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Filipinas y ONU, sin ponerse de acuerdo sobre víctimas de Haiyan
El gobierno filipino informó que la cifra de muertes confirmadas tras el paso del tifón Haiyan llegó a 3,621 y no a 4,460 como la Organización de las Naciones Unidas dijo este jueves.
Tacloban.- La cifra de muertes confirmadas de manera oficial en Filipinas se incrementó en más de 1,200 en un día y alcanzó a 3,621 el viernes, una semana después del paso del tifón, uno de los más potentes de los que se tenga registro, por el centro de Filipinas.
La nueva cifra de muertes es inferior a la que dio a conocer la Organización de las Naciones Unidas (ONU) este jueves en donde, citando al gobierno filipino, informó que el saldo de muertos confirmados por el tifón Haiyan, era de 4,460 personas.
Mientas el gobierno y la ONU dan sus cifras de muertos, cientos de trabajadores humanitarios llegados del extranjero montaron hospitales improvisados e hicieron llegar suministros, mientras helicópteros de un portaaviones estadounidense llevaban medicamentos y agua a zonas remotas arrasadas por el tifón Haiyan hace una semana.
"Estamos muy, muy preocupados por millones de niños", dijo la portavoz del fondo de Naciones Unidas para la infancia Marixie Mercado a periodistas en Ginebra.
Un funcionario de la ONU dijo que varios países habían acudido a ayudar.
"Esta respuesta de la comunidad internacional no ha sido abrumadora comparada con la magnitud del desastre, pero ha sido muy generosa hasta el momento", dijo Jens Laerke, de la oficina para la coordinación de asuntos humanitarios en una rueda de prensa en Ginebra.
El capitán Victoriano Sambale, un médico del Ejército que desde el sábado trató a pacientes en una habitación sucia y repleta de escombros en Tacloban, la ciudad que recibió el mayor impacto de la tormenta, dijo que había notado un cambio en el ritmo de la respuesta.
"Puedo ver que el apoyo internacional está llegando (...) El primer día tratamos algo más de 600 pacientes. El segundo día tuvimos unos 700 pacientes. El tercer día perdimos la cuenta", señaló.
El presidente Benigno Aquino, sorprendido por la magnitud del desastre, ha sido criticado por el lento ritmo en la distribución de la ayuda y por las estimaciones poco claras de víctimas fatales, especialmente en Tacloban, capital de la devastada provincia de Leyte.
Una pizarra de anuncios del municipio de Tacloban estimaba el viernes las muertes en 4,000, desde las 2,000 del día anterior, sólo en esa ciudad. Horas después, el alcalde Alfred Romualdez se disculpó y dijo que el número correspondía a todo el centro de Filipinas.
La cifra, escrita en una pizarra blanca, es compilada por los funcionarios locales, que comenzaron a enterrar los cuerpos en una fosa común el jueves.
Romualdez dijo que algunas personas pudieron haber sido arrastradas hacia el mar y que sus cuerpos podrían haberse perdido después de que una pared de agua similar a un tsunami se estrelló contra las zonas costeras. Un barrio que tenía una población de entre 10,000 y 12,000 personas ahora está completamente desierto, señaló el alcalde.
La cifra informada por el municipio es el primer reconocimiento público de que el número de víctimas fatales probablemente es muy superior a la estimación dada esta semana por Aquino, quien dijo que la pérdida de vidas por el tifón Haiyan estaría más cerca de 2,000 ó 2,500.
"Espero que no aumente más. Espero que sea el número final", dijo Eduardo del Rosario, director del Consejo Nacional de Reducción y Manejo de Desastres.
El martes, Aquino dijo que la estimación de 10,000 muertos por parte de funcionarios locales era exagerada y fue causada por un "trauma emocional". Elmer Soria, un jefe de policía regional que hizo esa estimación ante los medios, fue destituido de su cargo el jueves.
Un portavoz policial dijo que Soria iba a ser trasladado a los cuarteles en Manila. Pero un funcionario de alto rango de la policía dijo a Reuters que creía que Soria fue reasignado a causa de su estimación no autorizada de víctimas.
AYUDA Y DESORGANIZACIÓN
Mientras tanto continuaban los problemas logísticos, y sobrevivientes heridos hacían largas filas bajo el sol para ser atendidos. Las autoridades locales reportaron falta de bolsas para cadáveres, combustible y personal para recolectar los muertos.
"Los cuerpos aún están en las calles. Pero ahora al menos están en secciones con bolsas para cadáveres del departamento de salud", dijo Ian Norton, jefe de un equipo de trabajadores asistenciales de Australia.
Los sobrevivientes en Tacloban dijeron que la cifra de muertos podría ser de muchos miles más. "Hay muchas personas muertas en las calles en nuestro vecindario, entre la basura", dijo Aiza Umpacan, un residente de 27 años de San Jose, uno de los barrios más afectados.
"Hay muchas calles que no fueron visitadas por las operaciones de rescate. Simplemente pasan por los caminos centrales, no por las calles internas", indicó. "El olor está empeorando y tenemos vecinos que fueron llevados al hospital porque se están enfermando", agregó el joven.
Hasta el viernes, la cifra preliminar de desaparecidos de acuerdo con la Cruz Roja creció a 25,000 desde 22,000 un día antes. La organización ha advertido que la cantidad podría incluir a personas que ya han sido localizadas.
El portaaviones estadounidense USS George Washington y otros buques arribaron el jueves a las costas de la golpeada provincia oriental de Samar, con 5,000 tripulantes y más de 80 aviones.
Marineros estadounidenses han llevado comida y agua a Tacloban y a la ciudad de Guiuan.
El embajador interino de Estados Unidos, Brian Goldbeck, encargado de negocios en la embajada en Manila, dijo que su país había llevado 174,000 kilos de provisiones de emergencia a zonas afectadas y que había evacuado a más de 3,000 personas.
Un buque mercante noruego arribó a Tacloban el viernes con provisiones del Programa Mundial de Alimentos de la ONU que incluían 40 toneladas de arroz, equipamiento médico y 6,200 bolsas para cuerpos.
Cientos de hombres y mujeres, parte del casi millón de personas que han sido desplazadas por la tormenta, esperaban alimentos y agua en un centro de derivación de evacuados en la base aérea de Cebu, la segunda ciudad más grande del país.
Unos 522 evacuados pasaron por el centro el jueves, mientras que cientos más llegaron el viernes, dijo la coordinadora del Gobierno, Erlinda Parame.
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