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México sí es clasemediero

La sociedad vive, consume, se educa y entretiene más que hace algunos años.

Contrario a lo que la percepción popular suele dictar, existen fuertes argumentos para aseverar que México se ha convertido en un país donde predomina la clase media: crecimiento sostenido del ingreso por habitante, un mayor acceso al crédito patrimonial y de consumo, avances en el nivel educativo y en la cobertura de salud de la población, así como una mayor esperanza de vida son sólo algunos pilares que fortalecen tal afirmación.

Y es que la definición de clase media puede ser más flexible de lo que se piensa, tal como lo exponen Luis de la Calle y Luis Rubio en su más reciente libro sobre el tema: Clasemediero, pobre no más, desarrollado aún no, editado por el CIDAC, abarcando algunos aspectos generalmente ignorados y que colocan a México en algún punto del mapa internacional de las sociedades clasemedieras.

De esa manera, independientemente de la brecha de ingresos que aún prevalece en el país, los autores advierten que lo que hay que considerar es que la sociedad mexicana actualmente, en promedio vive, consume, se educa y se entretiene más en comparación con dos o tres décadas en el pasado.

Crecimiento

El primer dato duro es el que corresponde al crecimiento real del ingreso per cápita, que ha sido de 40% en los últimos 20 años, al pasar de 60,316 a 83,701 pesos, lo que se ha reflejado en una reducción significativa de la pobreza alimentaria, que de 1950 al 2008 pasó de 61.8 a 18.2% de la población.

A lo anterior siguen un incremento sostenido del grado de escolaridad de los mexicanos, que se duplicó de 1976 al 2006 al pasar de 4.8 a 8.2 años, sin ignorar la mayor participación laboral de las mujeres, que ha pasado de representar de 37.47 a 44.46% de la población.

Como resultado de ello, destacan también la mayor tenencia de viviendas, que de 1950 al año 2000 creció de 64 a 79% del total de casas del país y recientemente, la explosión del uso de tarjetas de crédito, que casi se cuadruplicó entre el 2002 y el 2009 al llegar a contabilizar más de 24.5 millones de plásticos.

Los listados representan, según los autores, sólo algunos de los pilares que soportan la idea de una sociedad mexicana con un poder adquisitivo creciente y gustos más refinados que ya demanda y seguirá demandando mayor estabilidad política y garantías de que su condición mejorará o se mantendrá en el tiempo, convirtiéndose así en el motor del desarrollo del país.

oamador@eleconomista.com.mx

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