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Finanzas Personales

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Cotización en el AICM, la que más conviene

Los centros cambiarios ofrecen precios muy competitivos en sus divisas respecto de los bancos, debido a factores como los costos de infraestructura y la competencia.

Contrario a la extendida creencia de los viajeros casuales de que comprar dólares en el aeropuerto es la peor manera de adquirir billetes verdes, puede resultar una opción favorable si se da el tiempo de comparar entre los distintos centros cambiarios.

En un ejercicio comparativo realizado por El Economista el viernes 19 de agosto, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se podían comprar dólares desde 17.58 pesos hasta 18.50 pesos, en un rango más favorable incluso que el precio del dólar interbancario 48 horas, cuyo mínimo fue de 18.04 pesos, con un máximo de 18.30 pesos.

No obstante, el precio que ofrecieron por dólar (es decir, a la compra) fue menor que el ofrecido por algunos bancos en ventanilla. Mientras que en el aeropuerto los centros cambiarios pagaron hasta 17.7 pesos en el aeropuerto, Inbursa ofreció hasta 17.95 pesos por cada billete verde.

Ante la fortaleza de la moneda estadounidense y su alta demanda en los aeropuertos, ¿cómo es que se pueden hallar dólares tan baratos?

 

Un peculiar caso de oferta y demanda

En México los bancos comerciales, centros cambiarios, casas de cambio, casas de Bolsa y centros turísticos son los establecimientos que comercian divisas y cada uno de ellos fija un precio de compra y venta que depende de la oferta y demanda de la divisa, según informa el Banco de México (Banxico).

Dicho de otra manera: si muchas personas quieren una determinada moneda y hay pocos lugares dónde conseguirla, su precio es alto; por el contrario, si pocos necesitan una moneda y se ofrece su venta en muchos lugares, su precio baja.

Por ello, cabe destacar que el precio al cual compran divisas estos establecimientos siempre será menor al precio al cual las venden, detalla el Banxico.

Esta diferencia se debe a que las instituciones que operan en el mercado cambiario no suelen cobrar comisiones por las ganancias de sus clientes, sino que ganan con la diferencia entre los precios de compra y venta. Se pueden publicar diferentes tipos de cambio dependiendo del momento en que se pacta la transacción, la fecha de su liquidación, el lugar donde se calcula, el monto y el plazo .

De ahí que, en el caso del AICM, el personal de algunos centros cambiarios indicó a El Economista que la información sobre el tipo de cambio -principalmente en dólares- que ofrecían podía variar a lo largo del día, por lo que era meramente informativa mas no una garantía.

A pesar de esto, en la práctica pueden converger otros factores que determinen los precios de una divisa en un lugar específico.

Para Sandro García Rojas Castillo, director general de Prevención de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), como reglas de mercado, ve la posibilidad de que los centros cambiarios estipulen sus propios precios.

Al haber una gran oferta, todos ellos fijan los estándares del mercado y hay que recordar que, como es dinero estrictamente en efectivo, siempre tiende a tener un precio más bajo, sobre todo en la línea fronteriza, porque el flujo de dólares en zonas turísticas es evidentemente mayor , detalló.

Un ejemplo de ello es justo lo que ocurre en la línea fronteriza. Hay gente que vive ahí pero trabaja en Estados Unidos y cobra en dólares; entonces al regresar a México cambia su salario y, por ello, siempre está un poco por debajo del precio interbancario o del que ofrecen en ventanillas los bancos .

Otro factor que podría influir en el precio de venta de divisas de un centro cambiario es el costo de infraestructura.

No es lo mismo tener una sucursal bancaria con toda su infraestructura que tener un local de dos por dos metros cuadrados; los costos son distintos; por eso a veces los costos de las divisas tienden a variar dependiendo de las ciudades y de las entidades donde se adquieren , dijo el directivo de la CNBV.

García Rojas Castillo alertó de algunos centros cambiarios piratas, figuras que dada su situación apócrifa -que podría conllevar la venta de divisas falsas- el usuario debe ser capaz de identificar.

La competencia entre los centros cambiarios, además de bajos precios, propicia otras prácticas entre éstos.

Una cosa curiosa es que a veces llegan denuncias de centros cambiarios sin registro, se hace la visita y resulta que sí tienen; entre el propio mercado o sector de centros se meten el pie , añadió el funcionario.

Por ello, García Rojas Castillo dijo que la manera más sencilla es revisar el padrón de entidades supervisadas en la página de la CNBV, donde se tienen registradas todas las casas de cambio y centros cambiarios regulados y supervisados por la autoridad.

¿Centros cambiarios o casas de cambio?

Aunque cuando vamos a comprar una divisa preguntamos por la casa de cambio más cercana, la realidad es que esta figura se suele confundir con los centros cambiarios.

Según indicó Sandro García Rojas Castillo, director general de Prevención de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita de la CNBV, hay una diferencia importante entre casas de cambio (de las que se cuentan nueve en el país) y centros cambiarios (alrededor de 1,240, según datos la CNBV).

Las casas de cambio son entidades que necesitan una autorización de la SHCP para poder operar, mientras que los centros cambiarios son sociedades anónimas que lo único que necesitan para operar es registrarse ante la CNBV , abundó.

Ambas están reguladas por la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito, aunque existen diferencias significativas entre los servicios que ofrece cada una.

Mientras que el centro cambiario está pensado para que haga sus operaciones prácticamente sólo en ventanilla, la casa de cambio puede hacer operaciones a nivel ventanilla, pero también transferencias de recursos, esto es, podría enviar dinero a través de una transferencia de mi cuenta a la de la casa de cambio, y la casa de cambio comprar divisas y mandármelas físicamente , detalló García Rojas Castillo.

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Ver infografía.

juan.tolentino@eleconomista.mx

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