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Necesaria, reforma fiscal de gasto: CEESP

El organismo consideró que una eficiente redistribución del gasto público ayudaría a reducir la inequidad y la pobreza en el país.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró necesaria una reforma fiscal del gasto porque la ineficiencia en la asignación de los recursos ha limitado el cumplimiento de los compromisos del sector público con la población.

La nómina de los trabajadores de las áreas de educación y energía representa 3.32% del PIB, mientras que los recursos destinados a los programas diseñados para la superación de la pobreza, constituyen sólo 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto, ejemplificó.

En su reporte semanal "Análisis económico ejecutivo", el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) afirmó que la inequidad en la distribución del ingreso en México no sólo no se redujo, sino que aumentó en los últimos 20 años.

Prueba de ello es el desempeño del coeficiente Gini, indicador que refleja la evolución de la distribución del ingreso, que pasó de 46.3% en 1984 a 48.1% en 2006 (un mayor porcentaje significa más inequidad en la distribución del ingreso), añadió.

El CEESP consideró que las finanzas públicas son un instrumento que puede ser utilizado eficientemente en la reducción de la pobreza.

En México mucho se habla sobre lo complejo y costoso del sistema impositivo, los insuficientes recursos tributarios, del gran sector informal y la falta de un sistema tributario progresivo, pero poco o nada de la calidad del gasto público y el impacto que tiene en la redistribución del ingreso.

Datos recientes revelan que el desembolso del gobierno en el rubro de servicios personales en educación y energía, es decir sólo la nómina de los trabajadores al servicio del Estado en estas áreas, representa 3.2% del PIB.

En contraste, los recursos destinados para casi 50 programas diseñados para la superación de la pobreza, entre ellos Oportunidades y Procampo, los cuales atienden a millones de mexicanos que viven en situaciones de pobreza, sólo constituyen 1.3% del PIB.

Mencionó que en 2006 aún 44.7 millones vivían en pobreza de patrimonio, 21.7 millones en pobreza de capacidades y 14.4 en pobreza alimentaria.

Otro tipo de prácticas con atributos poco redistributivos son los subsidios a algunas tarifas de servicios públicos. "Este gasto de carácter regresivo es un factor que en gran medida explica la persistencia de la inequidad del ingreso en México", sostuvo.

Comentó que la provisión de bienes públicos, la búsqueda de altas tasas de crecimiento y de empleo y baja inflación a través de políticas económicas, y la redistribución de los recursos son algunas de las principales actividades del gobierno.

"Aunque es necesario elevar los ingresos públicos, se hace evidente la necesidad de una reforma fiscal del gasto. No hay que olvidar que la que se realizó recientemente fue dirigida a los ingresos", planteó.

En opinión del organismo, un verdadero progreso en materia fiscal consideraría una reestructuración del gasto incluyendo aspectos como la composición, eficiencia y eficacia de éste.

En composición, se podrían movilizar recursos de estructuras ineficientes que poco beneficio le dan a la sociedad, hacia actividades con mayores tasas de retorno como la inversión en innovación y desarrollo, educación de calidad, salud y proyectos para la superación de la pobreza.

En materia de eficiencia y eficacia del gasto se deberían establecer lineamientos para detectar áreas donde se puedan ahorrar recursos, fomentar mejores prácticas que maximicen los resultados obtenidos mediante el gasto, y generar indicadores para evaluar constantemente su eficiencia y efectividad, recomendó.

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