Lectura 4:00 min
Alemanes optan por la estabilidad
Angela Merkel logró un cuarto mandato el domingo en las elecciones alemanas, pero tendrá que construir una coalición incómoda para formar gobierno después de que su bloque conservador sufrió el impacto del creciente apoyo a la extrema derecha.
Berlín. La canciller Angela Merkel logró un cuarto mandato el domingo en las elecciones alemanas, pero tendrá que construir una coalición incómoda para formar gobierno después de que su bloque conservador sufrió el impacto del creciente apoyo a la extrema derecha.
El bloque conservador que apoya a Merkel resultó el más votado, pero con sólo 33.2% de los sufragios, su nivel de apoyo cayó a su nivel más bajo desde 1949, la primera vez que se celebraron elecciones nacionales en la Alemania de posguerra.
El gran perdedor de los comicios fue Martin Schulz, cabeza del SPD, que lamentó una jornada difícil y amarga para la socialdemocracia .
Merkel aseguró que el éxito de la extrema derecha era una prueba para los alemanes y que era importante escuchar las preocupaciones de sus votantes.
Por supuesto que esperábamos un resultado ligeramente mejor, pero no debemos olvidar que acabamos de completar un periodo legislativo extraordinariamente desafiante, así que estoy feliz de haber alcanzado los objetivos estratégicos de nuestra campaña electoral , sostuvo Merkel.
Alemania, en particular, está lidiando con la llegada de más de 1 millón de refugiados, tensiones con Rusia por las incursiones de Moscú en Ucrania y dudas sobre el futuro de Europa desde que Reino Unido optó en un referendo su salida de la Unión Europea.
La canciller tendrá que buscar por cuarta vez uno o varios socios para formar su próximo gobierno, pues los socialdemócratas anunciaron que no volverán a gobernar con los conservadores.
El reparto de los 600 y 700 escaños todavía tendrá que afinarse, a causa de la complejidad del sistema de escrutinio alemán, aunque una cosa es segura: la única mayoría que puede esperar Merkel pasa por una alianza con los liberales del FDP y los Verdes.
El principal obstáculo de esta opción radica en que ambos partidos defienden posiciones opuestas en multitud de temas, como la inmigración o el diesel.
Las negociaciones podrían durar hasta finales de año y Merkel no será designada canciller hasta que se haya formado una nueva mayoría. Además, Merkel descartó cualquier gobierno que se apoye en mayorías cambiantes.
¿Por los siglos de los siglos, amén?
Berlín. Austera hija de un pastor luterano educada tras la Cortina de Hierro, Angela Merkel accedió al poder en el 2005, contra todos los pronósticos.
La canciller inamovible , que ganó este domingo las elecciones legislativas, ya ha coincidido con tres presidentes estadounidenses, cuatro franceses y tres primeros ministros británicos y no parece sufrir el desgaste del poder.
Madre Angela, como la apodó la prensa alemana, no tiene rivales en su país porque, como afirmaba el filósofo Peter Sloterdijk en el 2015, encarna como nadie el deseo ardiente de normalidad de los alemanes, consecuencia de una historia convulsa y de una mirada circunspecta hacia el mundo.
¿Por los siglos de los siglos, amén? , bromeaba a finales de mayo el diario Tageszeitung, cuando la dirigente de 63 años fue designada candidata por los conservadores.
Neonazis, al Parlamento
Berlín. El partido de ultraderecha AfD rompió un tabú con un resultado histórico en las elecciones legislativas de Alemania.
Este movimiento antiislam y antiinmigrantes, nacido hace sólo cuatro años, obtuvo alrededor de 13% de los votos, según sondeos a boca de urna y contará probablemente con 86 o 89 diputados en el parlamento (Bundestag).
En las regiones más desfavorecidas, en lo que anteriormente era la RDA, en el este, donde viven pocos extranjeros, el AfD llegó a obtener 21.5% de los votos, quedando como segunda fuerza política, por detrás de los conservadores de la CDU.
Unos 200 opositores al AfD se concentraron frente al edificio del centro de Berlín donde esa formación celebraba los resultados, al grito de ¡Fuera, fuera! .
La llegada a la cámara de diputados de la AfD, que en el 2013 no llegó a 5%, constituye un giro en la historia alemana de la posguerra.
La AfD, que agita el miedo a los inmigrantes esencialmente musulmanes, está muy presente en las redes sociales y ha pagado sus servicios a una agencia de publicidad estadounidense que colaboró con Donald Trump en el pasado.
La AfD es partidaria de una salida de Alemania del euro y defiende una postura tradicional sobre la familia. También reclama la anulación del Acuerdo de París sobre el clima.