades y empresas los resultados de los desastres ocurridos en El Caribe, pero sobre todo en México con el terremoto; esto, porque se congestionaron las redes y ha habido quien ha dicho que es la falta de infraestructura, la falta de espectro o el mal estado de ambas lo que acentuó las caídas de servicios.

—Cuando estamos hablando de desastres, recuperación y de tecnología, por ejemplo LTE… Cuando hablamos de esos desastres, tanto de aquellos que no se pueden predecir, como los que se sabe que se están acercando, se tiene que ver toda una imagen; no sólo un sector y pensar así.

Tampoco debemos limitarlo todo solamente a un segmento de lo que viene siendo el mercado; tenemos que verlo como un todo. No es que si las redes LTE están conectadas y dando un servicio, pueden seguir así, operando sin estar conectadas a otro tipo de redes; de alguna manera, todas las redes van estar conectadas, por microonda, fibra, cable, cobre, etc; o sea, que si tienes a la perfección toda la infraestructura móvil, pero hay un corte en esos otros cables te puedes quedar sin el servicio, eso es lo que hay que pensar y parece que no ocurrió; como dices, aunque parezca lógico.

—Insisto, suena lógico, pero has de comprender que muchas veces las autoridades que ocupan esos cargos son políticos y no siempre tienen la sensibilidad de prevenir… ¿Entonces?

—Lo primero y lo importante en estos casos es cumplir con las recomendaciones la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en todo lo que viene siendo recuperación. Tener un plan de logística siempre es necesario ante cualquier posibilidad de interrupción que afecten los servicios, también tener un poco de redundancia. Por ejemplo, en el caso de Puerto Rico lo que hemos visto con las camionetas que lanzan señal o los generadores de electricidad ha sido positivo o que algunos, en otros casos, se conecten con telefonía satelital para sustituir mientras la conectividad “tradicional” supone un esfuerzo y al respecto, lo que hicieron las operadoras en México de abrir sus redes para que las personas se comunicaran en un momento así es de reconocerse. Actuaron, hicieron su parte.

—¿Y cómo debe ser más?

—En ese particular también es un deber asegurarse los insumos para las redes de telecomunicación estén disponibles, como los combustibles y tener preparados otros aspectos en zonas alejadas; creerás que no, pero no ocurre siempre.

Obviamente, también, hay que definir prioridades: cuáles son los sitios que de una forma urgente deben ser conectados, porque no se pueden dejar sin conexión ni electricidad hospitales, centros de emergencia o de la policía, en lugar de una urbanización de clase media o alta; siempre la prioridad en conectividad tiene que ser todas las entidades que son responsables de ayudar a la ciudadanía y una vez estando eso cumplido, se debe continuar arropando a los demás segmentos de la población.

—Hablando más de un tema comercial o más bien sobre oportunidades de negocio y auxilio con proyectos de conectividad, por ejemplo la Red Compartida, ¿qué se podría hacer de ella? ¿Un MVNO?

—Por mi posición no puedo hablar mucho de ello. Pero en ese aspecto que dices, si se puede montar un operador móvil virtual, si su objetivo final es ofrecer servicios de seguridad y de eso ya estamos hablando de un aspecto puramente comercial, entonces será estrategia comercial de la entidad que decida comprarle capacidad a la Red Compartida o a otro operador inalámbrico del mercado; oportunidades tocará hallarlas a ellos.

—Sigamos con espectro, pero no sobre los 700 MHz (red compartida), sino en los 2.5 GHz. ¿Crees que sólo con el despliegue de la banda de 2.5 se puede crecer en LTE Advanced o con lo que tienen los operadores mientras es suficiente para avanzar con esa tecnología en México?

—Debes considerar varias cosas: que los distintos operadores están ofreciendo en las distintas regiones de México distintas ofertas en distintas porciones de espectro y con distintas cantidades de espectro; obviamente la Región 9 (centro del país), tradicionalmente, es la que acumula la mayor cantidad de usuarios, por ende no es lo mismo que estés en un lugar donde estés usando una gran cantidad del espectro que tienes asignado con baja densidad de población, a hacerlo donde hay un área sobrepoblada. México no es un país heterogéneo para ninguna red de telecomunicaciones; la demanda y tráfico va generándose a distintas maneras en cada localidad del país; el país es único, pero su consumo y radiografía no. Es lo que hay que comprender (para la industria).

—Entiendo eso. Estamos a seis meses de que la red compartida eche su primera señal al aire. Algunos le echan flores y otros no. ¿Qué podrías decir tú?

—Nosotros estamos observando la Red Compartida y es importante. Independientemente del progreso de la Red, cumplir los requisitos mínimos de cobertura poblacional de los primeros años será bastante fácil. Quedará ese porcentaje de población que no tiene cobertura como reto.

Desde la perspectiva de lo que independiente esté haciendo la Red Compartida, si vemos las recomendaciones de la UIT, en cuanto a los límites de lo que se tiene que entregar a los operadores para que se pueda promover el uso de la banda ancha móvil, entonces México está lejos de lo que había que tener para 2015 y bastante más lejos de lo que tiene que tener para 2020: se necesita que se entregue más espectro; sabemos de que va muy bien en los 600 MHz, que está en camino el 2.5, pero aún con la entrega de este espectro para que se explote de forma inmediata nos seguimos quedando lejos de lo que recomienda la UIT.

—Pero, sin afán defensa del regulador mexicano, sabemos que no es fácil y que no será antes de 2020 que se considere más espectro en colocación…

—Todo depende de quién lo esté ocupando y la facilidad que tenga el IFT para limpiarlas y ponerlas en disponibilidad inmediata para la oferta de servicios móviles. ¿En qué bandas (habría más posibilidades de explotación? En 450 MHz, por ejemplo; pero la disponibilidad de equipos la hace bastante dificultosa, pero la banda está allí y creemos que el regulador sabe hacer las cosas. Aparte, una clave de México (para otras naciones) es que hay que ir mirando a dónde van las naciones del NAFTA, porque los tres países están armonizando la ruta de espectro para los próximos años.

—¿Y entonces no puedes comentar nada sobre el Senado?

—No. Eso mejor defínelo tú.

erp

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