Lectura 4:00 min
Regularice su vivienda si la adquirió bajo un contrato verbal
Esta práctica es muy común dentro de las familias; no tener en orden sus documentos le acarreará problemas.
Tener nuestros documentos y trámites en orden es de vital importancia, sobre todo si ese papeleo involucra nuestro patrimonio.
En una situación de incertidumbre como la que actualmente se vive, es importante mantener en orden todo lo relacionado a su vivienda, y más cuando se trata de una herencia verbal realizada entre familiares.
Si se encuentra en una situación de este tipo, donde no queda claro quién es el propietario del inmueble que habita, pero tiene manera de comprobarlo, como dueño puede realizar lo que se conoce como una jurisdicción voluntaria, proceso legal que permite comprobar un contrato de palabra a través de pruebas.
Christian Ruiz, gerente jurídico de la plataforma inmobiliaria Homie.mx, explicó que si se compró una propiedad a través de un acuerdo verbal y requiere regularizar la situación del inmueble, el comprador o vendedor puede acudir a la jurisdicción voluntaria, un proceso legal que permite comprobar la validez de este tipo de acuerdos y ayuda a regularizar su venta.
“La jurisdicción voluntaria es la vía por la cual se puede acreditar que un contrato verbal se presente ante un juicio, a través de testigos que pueden ser los actos, los hechos o los documentos para probar que se hizo un acuerdo verbal, todos los anteriores son materia para probar que se efectuó este contrato verbal”, afirmó.
Indicó que al tratarse de un procedimiento legal, el comprador debe demandar al vendedor, o viceversa, para iniciar con el proceso de regularización, para ello, deberá reunir algunas pruebas como documentos, hechos o testigos que comprueben la celebración de dicho acuerdo.
El directivo explicó que una vez que se reúnen los testigos, actos y documentos, se debe iniciar con este proceso legal ante un Juzgado Civil para que un juez autentifique el hecho o acto realizado.
Detalló que una vez iniciado el proceso, este puede tardar entre nueve meses y un año en resolverse, pero dependerá de las pruebas presentadas, así como de particularidades de la vivienda y la relación entre el comprador y el vendedor.
Entre las diferentes maneras de demostrar que el comprador es el nuevo propietario es por medio de los comprobantes de domicilio como agua, luz o teléfono siempre y cuando se encuentren a su nombre.
Otra forma de demostrar el resultado de este acuerdo es por el depósito o transferencia hecha para la compra de la propiedad.
En caso de que la persona con quien se hizo el acuerdo falleciera, el abogado precisó que se puede demandar a la sucesión testamentaria de esa vivienda, es decir, al o los herederos, y con ello se puede continuar con el juicio y el juez puede dictaminar quién tiene la razón o si el acuerdo verbal tiene o no validez.
Si al momento de haber hecho el contrato no hubo testigos que pudieran corroborar lo anterior, no existe ningún impedimento para seguir con el procedimiento, siempre y cuando, existan documentos o hechos que prueben que se hizo el contrato de manera verbal.
“Los hechos pueden relatar qué sucedió o qué pasó después de que se hiciera el contrato verbal”, explicó.
Si uno de los miembros de la familia se opone a la venta del inmueble, esto tampoco es un impedimento para que se anule la compraventa verbal. Ruiz detalló que ese tipo de casos son muy comunes, en donde alguno de los padres hizo el acuerdo, pero fallece y es donde empiezan los problemas porque los hijos no están de acuerdo.
A decir del experto, al encontrarse en este tipo de circunstancias, la ley establece que los acuerdos verbales son válidos, porque hay una aceptación y voluntad mutua para llegar a un acuerdo que beneficia a ambas partes.
Sin embargo, cuando el acuerdo involucra una transferencia monetaria o ciertos montos, debe existir cierta formalidad como acudir a uno notario público para certificar la venta del inmueble.
Herencia de palabra
El gerente jurídico explicó que este tipo de acuerdos son muy comunes en el país y se dan principalmente entre familia como hermanos, primos o tíos; principalmente por el vínculo de confianza que existe.
“Es muy común entre familia decir: te vendo mi casa, mi terreno, mi auto, y el acuerdo es verbal; no firman un contrato, a pesar de que lo mejor siempre será un acuerdo por escrito que exprese los convenios que se van a celebrar”, aseguró.