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Finanzas Personales

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Identifique los pros ?y contras del empeño

Dejar en prenda algún artículo le permite obtener recursos de manera urgente y puede pagar desde 30 pesos de intereses mensuales por cada 1,000 pesos que pidió prestados.

Estimado lector, le tengo dos noticias: una buena y una mala. ¿Cuál quiere primero? Está bien, la segunda. La mala es que usted posiblemente tenga que empeñar algún bien para salir de sus deudas por las pasadas fiestas de diciembre.

La buena es que, a pesar de lo que muchos piensan, enero no es el mes en que más se acude al Montepío. Esto es un mito genial. La realidad es que marzo, septiembre y noviembre son los meses en que más se empeña.

Especialistas coincidieron en que el solicitar un préstamo a una casa de empeño se debe, básicamente, a que los pignorantes no tienen acceso a los servicios bancarios que hay en el país, por lo que si ya optó por esta opción, es recomendable verificar puntos como la tasa de interés y la conveniencia del crédito.

Sin embargo, no está de más que, si se ve en la necesidad de acudir a empeñar durante enero, conozca cuáles son los pros y contras de hacerlo.

Para Édgar Salcedo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, no hay de otra: es poco recomendable acudir a una casa de empeño.

Las casas de empeño son totalmente agiotistas. Lejos de ayudar a la población, los perjudican al cobrarles una altísima tasa de interés , comentó.

Javier de la Calle, director general del Nacional Monte de Piedad, tiene otro punto de vista, pues considera que la institución que encabeza busca fomentar la inclusión financiera de la gente, además de combatir la usura, dos puntos trascendentales para quien acude a pedir crédito.

Buscamos que esa gente tenga acceso a un préstamo, darle crédito a todos los mexicanos que no tienen otra forma de conseguirlo y buscar ser un mecanismo de mercado para moderar las tasas de interés que los formales e informales cobran en el mercado del empeño en el país , comentó.

De acuerdo con David Lozano, del Centro de Análisis Interdisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, hay otras opciones que se pueden aprovechar.

Una posibilidad es acudir a una caja de ahorro, que llegan a hacer préstamos con un aval y que son muy recomendables, aunque hay algunas en la zona del Bajío y en Colima, específicamente, que tienen tintes fraudulentos , comentó.

Marco Carrera, vocero de la Condusef, mencionó que las casas de empeño son una realidad en el país ante la necesidad de la gente de tener acceso a servicios financieros, aunque hay otras opciones por aprovechar.

Puede haber opciones. Hay empresas que cobran 36% de interés anual y eso es un ejemplo de cómo, al mejorar las condiciones de mercado, se le dan más opciones de financiamiento a la gente , añadió.

Según datos proporcionados por los especialistas, del total de las personas que tienen algún problema por la denominada cuesta de enero, entre 30 y 40% de ellos acude al empeño y, de esa cifra, la mitad acude a instituciones establecidas; la otra mitad, con irregulares.

Un buen pignorante:

  • Busca una casa de empeño con varias sucursales y que tenga un respaldo legal.
  • Compara entre dos o tres opciones de empeño.
  • Compara la tasa de interés.
  • Tiene la cabeza fría para saber la cantidad de dinero que se requiere.
  • Está convencido de que el empeño realizado le ayudará a solucionar los problemas por los que acudió al Montepío.
  • Planifica la forma en que va a recuperar su producto empeñado.
  • Verificar que los contratos estén verificados en la Profeco.

Reconozca ?a las malosas

David Lozano, profesor del Centro de Análisis Interdisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, comentó que las casas de empeño que pueden darle problemas reúnen las siguientes características:

  1. Tienen entre una y dos sucursales.
  2. Los costos por el empeño son altos y prestan menos dinero al que uno espera recibir.
  3. No le entregan una boleta de empeño al hacer su trámite.
  4. No es claro el porcentaje de interés que se cobra sobre el crédito adquirido.
  5. No tienen una figura legal clara.

salomon.rodriguez@eleconomista.mx

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