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Berlusconi decide no postularse para la presidencia de Italia
La nominación del primer ministro Mario Draghi se considera el resultado más probable, pero aún no está claro si la amplia gama de partidos que apoyan a su coalición lo respaldarán por temor a que su salida desencadene elecciones nacionales anticipadas.
El ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi dijo el sábado que decidió no postularse para presidente, eliminando un obstáculo para las negociaciones entre partidos antes de la votación en el Parlamento que comienza el 24 de enero.
La nominación del primer ministro Mario Draghi se considera el resultado más probable, pero aún no está claro si la amplia gama de partidos que apoyan a su coalición lo respaldarán por temor a que su salida desencadene elecciones nacionales anticipadas.
Berlusconi dijo que quería que el expresidente del Banco Central Europeo siguiera al frente del gobierno hasta el final natural de la legislatura, en 2023.
"He decidido dar un paso más en el camino de la responsabilidad nacional, pidiendo a quienes lo propusieron que renuncien a indicar mi nombre para la Presidencia de la República", dijo Berlusconi.
La coalición derechista había pedido a Berlusconi que se presentara a la presidencia, pero era poco probable que su candidatura tuviera éxito debido a las dificultades para reunir el amplio apoyo que se necesita entre los más de 1,000 legisladores y delegados regionales involucrados.
Berlusconi es una figura muy divisiva en Italia y la centroizquierda ya había descartado respaldarlo.
A Berlusconi se le prohibió temporalmente ocupar un cargo público después de una condena por fraude fiscal en 2013, y todavía está en juicio por sobornar a testigos en un caso de prostitución de menores relacionado con sus fiestas sexuales "Bunga Bunga" de más de una década atrás.
El presidente italiano tiene muchos deberes ceremoniales, pero también es responsable de resolver las crisis políticas, lo que lo convierte en un actor clave en un país donde los gobiernos sobreviven un año en promedio.
El ganador de la votación parlamentaria necesita una mayoría de dos tercios en cualquiera de las tres primeras rondas de votación. Una mayoría absoluta es suficiente a partir de allí.
Ni el bloque de centroderecha ni el de centroizquierda tiene suficientes votos para imponer un candidato propio, lo que significa que se necesitará algún tipo de compromiso para evitar un estancamiento prolongado.
"Trabajaremos con los líderes de centroderecha para acordar un nombre que pueda lograr un amplio consenso en el Parlamento", dijo el comunicado de Berlusconi.